Ignacio Sánchez: “La Universidad Católica durante muchos años se vio elitista, pero ahora somos más diversos”
A tres meses de dejar su cargo como rector, el médico pediatra repasa su gestión de 15 años, en la víspera de que se elija a su reemplazante que deberá ser ratificado por el Vaticano. Su puesto nunca lo ha ocupado una mujer
Hay un correo electrónico que el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), el médico pediatra Ignacio Sánchez (63 años, Santiago de Chile), prefiere no recibir por ahora. Es un mensaje que muchas personas le envían para visitarlo en su oficina antes de que abandone el cargo en marzo de 2025. “¿Por qué no me pueden ir a ver después?”, dice con una sonrisa y explica que, a tres meses de su salida mantiene una agenda estrecha, con ocho a 12 actividades por día y también algunas durante el fin de semana. El próximo año será distinto, se tomará un período sabático como profesor visitante en la Universidad de Edimburgo y en la Universidad de Nueva York (NYU) para luego, en 2026, retomar sus labores académicas en la facultad de medicina y “apoyar a las nuevas autoridades en lo que me soliciten”. El viernes 29 de noviembre, el comité de búsqueda del nuevo rector de la universidad entregó al arzobispo de Santiago y gran canciller de la PUC, Fernando Chomalí, una terna de candidatos entre los que el sacerdote deberá elegir a una persona que luego deberá ser ratificada por el Vaticano y será dada a conocer públicamente en enero próximo.
Sánchez lleva vinculado a la PUC desde que empezó a estudiar medicina en 1979. Cuando en 2008, mientras era decano, propusieron su nombre dentro de la terna de candidatos para suceder a Pedro Pablo Rosso, estimó que era una forma de posicionarlo para adelante: “Yo era bastante más joven que todos los demás y pensé que era un nombre para el futuro”, explica. Así, a sus 48 años, se convirtió en el onceavo hombre —la universidad nunca ha tenido una mujer en el cargo— en dirigir la casa de estudios, posicionada dentro de las 100 mejores universidades del mundo según la lista del QS Rankings 2025.
El rector, que viste su ya característica corbata de color rojo, observa tranquilo sus tres periodos consecutivos de gestión que suman en total 15 años. “Creo que he podido entregar lo mejor de mí para conducir a la institución en estos tiempos difíciles”, comenta sentado en una oficina del Centro de Innovación de la Universidad Católica en el campus San Joaquín, en el sector sur de la capital.
Desde 2010, cuando comenzó su mandato, le ha tocado vivir en el cargo la crisis de la Iglesia Católica chilena; los movimientos estudiantiles de 2011; el mayo feminista de 2018; el estallido social en 2019 y la pandemia en 2020 y 2021. Sánchez recalca que durante ese transcurso de tiempo ha cambiado la visión de la ciudadanía frente a la institución que dirige: “Hace 10 años la gente miraba a la Universidad Católica con respeto, pero no con tanto cariño. Yo me pregunté ‘¿Cuáles son las claves para entrar más en el corazón y no tanto en la mente de la sociedad chilena?’”.
Añade que la casa de estudios era catalogada como un lugar para unos pocos. “La universidad durante muchos años se vio elitista en lo socioeconómico, pero ahora somos mucho más diversos”, asegura e indica que un 48% de los matriculados en la PUC proviene de colegios municipales y particulares subvencionados. “Hoy veo mucho afecto por la institución”, dice y señala que la razón de ese cambio ha sido la forma que han tenido de abordar la coyuntura chilena.
Pone como ejemplo la crisis de la Iglesia Católica en Chile causada por los abusos sexuales perpetrados por sacerdotes y que se destapó con el caso del párroco Fernando Karadima en 2010. “Cuando supimos de estos crímenes los condenamos fuertemente y estuvimos cercanos a las víctimas. También hicimos un estudio entre 2018 y 2020 analizando qué había pasado y cómo prevenirlo. Fue un informe muy autocrítico y mucha gente se sorprendió que una universidad católica hiciera esa autocrítica, pero yo sentía que eso era lo que teníamos que hacer. Teníamos que decir que somos parte de la Iglesia, pero que esta situación no es tolerable. Hay que estar cerca de las víctimas y desterrar de la Iglesia a quienes hoy día están escondidos haciendo este tipo de situaciones”, señala.
Recalca que, a pesar de la desafección que existe con la institución eclesiástica, la universidad ha seguido creciendo. “Creo que la ciudadanía separó la universidad de lo que estaba pasando a nivel de la Iglesia (...) El porcentaje de católicos bajó fuertemente, sobre todo en la juventud que se decepcionó, pero la Universidad Católica siguió recibiendo a los mejores estudiantes y mejorando en los rankings nacionales e internacionales. O sea, no fuimos en la misma línea”.
Cuando revisa sus últimos años al mando, recuerda la movilización feminista de mayo de 2018 “como un momento complejo, sin duda”. Explica que en la PUC “se vivió de manera muy proactiva, es decir, identificamos los problemas que teníamos, cómo podíamos seguir adelante y trabajamos en un conjunto”. También ocurrió durante su gestión el estallido social. “Lo que más necesitaba Chile en ese momento, en octubre y noviembre de 2019, era que se escuchara más que se dieran soluciones”. “Había una sensación de impotencia frente a tantas situaciones que estaban sucediendo. Por supuesto, título aparte merece todo el tema de la violencia que se circunscribió en esto”, agrega.
En su período además se aprobó la libre entrega de la píldora del días después en 2010 y el aborto en tres causales en 2017, ambas leyes a las que la Iglesia Católica, la PUC y Sánchez, a nivel personal, se opusieron. “Nosotros pensamos que teníamos que tener una voz para los que siendo minoría en el tema del aborto, pudieran confiar en nuestra institución”, dice. La misma postura tiene hoy frente la actual tramitación del proyecto ley de eutanasia en el Congreso, a la que el presidente Gabriel Boric puso urgencia: “Por supuesto que queremos que esa ley no prospere, y se entienda que a través de los cuidados del dolor de la persona, de la soledad, de la espiritualidad, hay muchas maneras de acompañar a alguien en los últimos tiempos de su vida”.
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