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Alejandra Krauss, sobre la propuesta de Constitución en Chile: “Cada día hay menos espacio para remontar el escenario de rechazo”

La abogada de centroizquierda forma parte del Comité de Expertos que redactó el primer borrador en este proceso. Sostiene que el Partido Republicano “se ha dado cuenta de que, si quiere gobernar, debe tener resuelto el tema constitucional”

Alejandra Krauss
Alejandra Krauss, abogada y política chilena, durante una entrevista en su oficina en Santiago, el pasado martes.SOFIA YANJARI

La abogada Alejandra Krauss (Santiago, 66 años), de centroizquierda, militante de la Democracia Cristiana, forma parte de los 24 expertos designados por las fuerzas políticas del Congreso en este nuevo intento de Chile de cambiar su Constitución, vigente desde 1980, en la dictadura de Augusto Pinochet, pero reformada unas 60 veces desde 1989. El grupo transversal, con representación desde el Partido Comunista al Partido Republicano, acordó un texto que fue entregado al Consejo Constitucional, el órgano elegido por la ciudadanía en mayo pasado, donde la derecha tiene amplia mayoría (22 de los 50 consejeros son del Partido Republicano, de la derecha extrema, y 11 de la derecha tradicional). Pero el proyecto, que era moderado y de consenso, ha sufrido importantes modificaciones en manos de los consejeros desde junio pasado. Mientras, de acuerdo a los sondeos, un 59% votaría en contra en el plebiscito del 17 de diciembre y sólo 21% a favor, el nivel más bajo en seis meses. Con este panorama enfrente, la clase política intenta contra el reloj salvar el proceso.

Es de lo que habla Krauss –que fue ministra del Gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006) y del segundo período de Michelle Bachelet (2014-2018)–, en esta entrevista con EL PAÍS en su oficina, cercana a la sede del Congreso Nacional de Santiago de Chile donde sesiona el Consejo Constitucional.

Pregunta. ¿El proceso está en peligro?

Respuesta. No creo que esté en peligro como tal, en el sentido de que no se quisiera llegar al plebiscito. Eso es muy difícil. Aunque tengas cinco normas, vas a tener un texto. Este proceso debiera terminar con el plebiscito el 17 de diciembre y que sea la ciudadanía, debidamente informada, vote a favor o en contra.

P. Pero está en riesgo que Chile tenga una nueva Constitución si ganan los que rechazan la propuesta.

R. Los estudios de opinión indican que, hoy al menos, la ciudadanía se inclina más por rechazar el texto que se le va a proponer. Lo rechaza anticipadamente y fue lo mismo que pasó con la Convención Constitucional anterior que, cualquiera fuera sus características, se comenzó a rechazar en el mes de febrero de 2022.

P. Y en septiembre de 2022 se rechazó. ¿Hay espacio hoy para dar vuelta el actual escenario, con un 59% que votaría en contra y solo 21% a favor?

R. Cada día hay menos espacio para remontar el actual escenario de tan alta intención de rechazo ciudadano al texto que se les va a proponer. Y el espacio que hay pasa por los consensos y un texto que represente a todos y todas.

P. ¿Cree que se rechazará?

R. Tengo la impresión, por los estudios de opinión, lo que uno conversa y las apreciaciones de las normas que se van consagrando, que al menos al día de hoy, el texto no contaría con la aprobación mayoritaria.

P. ¿Cómo era el texto que ustedes entregaron al Consejo Constitucional el pasado 7 de junio?

R. El anteproyecto tenía la virtud de ser el acuerdo político, social, cultural más amplio y transversal de las últimas décadas. En un país donde las fuerzas políticas se fueron alejando, se fue polarizando el diálogo y donde por años se dejó poco espacio a la política. Ese texto, por lo tanto, representa los acuerdos transversales, el consenso. En su primer artículo, el inciso primero y segundo, sintetiza las dos grandes aspiraciones de una sociedad como la nuestra que aspira a convivir en pos del bien común: la persona y su dignidad y el Estado social y democrático de derecho.

P. ¿Y ahora?¿cómo está quedando?

R. Hoy se leen las enmiendas aprobadas y cambia. El artículo primero recoge la visión fundamental de un sector de la sociedad en esta tríada: persona, familia y los grupos intermedios. El Estado social cae incluso bajo la norma sobre la que, con la Constitución vigente, se ha desarrollado a mi juicio la mala interpretación del principio de subsidiaridad y que hoy permite que el Estado solo entre a aquellos lugares en que el privado no está dispuesto.

P. El texto de los expertos, entonces, representaba un cambio grande respecto de la Constitución vigente.

R. Sin duda. Desde la consagración expresa del Estado social y democrático de derecho, que Chile no la tiene, a la consagración de nuevos derechos sociales. Hay un capítulo, además, sobre medio ambiente. El de los expertos era un texto con normas de cara al futuro y las próximas generaciones, en la línea de la tradicional constitucional de nuestro país y el derecho comparado. Con un punto de vista técnico se hacía cargo de las deudas de Chile con la sociedad, a mi juicio, con falta de inclusión y cohesión social.

P. ¿Qué fue ocurriendo con el texto desde que lo tomó el Consejo?

R. Cambió la esencia del origen de quienes por mandato constitucional les corresponde analizar el anteproyecto. Porque los 50 consejeros fueron electos. Hicieron campañas políticas y le ofrecieron a la ciudadanía determinados compromisos. En definitiva, el origen de la composición del Consejo Constitucional indicaba que el diálogo tendría otras características y lo ha tenido. Por esa razón se han aprobado enmiendas que, a juicio de muchos, no debieran estar en una Constitución. Hay otras normas que rigidizan la construcción de políticas públicas, otras que derechamente son políticas públicas, que no deben estar en una Carta Fundamental, la norma suprema de una sociedad. Y esto ha complejizado el proceso, aunque tiene el valor de que representan a la ciudadanía, por lo que hay que encontrar los justos puntos de equilibrios.

Alejandra Krauss durante la entrevista.
Alejandra Krauss durante la entrevista.SOFIA YANJARI

P. ¿Qué le parecen las normas que se han aprobado respecto de las mujeres?

R. Se han consagrado normas que, francamente, son retrocesos para las mujeres respecto de la Constitución actual. Esta norma de paridad que permitía que en las próximas dos elecciones existieran escaños reservados para cualquiera de los géneros que obtuviera menos del 40% se votó en contra argumentando que la meritocracia es la gran herramienta para las mujeres. Esas tesis de la meritocracia ya están superadas. Esto tiene que ver con la equidad y justicia, no solo con corrientes feministas única y exclusivamente.

P. Hay una norma que protege la vida de quien está por nacer. ¿A su juicio abre la puerta para que se retroceda en la ley vigente que permite el aborto en tres supuestos?

R. Absolutamente. Tengo la más absoluta convicción de que se abre la puerta al retroceso respecto de los derechos para las mujeres. La Constitución vigente le entrega a la ley la protección de la vida que está por nacer. Pero, además, hace una diferenciación: cuando habla del que está por nacer, no le otorga al embrión por sí mismo su condición de ser humano. En cambio, cuando hablas del quien -que es lo que se aprobó en el Consejo– ya estás hablando de una persona. Hay enmiendas que no solo suponen la vigencia de la Constitución de 1980 que hemos querido cambiar por décadas, sino que mucho más allá.

P. Usted ha dicho que el texto de los expertos ha sido “desmentalado”.

R. El texto ha ido siendo desmantelado.

P. Usted, militante democristiana, ¿cómo cataloga la Constitución que está naciendo desde el Consejo?

R. Es sin duda un texto conservador y de retroceso respecto incluso de la Constitución actual. Y es muy paradójico, porque enarbolando las banderas de la libertad, que le importa mucho a la derecha, en materia valórica la libertad se constriñe muchísimo. En cambio, en libertad económica, dicen: desarrollémosla en plenitud. A menos la izquierda y la centroizquierda tiene una coherencia respecto de la equidad, las libertades y de los derechos civiles.

P. ¿Por qué ha ocurrido todo lo que describe? ¿Ha imperado la ideología?

R. Se han confundido planos. Hay ignorancia de la construcción de normas técnicas adecuadas.

P. ¿Cómo han sido las dinámicas políticas dentro del Consejo, que usted ha observado de cerca, porque los expertos tienen derecho a voz en esta etapa? ¿Qué ha pasado con las derechas?

R. Esta supremacía política, atendiendo al resultado de la elección de consejeros el 7 de mayo, que sin duda fue importantísima y relevante, la hicieron sentir en forma muy educadamente desde el primer día. La forma en cómo se fue instalando el debate al interior de las comisiones, donde, más que compartir visiones, se expusieron fundamentos de uno y otro lado. Posteriormente, el Partido Republicano va instalando una estrategia: la diferenciación a través de enmiendas muy identitarias esperando que eso se transformara en una valoración del proceso por parte de la ciudadanía, que pareciera no estar ocurriendo. Y esa misma supremacía, que hacían sentir respecto de los consejeros en general, la hicieron valer muy fuertemente ante los consejeros de Chile Vamos [de la derecha tradicional].

P. ¿Qué le ocurrió a los 11 consejeros de la derecha histórica?

R. Desde la perspectiva política, los consejeros de Chile Vamos no entendieron ni asumieron la relevancia de ellos para las derechas en este proceso. Ellos son los que les dan los votos para aprobar las enmiendas republicanas. Sin los votos de Chile Vamos, no se aprueban, porque tienen poder de veto. Pero eso debieron haberlo entendido desde el día uno. No se dan cuenta el valor tremendo de la derecha tradicional en un país con características como la nuestra, con lo que hemos recorrido en estos más de 30 años desde la recuperación de la democracia.

P. El Partido Republicano no estaba por una nueva Constitución. ¿Busca un texto conservador que sea aprobado en diciembre o no quiere una nueva Carta Magna?

R. Ellos han ajustado sus estrategias iniciales. Han ido percibiendo en este espacio de poder político en el Consejo la importancia de tener un texto constitucional que la ciudadanía apruebe y han tenido que ir valorando la política. Y se han dado cuenta de que, si quieren gobernar, deben tener resuelto, si es posible, el tema constitucional y dar gobernabilidad. Este país requiere de mayorías políticas y se dan cuenta que solos con el camino propio, no sirve.

P. ¿Pero dice que los republicanos se están dando cuenta? [este miércoles el consejero Luis Silva dijo “lo que está votando hoy día el pleno no se ha escrito en piedra”].

R. Partieron con enmiendas identitarias y creyeron que con eso iban a generar mayor adhesión en la ciudadanía y no fue así. Entonces, van a ir adecuando. Quedan etapas: la Comisión Experta, que puede observar, vuelve al Consejo, se vota y se va a las comisiones mixtas, donde efectivamente se pueden llegar a acuerdos, dado el clima: la ciudadanía quiere consensos. Si bien no puedo olvidar ni por un segundo que ellos nunca estuvieron en los acuerdos que permitieron un nuevo texto constitucional, quiero creerles, de buena fe, que se sentaron en la mesa a redactar un nuevo texto.

Alejandra Kraus en su oficina en Santiago.
Alejandra Kraus en su oficina en Santiago.SOFIA YANJARI

P. El 7 de octubre el texto volverá a la Comisión de Expertos. ¿Qué opciones hay ahí de poder nuevamente llegar a consensos?

R. Jurídicamente existen opciones. Sin embargo, no hay que olvidar que el Consejo Constitucional tiene el mandato de la ciudadanía. Todos los órganos de este proceso debemos ser muy respetuosos respecto del mandato de la democracia. Lo que se requiere, por lo tanto, son acuerdos políticos en el seno del Consejo. El comisionado Domingo Lobera [del Frente Amplio] lo ejemplificó muy bien: “Los expertos podrán remirar lo aprobado solo si hay un acuerdo para compartir el lápiz”.

P. ¿Estaría de acuerdo con que sea el texto de los expertos el que sea ingresado al Congreso como reforma?

R. Lo he pensado mucho y honestamente creo que Chile necesita una pausa constitucional. Pero, además, los procesos constitucionales, incluso sus textos, responden a momentos políticos determinados. Hay que ser cautos. Yo prefiero terminar este proceso y que lo terminemos con el voto de la ciudadanía que se manifestará a través del plebiscito en diciembre.


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