Diez horas en el salón de los idiomas
120.000 españoles siguieron cursos de lenguas en el extranjero el año pasado, el 20% más que en 2018
Saber idiomas ha pasado de ser conveniente a ser imprescindible. Para los jóvenes que terminan los estudios se trata de una exigencia laboral, además de cultural. Lo demuestra la creciente demanda de cursos en el extranjero. En el último año, más de 120.000 españoles lo hicieron en otros países. Es un 20% más que en 2018. El idioma preferido es el inglés, y los destinos más atractivos Irlanda, Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá. Madrid es la comunidad con más estudiantes en el exterior, el 38% del total, seguida por Cataluña (22%), Andalucía (10%) y la Comunidad Valenciana (7%).
Para consolidar esta tendencia y estimular el aprendizaje de idiomas, la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (Aseproce) ha convocado para hoy sábado el Salón de los Idiomas, de diez de la mañana a ocho de la tarde en el Espacio Palace, en la plaza de las Cortes. Participa una veintena de organizaciones líderes del sector, entre las 55 que agrupa Aseproce. “Saber idiomas es fundamental. Pero para salir a estudiar un idioma al extranjero es muy importante contar con organizaciones con experiencia, que eviten fraudes, que den confianza y seguridad”, afirma su presidente, Óscar Porras.
En esta edición inaugura el salón junto con el embajador de Malta en España, Vanni Xuereb. Los organizadores esperan convocar a unas 10.000 personas, a las que las empresas que gestionan las clases y los programas de formación, las matrículas, los alojamientos y los traslados desvelarán las claves de una formación que “está contribuyendo a mejorar el nivel educativo nacional”.
La feria sigue la estela del Día Europeo de las Lenguas, convocado por la UE en la idea de que el dominio de dos o más idiomas, además de la lengua materna, aumenta la capacidad de comprender otras culturas, consolida democracia y libertades, y amplía las oportunidades laborales y el crecimiento de las empresas.
Hablar otras lenguas incrementa hasta un 44% la posibilidad de encontrar empleo dentro y fuera de España. El sistema lingüístico vigente se centra en el inglés, pero no debe ignorarse el estudio de los idiomas en Francia, Alemania, China, Rusia, Italia o Malta, aunque con porcentajes de peticiones de cursos por debajo del 2% en cada caso.
El Consejo Europeo lleva dos décadas insistiendo en que todo ciudadano de la Unión debería dominar otro idioma extranjero, además del inglés. Ocurre ya en los países pequeños, como Luxemburgo o Suecia. Diferente es el caso de los más grandes. Según Eurostat, la oficina estadística de la UE, España está a la cola en plurilingüismo: el 34% de los jóvenes de 25 a 34 años no tiene los suficientes conocimientos en al menos otra lengua del exterior.
Razones culturales
Escribió Miguel de Unamuno que “quien solo sabe su lengua, ni aun su lengua sabe”. Hablaba una decena de idiomas, clásicos y modernos, y llegó a aprender danés solo para leer a Soren Kierkegaard, angustiado existencialista como él. No era un caso raro entre los intelectuales de su tiempo, la mayoría políglotas. Pero en lenguas, España, antiguo imperio, no es una excepción entre las viejas potencias. Que aprendan ellos, suelen pensar. Si el español lo hablan cientos de millones de personas, para qué otro idioma.
En todo caso, entre las muchas teorías sobre por qué a los españoles se les atragantan los idiomas, ninguna sostiene la de la incapacidad genética, sino razones de tipo cultural o social, en primer lugar, el fracaso de la enseñanza de idiomas en el sistema educativo. El retraimiento lingüístico se achaca, además, a la censura de libros extranjeros y a la prohibición de emitir películas en su lengua original, una decisión de la larga dictadura franquista por razones de censura.
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