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Muere Joan de Muga, galerista y “promotor visual”

Impulsó e internacionalizó la sala Joan Prats y el sello Ediciones Polígrafa

Joan de Muga, en la galería de Rambla Catalunya, ante una obra de Perejaume.
Joan de Muga, en la galería de Rambla Catalunya, ante una obra de Perejaume.GALERÍA JOAN DE MUGA

“Ante todo un amigo, apasionado y comprometido, entusiasta y discreto”; así define el mundo del arte Joan de Muga (1946), director de la mítica galería Joan Prats y Ediciones Polígrafa, fallecido ayer a los 73 años a causa de un tumor diagnosticado en verano. Pese a que la enfermedad le obligó a retirarse de la primera línea, siguió participando en las inauguraciones de la galería y los grandes eventos señalados hasta el final.

Hace algo más de un año había pasado el testigo a sus dos hijas Patricia y Marta, activas en la galería desde hace mucho. “Siento que tras tantos años de trabajo no haya podido disfrutar de un periodo tranquilo. Fue un amigo durante más de tres décadas, serio y respetado, cercano y comprometido. No venía mucho por el taller, pero siempre estaba disponible cuando le llamaba o le pedía consejo”, recordaba ayer Perejuame, uno de sus artistas más queridos, que expuso por primera vez en la galería en 1978 y tuvo su primera individual en 1980.

Por aquel entonces Joan de Muga ya había cogido las riendas del negocio familiar, una imprenta fundada en 1913. Su padre, Manuel, la había transformado en una editorial de arte y obra gráfica tras el encuentro con Joan Prats, el conocido amigo de Miró que le abrió las puertas del mundo del arte internacional y le cedió el local histórico de Rambla Catalunya. Aquel espacio, que había sido la tienda de sombreros de Prats, mantuvo su nombre, pero con la reestructuración de José Lluís Sert y la dirección de Joan de Muga desde 1976 se convirtió en una de las galerías de arte más importantes de España y con más repercusión internacional. En su libro Galerismo en Barcelona 1877 - 2012, Jaume Vidal atribuye al galerista la internacionalización del mercado catalán. “Su proyecto no consistía sólo en exponer y vender, sino en plantear un nuevo concepto de plataforma para promocionar los artistas exportando los autóctonos e importando los extranjeros”, recuerda. Entre los grandes nombres que pasaron por sus salas, uno de los que se quedó en su corazón fue Christo, conocido por envolver monumentos y estructuras, que en 1977 empaquetó, rompedor, toda la galería. “Le hubiera gustado envolver el monumento a Colón y tanto él como Christo trabajaron años en el proyecto, pero al final no se llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento”, indica Olivier Collet, asesor de Patricia y Marta en la dirección de la galería desde hace cinco años, quien destaca la mente abierta de De Muga. “Apostaba por el arte contemporáneo, apoyando y siguiendo la creación internacional, así como a los grandes artistas catalanes, como Hernández Pijuan, Ràfols Casamada y Antoni Muntadas. Trató a creadores como Miró y tenía importantes conexiones internacionales”, recalca Joan Antoni Maragall, director de la Sala Parés, otro galerista de la vieja guardia que contribuyó a poner Barcelona en el mapa tras el franquismo. “No era solo galerista sino un verdadero promotor de la cultura visual y su papel como editor de obra gráfica y libros de arte ha sido capital”, asegura, recordando que en los años 80 abrió salas en Nueva York y Los Ángeles y una oficina en Tokio.

Pero no logró eludir la crisis y en 2014 la subida de alquileres de la Ley de Arrendamientos Urbanos le obligó a cerrar su sede histórica para trasladarse a la calle Balmes, donde tenía Artgràfic, espacio expositivo de Polígrafa. “Fue un golpe duro que enfrentó abriéndose a una nueva generación de artistas”, resalta Collet.

“Espero que se le reconozca todo lo que ha hecho para la ciudad y el arte, su tremenda generosidad e increíble energía”, indica la comisaria Glòria Moure, colaboradora del galerista en el Espai Poblenou, uno de sus proyectos más vanguardistas, que dio a conocer en España a Kounellis, Mertz, John Cage, Rebecca Horn o Richard Long. Moure recuerda que cuando heredó la editorial la llamó para realizar un repaso de las grandes figuras del siglo XX. “A partir de los años 60 los artistas no tenían monografías importantes. Así, con Clavé, Polke y Acconci, entre otros, nació la Colección 20/21”, explica. Aquellos libros, como muchas de las exposiciones que organizó De Muga, han quedado como referentes internacionales de una trayectoria ejemplar y de un compromiso inusual.

El velatorio de De Muga, Creu de Sant Jordi 2015, tendrá lugar el viernes (11.30 horas) en el Tanatorio de San Gervasi; la ceremonia, el sábado (9.30 horas).

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