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La cúpula de ERC blinda el pacto con Sánchez frente a la presión de los sectores más duros

El presidente catalán expresa su malestar al vicepresidente Aragonès y ambos se reunirán este jueves

Pere Aragonés, coordinador nacional de ERC y vicepresidente de la Generalitat.
Pere Aragonés, coordinador nacional de ERC y vicepresidente de la Generalitat.QUIQUE GARCÍA (EFE)

Tras el largo parto del acuerdo entre el PSOE y Esquerra para garantizar la abstención de la formación independentista en el debate de investidura, los republicanos se enfrentan ahora a una campaña de presión por parte del secesionismo más cercano a la vía unilateral para evitar cualquier pacto que permita la gobernabilidad de España. El consejo nacional de ERC debatirá este jueves si se abstiene en la segunda votación del debate de investidura a cambio de una mesa de diálogo entre Gobiernos para explorar soluciones al "conflicto político" en Cataluña. Sus más de 200 miembros decidirán en medio de un clima de descontento que incluso llega hasta el propio Palau de la Generalitat. El presidente Quim Torra ha expresado su desacuerdo al vicepresidente Pere Aragonès y ambos se reunirán mañana jueves. Aunque las voces críticas también están dentro (algunos militantes de base piden un no a Sánchez) la cúpula del partido se muestra confiada en que el consejo nacional ratificará su pacto con el PSOE. "Habrá fumata blanca", señalaron este martes fuentes de ERC.

Esquerra siempre ha tenido que enfrentarse a las presiones de las filas neoconvergentes para, por ejemplo, lograr una lista unitaria en las diferentes citas electorales. Algo que popularmente se conoce como #pressingERC. Junts per Catalunya ha mostrado sobradas habilidades para crear ese ambiente de presión sobre su rival soberanista, aunque no siempre se ha salido con la suya. Los republicanos han aguantado en mayor o menor medida, pero el tránsito les suele resultar doloroso. El pasado lunes, incluso antes de presentar el acuerdo con el PSOE, una treintena de miembros de los llamados Comités de Defensa de la República (CDR) se manifestaron ante la sede de ERC.

Junts per Catalunya salió este martes a criticar tanto el acuerdo de gobierno entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias como el del PSOE y ERC. “No parece una muestra de respeto ni de lealtad con el presidente Quim Torra", lamentó la jefa de filas de la formación de Carles Puigdemont en Madrid, Laura Borràs. Dirigentes de Junts aseguran que no tienen reproches hacia Esquerra y que quieren ser prudentes a la espera de conocer todas las condiciones de la mesa de negociación acordada. Sin embargo, Borràs enfatizó que ni la parte del Govern de Junts ni el propio Torra se sienten llamados a participar en una mesa en cuyo diseño, aseguró, no han tenido participación. La diputada no descartó que las tensiones puedan tener consecuencias en el Govern.

"Es ir a una cita a ciegas. Desconocemos si en esta mesa hay temas que han sido vetados. No sabemos si es un tema de negociación o de salvación de Sánchez. No confiamos en las promesas vacías ni en los brindis al sol", dijo Borràs. E incluso dejó caer que el PSOE negoció con Esquerra porque las condiciones con estos eran menos exigentes que las que pondría Junts. Los republicanos tienen 13 escaños en el Congreso de los Diputados y la formación de Puigdemont, 7.

La Assemblea Nacional Catalana también se ha sumado a la campaña de presión a ERC. Este martes su presidenta, Elisenda Paluzie, consciente de que el Consell Nacional de la formación está controlado por el equipo de su coordinador y vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, emplazó “a las bases” a hacer una “reflexión sobre los riesgos enormes” que entraña, según ella, el acuerdo con el PSOE. La plataforma independentista que ha liderado las movilizaciones en la calle en los últimos años junto a Òmnium evita hacer llamadas a la protesta para presionar a la cúpula de los republicanos, pero afirmó que la postura de ERC “pone en riesgo la unidad del independentismo” una vez más.

Paluzie asume que ERC se presentó a las elecciones generales bajo la bandera del diálogo, una apuesta que reafirmó en la ponencia política aprobada hace dos semanas en el congreso del partido por una amplísima mayoría. Pero al mismo tiempo cargó contra la formación republicana porque considera que debilita al movimiento secesionista en un momento en que, según su análisis, había salido fortalecido por la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de reconocer la inmunidad del encarcelado Oriol Junqueras. “Este acuerdo no nos ayuda fuera”, argumentó Paluzie, quien sostuvo que será difícil mantener una denuncia internacional sobre la política española a la vez que se negocia para facilitar un Gobierno y se ofrecen señales de que el “conflicto interno está en vías de resolverse”. “Vemos riesgos estructurales muy grandes”, resumió. 

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La ANC entiende que Esquerrra asume el acuerdo con el PSOE sin haber sido capaz de lograr los tres objetivos que demandaban los sectores más duros del independentismo: culminar el proceso de autodeterminación, el "fin de la represión" y la libertad de los líderes condenados. Estas son las mismas críticas que asume el colectivo 1 de Octubre, un grupo de militantes de base de ERC que reprocha a la dirección que no dé más participación a los militantes en la toma de decisiones. Esta plataforma, por ejemplo, ya había abogado por el no a los fracasados Presupuestos del Estado y criticó que se pusiera a Ernest Maragall como candidato a la alcaldía de Barcelona después de que la consulta interna escogiera a Alfred Bosch.

El colectivo, sin embargo, mostró su poco peso en el pasado congreso, cuando una de sus caras visibles no consiguió los votos suficientes para lograr un puesto en el consejo nacional de la formación. Con todo, el debate dentro de ERC sobre el pacto con el PSOE fue interno y algunas fuentes aseguran que hubo votos en contra en la ejecutiva celebrada el pasado lunes, un extremo que el partido no confirma. Aunque hasta ahora las bases han acompañado la apuesta por el diálogo de la dirección que aún lidera Junqueras desde la cárcel, no es descartable que este jueves pueda haber algún debate en el Consell Nacional, pese a que todos los pronósticos apuntan a que se ratificará el pacto con el PSOE.

La decisión de abstenerse en la investidura para lograr la mesa de diálogo también le podría implicar a ERC perder un aliado electoral. Se trata de Demòcrates, los democristianos independentistas que salieron de la extinta Unió y que en las pasadas elecciones catalanas acudieron en coalición con los republicanos. "Cuando estás en conflicto y sabes que tu enemigo siempre hace trampas y que además tiene rehenes retenidos, teniendo los votos para hacerlo caer, lo último que haces es estabilizarlo", tuiteó Antoni Castellà, cabeza visible de Demòcrates. Fuentes de esa formación explicaron que debatirán una posible salida de sus dos diputados del grupo de ERC en el Parlament.

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