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La policía municipal de Madrid utilizará pistolas de descargas eléctricas

Medio millón de euros para dotar a los agentes de 200 dispositivos, que se acompañan de una cámara para grabar las intervenciones

Un mosso d'Esquadra recibe la descarga de una pistola táser durante una prueba, en mayo de este año.
Un mosso d'Esquadra recibe la descarga de una pistola táser durante una prueba, en mayo de este año.M. Minocri

El Ayuntamiento de Madrid destinará medio millón de euros a la adquisición para la Policía Municipal de más de 200 pistolas Taser, que producen descargas eléctricas e incluyen un dispositivo y una cámara de visionado y grabación para registrar cualquier intervención. Así lo ha anunciado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en el pleno de la capital. El Consistorio señala en la nota que ha emitido con el anuncio que se trata de "una alternativa moderada" en situaciones de crisis "sin emplear armas de fuego". El objetivo es que las detenciones se realicen de "manera segura" tanto para el agente como para el detenido.

"Los modelos más habituales, como los de la marca Taser (cuyo nombre se utiliza de forma genérica para definir este tipo de dispositivos), lanzan dos dardos unidos al arma mediante cable, de tal manera que al alcanzar el cuerpo se transmite la carga que provoca la parálisis temporal del sujeto", explica el texto del Ayuntamiento sobre estos dispositivos.

En Cataluña, los Mossos las utilizan desde el año pasado, aunque su uso se aprobó dos años antes. La muerte de Juan Andrés Benítez en 2013 en el barrio del Raval en Barcelona, en una reducción por parte de la policía catalana, hizo que finalmente el Departamento de Interior, reticente hasta entonces, aceptase incorporar las pistolas eléctricas como un arma intermedia entre la porra y la pistola.

El arma está destinada, según afirmó Almeida en el pleno, para actuar en situaciones en las que “se deba hacer uso de la fuerza sin emplear armas de fuego”. La decisión, según el texto del Consistorio madrileño, se toma dadas "las continuas intervenciones en las que los policías se ven inmersos y en las que deben intervenir usando medios proporcionados y garantistas para la seguridad de todos", de cara a ser utilizadas en "situaciones operativas en las que se deba hacer uso de la fuerza sin emplear armas de fuego, ofreciendo una alternativa moderada en situaciones de crisis al constituir esta herramienta un sistema técnico incapacitante". Y añade: "Su uso se llevaría a cabo en este tipo de situaciones y cuando resulten ineficaces otros medios no violentos para inmovilizar, detener o impedir la fuga de una persona que manifieste un peligro inminente de lesionar a terceros o a sí misma, cuando deba ejercerse la legítima defensa propia o de terceros y cuando deba impedirse la comisión de un delito".

Los policías municipales serán instruidos para su empleo y superarán una capacitación específica. "Estos dispositivos son ampliamente utilizados en los países más desarrollados (como Alemania, Reino Unido, Canadá, Estados Unidos o Noruega). Organismos internacionales de los que España forma parte (como Naciones Unidas) recomiendan su uso frente a las armas letales, lo mismo que otros organismos internacionales de apoyo a los derechos humanos en determinadas circunstancias y bajo determinadas premisas", señala el texto del Ayuntamiento.

En España, las pistolas eléctricas son armas exclusivas para uso policial y militar. Están reguladas por el artículo 5.1. del Reglamento de Armas, junto con las semiautomáticas y los esprays de defensa. No las pueden comprar ni civiles, ni policías o militares por su cuenta: solo los cuerpos policiales o militares. En 2016 había más de 800 Taser en nuestro país y unos 200 municipios españoles ya permitían entonces su utilización a los cuerpos de policía locales, sobre todo en Canarias, Andalucía, Murcia, Valencia y Cataluña.

Organizaciones como Amnistía Internacional se han mostrado críticas con el uso de este tipo de dispositivos, vinculándolos a numerosas muertes en Estados Unidos. En un documento de 2018 instaban a "evitar las descargas reiteradas salvo que sea estrictamente necesario para evitar lesiones graves o la muerte y establecer directrices que prohíban la aplicación de descargas prolongadas que superen el ciclo de descarga de cinco segundos".

Esto es lo que se siente al ser disparado por una Taser

"Disparan y son sólo cinco segundos, interminables. No es dolor, es algo más. Se confunde el sufrimiento, la incomprensión y la no respuesta de tu cuerpo. Te conviertes en un gigantesco espasmo muscular incapaz de hacer nada más que dejarte caer. Cinco segundos de gritos que doblegan al más fuerte y que hacen que supliques que llegue el fin. Después, el cuerpo vuelve a su estado normal en segundos. Ya no eres el mismo. Serías capaz de cualquier cosa antes de que vuelvan a dispararte con una pistola eléctrica, una taser". Así lo describió el periodista de EL PAÍS Cataluña Alfonso L. Congostrina, que se prestó voluntariamente a ser víctima de un disparo de taser cuando el Parlament de Cataluña estudiaba autorizar su uso. "La recuperación fue, en mi caso, inmediata", añadió el periodista.

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