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“Los símbolos tienen que ser para unir, no para incomodar”

Núria Marín espera que la Diputación de Barcelona, que preside, sea "un referente del pacto y no de la confrontación"

Núria Marín, presidenta de la Diputación de Barcelona, en su despacho.
Núria Marín, presidenta de la Diputación de Barcelona, en su despacho.CONSUELO BAUTISTA

El 18 de noviembre de 1985 fue el primer día que trabajó en el Ayuntamiento de L’Hospitalet como directora del mercado de Santa Eulàlia, tras ganar las oposiciones. Tenía 21 años y estudiaba Económicas. Diez años después fue regidora en ese Consistorio —entró en la lista de Celestino Corbacho que ganó la alcaldía— y fue asumiendo cada vez más responsabilidades hasta que en 2008 accedió a la alcaldía que ha revalidado, y desde el 26-M con mayoría absoluta. Una trayectoria política que ha colocado a Núria Marín (1963) en primera línea del socialismo catalán y ahora, además, desde la presidencia de la Diputación de Barcelona. Y con un pacto con Junts per Catalunya.

Pregunta. Toda la vida en la política, lo contrario de las tesis que se defienden ahora...

Respuesta. Cuando me incorporé como regidora pensé que iba a ser un paréntesis en mi vida profesional. Desde luego, nunca pensé que sería alcaldesa y todavía menos presidenta de la Diputación de Barcelona.

“El 'president' no me ha llamado para felicitarme, me envió una tarjeta”

P. ¿Corre peligro el pacto con Junts per Catalunya? Los más críticos se mueven para revertirlo.

R. Yo creo que no. Soy de las que confían en la palabra y en los acuerdos. Sé que ha habido muchas presiones internas y externas, pero decidieron hacer este acuerdo y lo firmamos. Nos hemos visto, hemos hablado y creo que hay buena sintonía, aunque lógicamente no vamos a coincidir en todo. Trabajaremos en lo que nos une.

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P. ¿En algún momento habrá que debatir si se coloca de nuevo el lazo amarillo en el edificio de la Diputación?

R. Seguro que hay momentos para hablar de símbolos, pero no será en el pleno del martes [donde se aprobará el cartapacio].

P. ¿Pero lo colgará si así lo decide el pleno provincial?

R. Mi posición está muy clara: creo que los símbolos tienen que ser para unirnos y no para separarnos y, sobre todo, para no incomodar a nadie. Otra cosa diferente es la cuestión de quién debe tomar esa decisión: si lo tengo que hacer yo como presidenta o la tiene que tomar otro órgano. Pero creo que hay cosas que dependen del máximo responsable de las instituciones.

P. La Diputación también ha estado bajo el foco por el número de personal eventual relacionado con los partidos...

R. No es justo que se insinúe que esta casa es una repartidora. Todos esos cargos están previstos por la ley y se nombran y se cesan con los mandatos. Se trata de profesionales que garantizan el funcionamiento de la institución y de los grupos políticos.

“No es justo que se diga que esta casa es una repartidora de cargos”

P. ¿Pero se entiende que, hasta hace poco, alguien como Antoni Fogué, expresidente de la Diputación hasta 2011, siga siendo asesor?

R. ¿Y por qué no? ¿Es negativo que pueda ayudar una persona con una gran experiencia en el funcionamiento de esta Administración? A mí me parece que no. Se hace mucha demagogia con esto. La CUP llegó hace cuatro años criticándolo todo y acabó teniendo sus asesores también.

P. ¿Qué piensa reconducir dentro de la Diputación?

R. Mi intención no es poner ahora en cuestión lo que se había hecho en esta casa. Tengo muy claro que vamos a trabajar con todos los municipios, independientemente del color político. Mi intención es que la Diputación se convierta en un referente del pacto y no de la confrontación. Y sí, le quiero dar mucha relevancia a los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, por lo cual crearemos una oficina propia, que dependerá de mi despacho y la dirigirá Núria Parlon.

P. ¿El acuerdo en la Diputación es un ensayo del PSC para romper la política de bloques?

R. No se trata de una estrategia. Éramos la fuerza más votada en la provincia pero teníamos que llegar a pactos con otros partidos. La situación era complicada y el procés ha dificultado y dificulta toda la posibilidad de acuerdos y pactos. Lo conseguimos con Junts y mi intención es incrementar si puedo los acuerdos porque creo que hay que representar la realidad de un territorio con municipios gobernados por el PSC, ERC, otros por Junts y algunos por los comunes.

P. ¿Qué ha corregido el PSC tras la travesía del desierto de ocho años de poder local menguante?

R. Creo que a algunos nos daban por muertos y hace cinco años hablábamos de la vieja y de la nueva política. Pero la ciudadanía ha vuelto a confiar en nosotros. El PSC, sin dar lecciones a nadie, ha demostrado por activa y por pasiva que pone en el centro a las personas y que gobernamos para todos, nos hayan votado o no, cosa que desgraciadamente no hace todo el mundo.

P. Hubo mucha polémica por la decisión de las diputaciones de asumir gastos de la Generalitat, como las guarderías públicas. ¿Cuál es el punto intermedio de la colaboración entre las administraciones?

R. Nunca me negaré a que las administraciones colaboren y sumen. O que incluso podamos pactar que en alguna competencia que corresponde a otra podamos ayudar. Ya lo hacemos en educación y salud, por ejemplo. Pero cada uno debe exigir aquello que le corresponde. Lo que no puede ser es que la Generalitat haga dejadez de sus competencias y pase toda la responsabilidad a otra Administración, que en este caso es local y que debería estar invirtiendo esos recursos en otras materias que nadie hará por nosotros.

P. Entonces, ¿la relación con la Generalitat será de exigencia?

R. Estamos a la espera de una entrevista con el president Quim Torra a la vuelta del verano.

P. ¿No le extraña que esa reunión no se haya producido ya, ni como alcaldesa de la segunda ciudad de Cataluña o como jefa de la tercera Administración?

R. Está muy ocupado el president. Confío en que en algún momento tenga la agenda libre.

P. ¿Al menos llamó para felicitarla?

R. Que a mí conste no ha llamado ni aquí ni al Ayuntamiento. Sí envió una tarjeta protocolaria de felicitación. Pero estoy convencida que lo hará cuando me vea.

P. ¿Por qué el saludo con Corbacho en su toma de posesión fue tan frío?

R. Se lo deberíais preguntar a él… Realmente no me dio ni la oportunidad de darnos un beso. Creo que ha tomado algunas decisiones que evidentemente no comparto [abandonó el PSC para pasarse a las filas de Ciudadanos] pero él está en su posición y yo en la mía.

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