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Así entré en la boca del lobo

Los seis candidatos autonómicos repasan cómo les contaron a sus allegados que iban a dar el paso de dedicarse a la política institucional

Juan José Mateo
En la parte de arriba, desde la izquierda, Isabel Díaz Ayuso (PP), Rocío Monasterio (Vox), Íñigo Errejón (Más Madrid). Abajo, desde la izquierda, Isabel Serra (Unidas Podemos IU Madrid en Pie), Ángel Gabilondo (PSOE) e Ignacio Aguado (Ciudadanos).
En la parte de arriba, desde la izquierda, Isabel Díaz Ayuso (PP), Rocío Monasterio (Vox), Íñigo Errejón (Más Madrid). Abajo, desde la izquierda, Isabel Serra (Unidas Podemos IU Madrid en Pie), Ángel Gabilondo (PSOE) e Ignacio Aguado (Ciudadanos).

“¿Pero qué necesidad hay? ¡Para qué te metes en ese follón!”. Ignacio Aguado, el candidato de Ciudadanos a presidir la Comunidad, escucha esa pregunta de su familia cuando anuncia que va a entrar en política. Ya tiene trabajo en una empresa. Acaba de pedirle matrimonio a quien hoy es su esposa, por lo que están preparando su boda. Y su madre, que es quien lleva la voz cantante, no da crédito. “No te metas en demasiados líos. Que te recuerden como una buena persona”, le acaba pidiendo al hoy aspirante, que en 2015 se lanza a participar en las primarias de su formación. No es un paso sencillo. En la última década, los políticos se han consolidado como uno de los principales problemas del país para los españoles, según el CIS. En paralelo, la política ha sufrido un desprestigio sin precedentes. Así le anunciaron a los suyos los candidatos a gobernar la región que iban a entrar "en la boca del lobo”, en definición de Ángel Gabilondo (PSOE).

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Isabel Díaz Ayuso (PP), Gabilondo (PSOE), Aguado (Cs), Isabel Serra (Unidas Podemos IU Madrid en Pie), Íñigo Errejón (Más Madrid) y Rocío Monasterio (Vox) están separados por los cimientos ideológicos que sustentan sus proyectos para la Comunidad de Madrid. Entre ellos hay, también, diferencias generacionales, porque el sexteto abarca desde los 70 años de Gabilondo a los 29 de Serra. Y les enfrenta encarnizadamente, finalmente, la posibilidad de que el bloque de izquierdas (PSOE, Madrid en Pie y Podemos) desbanque al de derechas (PP, Cs y Vox) del poder por primera vez en casi un cuarto de siglo. Sin embargo, también hay puntos de coincidencia en las biografías de los seis aspirantes. El día que les contaron a sus allegados que iban a dar el doble salto mortal de pasar de ciudadano anónimo a cabeza de cartel electoral ha dejado una marca indeleble en muchos de ellos.

Íñigo Errejón (Más Madrid), por ejemplo, recuerda dónde estaba y con quién: cerca de las Vistillas y con su padre.

“Y creo que se les dividió un poco el alma”, cuenta sobre sus progenitores. “Los dos han sido militantes contra la dictadura y por la libertad, mi padre incluso lo pagó con la cárcel, y por lo tanto estaba el orgullo por continuar la tradición de compromiso familiar, por el atrevimiento, por el coraje y el arrojo de hacerlo”, sigue. “Pero también, por otro lado, estaba el instinto de protección, por todo lo duro que hay de estar en la primera línea”, añade sobre aquellos meses de 2014 en los que Podemos, partido del que es fundador, empezó a coger forma de cara a las elecciones europeas que le sirvieron de rampa de lanzamiento. “Yo llevaba en el colectivo de mi barrio, en el movimiento estudiantil, desde el instituto y desde la universidad”, continúa Errejón. “Para ellos no fue una gran sorpresa”.

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Carta a Felipe González

Entraran antes o después en la política institucional —donde se mezcla la capacidad de transformar la realidad que tienen los parlamentos con la frialdad de la vida interna de los partidos—, la gestión de lo público siempre fue del interés de los hoy candidatos.

Unos, como Serra, primero encontraron un cauce para expresar esas inquietudes en manifestaciones y movimientos colectivos: el 15-M le sorprendió fuera de Madrid, por lo que se cogió un avión y se fue directa a la Puerta del Sol, donde miles de personas soñaban con una España nueva. Otros, como Monasterio, dieron el paso sin ninguna liturgia: “Todavía no se lo he comunicado a nadie”, responde cuando se le pregunta por el momento en el que le contó su entrada en Vox a su familia y amigos. Y algunos, como Díaz Ayuso, descubrieron su vocación antes incluso de cumplir los diez años, por lo que ningún allegado se sorprendió cuando entró en unas listas electorales. Llevaba ya años en las juventudes populares.

“Con ocho años, le escribí una carta al presidente del Gobierno. Y Felipe González me contestó amabilísimo”, cuenta la candidata justo antes de arrancar la semana que decidirá si el PP prolonga sus 24 años ininterrumpidos al frente de la región, o no. “Yo le había preguntado por mis preocupaciones con el medio ambiente, las guerras y los niños con hambre. Los verdaderos problemas que los niños ven mejor que nadie. Y me dio respuesta de lo que hacía él desde el Gobierno para dar soluciones”, añade. “Después de eso, a los 20 años ya era representante de alumnos en la Complutense. Y cuando mis padres vieron por tercera vez que seguía con ilusión por estar en política, entendieron que todo cuadraba, que siempre tuve ilusión por hacer servicio público”, evoca. “Mi madre siempre me ha dicho: ‘Sé tú misma. Mira hacia adelante. Es tu proyecto, es tu momento, que te conozcan a ti”.

Ese consejo es similar al que recibió de su familia Serra, la candidata de Unidas Podemos IU Madrid en Pie, que debutó como diputada tras las elecciones de mayo de 2015, que fueron las de la irrupción de su partido y de Ciudadanos en las instituciones.

“Mi familia me trasladó la idea de que esta es una responsabilidad muy grande, que la atendiera con mucho cuidado y que nunca dejase de decir lo que pienso, lo que quiero y lo que creo”, explica. “Que estar en las instituciones no dejase de ser yo”, subraya sobre su entrada en política, en la que coincidió con su hermana Clara, hoy número dos de la lista autonómica de Más Madrid. “La decisión fue por pasos. No hubo un momento de: ‘Familia, quiero ser diputada’. Creamos Podemos. Me presenté a las primarias. Y supe que estaría en la política institucional”, enumera.

¿Y Gabilondo? ¿Cómo entró en política este catedrático, que ha sido ministro de Educación y ahora lidera todas las encuestas, lo que supondría que el PSOE ganara unas elecciones en la Comunidad de Madrid por primera vez desde 1987?

“Mi familia respetó mi decisión, pero es verdad que me previno y trató de seducirme para que no me metiera en "la boca del lobo", relata el candidato socialista, que se mantuvo en la oposición cuando no ganó las elecciones de 2015, y convirtió esa decisión en un mensaje sobre su compromiso con la región. “Quienes te quieren, no desean que sufras, te compliques la vida, pero saben que en eso no tengo remedio, me conocen”, añade con ironía este independiente, que no está afiliado al PSOE. “Desde entonces, actúo según mis convicciones para resolver los problemas de los madrileños”.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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