La trapecista que triunfó en el mundo y regresó a Moratalaz
Un espectáculo en el Circo Price recupera la figura de Miss Mara, una de las más grandes artistas de circo
Miss Mara era fuerte, racial, enigmática, temeraria, no se le ponía nada por delante. Y trapecista: en 1953, en Tacoma, Estados Unidos, se cayó del trapecio, sin red, y se rompió el cuerpo por todas partes: columna quebrada, conmoción cerebral, tobillo y hombros hechos polvo… “Los médicos dudaban de que pudiera volver a andar e incluso se pensaba que podía morir”, explica la actriz Fátima Baeza, “pero lo más impresionante de su figura es que después de dos años de rehabilitación volvió a lo grande, repitiendo en el Madison Square Garden de Nueva York, ante 18.000 espectadores, el mismo número que le había costado el accidente”.
María del Pino Papadopoulos Vaquero nació en el camerino de un circo de San Fernando, Cádiz, en 1933, hija de un artista de circo griego procedente de un linaje de artistas circenses gitanos de centroeuropa, y de una mujer malagueña. El espectáculo Quien se reserva, no es artista (en el Circo Price entre el 9 y el 12 de mayo), que nace de las investigaciones de Baeza sobre la trapecista y la dirección de Andrea Jiménez y Noemi Rodríguez, recupera la figura de la que definen como “la Lola Flores del circo”.
Después de unos inicios por los caminos de España, la suerte de Miss Mara cambió cuando unos ojeadores del Circo Ringling, entonces el más importante del mundo, descubrieron su talento (y el de su hermano, el alambrista Tonito) y se la llevaron a Estados Unidos. “Allí fue donde se convirtió en una gran estrella, actuando siempre en la pista central del mejor circo”, dice Baeza. Su número más sonado era la “resbalada de talones”, en la que se dejaba deslizar sin ningún otro punto de apoyo que sus gemelos, hasta quedar colgada por los pies. “Su técnica era notable porque combinaba la fuerza con el vuelo de forma pocas veces vista antes”, explica Baeza.
A su regreso de Estados Unidos, en 1957, trabajó para el Circo Americano y el Circo Price, y se afincó en el madrileño barrio de Moratalaz. “Entonces todavía había muchos descampados por allí, así que su familia podía aparcar su carromato circense”, apunta la actriz. Eran épocas en las que no estaba bien visto que las mujeres se dedicasen a lo gimnástico, así que Miss Mara trabajó con asociaciones del barrio para promoverlo. “No se aceptaba que las mujeres tuvieran musculatura, y ella era puro musculo”, dice la actriz, “su compromiso no se quedó ahí, sino que siempre reivindicó a la mujer y se dedicó a alfabetizar a las desfavorecidas”.
El espectáculo no es un estricto biopic de la artista, sino que Baeza y las trapecistas Sabrina Catalán y Graziella Galán (que la trató en persona), abordan la figura de esta “diosa del aire” desde su prisma personal, combinando el texto teatral con los números de trapecio, la música o el baile. “Es un espectáculo que trata sobre los sueños, la superación, el éxito o la muerte”, cuenta Baeza, y que nos hace entender la dureza de la vida dentro del mayor espectáculo del mundo.
El montaje se enmarca en una línea del Price dedicada a reivindicar la memoria del circo patrio. “Hay mucho material que recuperar, mucho que estudiar y cuidar; el circo es una expresión artística apasionante y España ha sido partícipe importante del imaginario y del sistema empresarial, familiar,artístio y también en el sentido del estrellato, del star system: Mara es un ejemplo de ello”, dice la directora María Folguera.
El Price quiere contribuir a visibilizar este legado a través de proyectos de creación, apoyando a quienes quieren investigar y profundizar en este mundo, cuidando la memoria desde la creación actual. Otros proyectos en este sentido han sido el de Cancamisa Teatro sobre Ramper, el de La Casquería Teatro sobre Pinito del Oro (Pinito, sombras de un trapecio, se estrena el 26 de mayo), la conferencia creativa de Davel Puente El señor Hoces y la memoria en tinta del Circo Price, el documental Recuerdos del Circo Price 1970 o y el proyecto Nexos, en el que participan veinte profesionales del circo de cuatro generaciones distintas, que forman parejas de distintas generaciones y van juntos a ver espectáculos y comentarlos (“la cuestión clásico/contemporáneo es un tema candente en el mundo del circo”, apunta Folguera).
Miss Mara se retiró en el circo Atlas en 1980 y falleció en Madrid en 2013, habiendo ganado dos Premios Nacionales de Circo, el Óscar Internacional de Circo y la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes. Ahora el trapecio vuelve a balancearse en su recuerdo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.