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Más de 850 discapacitados aguardan una plaza para una residencia en Barcelona

La capital catalana acusa la falta de recursos asistenciales para ancianos y personas con discapacidad

Jessica Mouzo
Una residencia de Barcelona en una imagen de archivo.
Una residencia de Barcelona en una imagen de archivo.Carles Ribas

Las listas de espera asuelan el sector de la dependencia. Más de 73.000 beneficiarios de la ley (un tercio del total) aún no han recibido su prestación y las demoras alcanzan a todos los recursos asistenciales. Sin embargo, los expertos del sector alertan de que las listas de espera se agravan especialmente en la ciudad de Barcelona, sobre todo, por la falta de plazas en residencias. Según el Departamento de Asuntos Sociales, 3.164 ancianos y 858 discapacitados esperan un recurso residencial en la capital catalana.Según los datos expuestos por Asuntos Sociales en una respuesta parlamentaria, casi 500 personas con discapacidad intelectual están en lista de espera para acceder a un hogar residencia. Y otras 212 aguardan una plaza para ingresar en una residencia. La diferencia entre estos dos recursos es la autonomía, pues, si bien en el hogar residencia pueden salir y ser más independientes, la residencia es un dispositivo de ingreso para los casos más graves y que requieren atención sanitaria constante.

“Hay mucha demanda de plazas para discapacitados intelectuales. Lo que entra ahora es por situación extrema. En Barcelona no existe la posibilidad de irte de casa porque no quieres vivir con tus padres o porque tu vivienda no está adaptada”, explica Rosa Cadenas, presidenta de Dincat, la federación de entidades que trabajan con personas con discapacidad intelectual. En 2018, había 2.127 plazas residenciales para discapacitados en la ciudad. Para terminar con la listas de espera, las plazas tendrían que aumentar un 40%.

Cadenas advierte de que hay casos complejos, como las personas que tienen un trastorno de conducta además de la discapacidad intelectual, que requerirían un circuito más ágil y más plazas públicas disponibles. “El nivel de agresividad es muy alto si no están bien y es complicada la convivencia en casa”, explica. Unas 24 personas con discapacidad intelectual y trastornos de conducta están en lista de espera para conseguir una plaza en una residencia especializada.

Los recursos asistenciales para personas con discapacidad física también tienen demoras. Aunque Cadenas matiza que este perfil de usuarios no requieren tantas plazas residenciales, la lista de espera de discapacitados físicos asciende a 91 personas para ingresar en una residencia y otros 30 para acceder a hogares residencia. A febrero de 2019, otras ocho personas aguardaban para entrar a un centro de día.

Dincat reclama una actualización de las tarifas y más plazas. “Llevamos 10 años congelados. No suben los módulos de los profesionales que atienden a esta gente y tampoco se han normalizado las plazas. Las tarifas tienen que actualizarse y tiene que haber plazas en todo el territorio”, reclama Cadenas. El precio de una plaza en una residencia para una persona con discapacidad oscila entre los 1.000 y los 3.000 euros, según el grado de dependencia.

Pero Barcelona no solo acusa la falta de plazas residenciales para discapacitados. También las camas para ancianos son insuficientes. En 2018, había 14.505 plazas públicas disponibles para una residencia, pero la lista de espera asciende a 3.162, según Asuntos Sociales. “La lista de espera más larga está en Barcelona. De dos a cinco años para conseguir una plaza. Esto es por la concentración de personas y porque Barcelona tiene un problema de suelo. Es muy caro construir. Te cuesta siete millones una nueva residencia”, apunta Cinta Pascual, presidenta de ACRA, la patronal de las residencias de ancianos.

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El Ayuntamiento de Barcelona denunció el año pasado que la lista de espera ascendía a 4.000 ancianos y criticó la “falta de transparencia” del Govern para compartir datos con el Consistorio. En un estudio sobre la oferta de plazas, el Ayuntamiento denunció que de las diez residencias que el Ejecutivo catalán se había comprometido a construir, solo se habían hecho cuatro. Según Asuntos Sociales, se inauguraron tres residencias en 2016 y las últimas plazas de ancianos fueron 523 de residencia asistida y 106 de centros de día.

Expediente sancionador a 23 centros

El Departamento de Asuntos Sociales realizó 371 inspecciones en 2018 a residencias de ancianos en Barcelona. A partir de ellas, Asuntos Sociales abrió 23 expedientes sancionadores, el 21% por incumplir condiciones relativas a la higiene y a la salud de los usuarios. Otro 11% fue por cuestiones relacionadas con la administración de la medicación.

ACRA reclamó que las valoraciones de la inspección “sean más cualitativas que cuantitativas”.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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