Vox logra un diputado y se hace un hueco en la política catalana
La ultraderecha se queda por debajo de lo que pronosticaban las encuestas y a 50.000 votos del PP
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Vox logró este domingo un diputado en Cataluña, propiciando que la ultraderecha se haga un hueco en la política catalana, pero por debajo de los tres escaños que le daba la última encuesta del CIS. Su candidato, Ignacio Garriga, será uno de los 24 diputados de Vox en el Congreso. El partido consiguió en Cataluña alrededor de 146.000 votos, un 3,5% del total, con el 98% de votos escrutados. Se quedó a poca distancia del PP catalán, que obtuvo unos 50.000 votos más, pero también logró un solo escaño, perdiendo cinco respecto a los últimos comicios en 2016.
Durante la campaña, Garriga (Barcelona, 1987) combinó la retórica contra el establishment político con los guiños a votantes obreros y, sobre todo, con un patriotismo español desacomplejado para un partido que se catapultó a nivel nacional a raíz de la crisis independentista. El candidato prometió acabar con las comunidades autónomas, la inmersión lingüística en catalán en las escuelas y cerrar la televisión autonómica, TV3.
Ante una sesentena de simpatizantes que siguieron la noche electoral en un hotel de Barcelona, Garriga habló de un “día histórico”. “Por fin va a haber un diputado que saldrá de Cataluña a decir lo que jamás había dicho ninguno del Partido Popular y Ciudadanos”, señaló antes de prometer: “España ni se discute ni se cuestiona; España se defiende”.
El futuro diputado, que es miembro del comité nacional de Vox y portavoz de la formación, se presentó como el representante de los catalanes “silenciados” y se comprometió a “luchar contra leyes ideológicas de la extrema izquierda”. Garriga —que antes de entrar en Vox militó en el PP de Sant Cugat del Vallès— también será el cabeza de cartel en las elecciones municipales de Barcelona. “Esto ha sido el inicio de esta reconquista que os dijimos. Ahora empieza lo mejor”, dijo delante de una pantalla con una enorme bandera española.
Sin precedentes
No hay precedentes de un partido de extrema derecha que logre un escaño en Cataluña en unas elecciones generales, según el historiador Xavier Casals. “El peso de las dos dictaduras de Primo de Rivera y de Franco hizo que se asociara el nacionalismo español con la dictadura y eso generara rechazo”, explica el experto. En 1977, en las primeras elecciones tras la dictadura, Alianza Popular consiguió un escaño por Barcelona pero, precisa Casals, era una corriente de franquistas reformistas.
El mayor paralelismo con Vox es Plataforma per Catalunya, el partido xenófobo nacido en Vic que en 2010 se quedó a las puertas de entrar en el Parlament y que en las municipales del año siguiente se hizo con 67 concejales en 39 localidades. Pero PxC nunca logró representación en el Congreso de los Diputados y en los años posteriores se diluyó hasta integrarse en Vox el pasado febrero.
Aunque sonaban con frecuencia canciones patrióticas a todo volumen (como el himno nacional en versión electrónica o el ‘Viva España’ de Manolo Escobar) y había algunos vítores esporádicos, la sensación era agridulce entre algunos de los simpatizantes de Vox congregados. “Hay que levantar el ánimo. Tenemos 24 escaños”, decía uno de los organizadores.
“Estoy muy contento. Es un partido que nace de cero. Estamos dentro del sistema y eso es fundamental para nosotros”, destacó uno de los asistentes, Gerardo Bandres, de 55 años. Lamentó que Pedro Sánchez vaya a seguir de presidente y sostuvo que la victoria de ERC en las elecciones en Cataluña demuestra que el independentismo está “vivo” y eso debería llevar a buscar una solución.
Con los resultados, se quedan fuera del Congreso el número dos de la lista de Vox por Barcelona, Juanjo Aizcorbe, que fue recientemente abogado de la familia Franco y también tiene vínculos con el PP; y el tercero, el torero Serafín Marín, que ganó protagonismo en 2010 con la prohibición de los toros en Cataluña.
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