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Campuzano asegura que la unilateralidad es un error

El portavoz del PDeCAT en el Congreso cree que la estrategia independentista del 2017 no tuvo “pulcritud democrática”

Cristian Segura
Carles Campuzano, portavoz del PDeCAT en el Congreso -
Carles Campuzano, portavoz del PDeCAT en el Congreso -álvaro garcía

“Siempre me pareció un error”. Esta es la opinión de Carles Campuzano, portavoz del PDeCAT en el Congreso, sobre la unilateralidad como estrategia del nacionalismo catalán para conseguir la independencia. Las palabras de Campuzano en su nuevo libro, Reimaginem la independència (Catarata), chocan con la línea seguida por su partido y por Carles Puigdemont al frente. “Todo lo que sucedió en Cataluña a partir de septiembre de 2017 es sobre todo una crisis profundamente democrática. […] Si el Estado forzó el choque de trenes, el soberanismo tiró para adelante. La sensación fue amarga en la medida que la pulcritud en los procedimientos y las reglas no se produjo”, escribe Campuzano.

Campuzano, procedente de la extinta CDC, es diputado desde 1996. En las elecciones generales del 28 de abril no podrá revalidar el escaño porque la plataforma Junts per Catalunya lo ha apartado de sus listas en favor de candidatos más radicales vinculados a La Crida, la nueva formación creada por Puigdemont y el presidente de la Generalitat, Quim Torra.

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Reimaginem la independència es un breve ensayo en el que el todavía líder del PDeCAT en las Cortes reflexiona sobre por qué cree que Cataluña debe ser un país independiente, sobre los errores cometidos por los poderes del Estado en el conflicto político catalán pero también sobre los errores de sus compañeros de filas. Campuzano, por ejemplo, lamenta un lema que durante el procés fue difundido por los partidos nacionalistas y por sus voceros para acelerar el camino de la independencia: “El eslogan 'tenemos prisa' quizá sirviera para la agitación y la propaganda en tiempos de Twitter, pero nunca para hacer la política que conviene”. Campuzano concluye que el independentismo es hoy central en Cataluña pero no tiene el suficiente apoyo para imponerse: “Es muy obvio que hoy por hoy no hay una mayoría de este tipo”.

El veterano diputado se declara admirador de la acción de gobierno de Jordi Pujol, sobre todo como integrador de colectivos procedentes de toda España y del extranjero en una idea transversal de lo que es ser catalán. Por eso, Campuzano dice lamentar que “probablemente el movimiento soberanista ha tenido más carga identitaria de lo que nos pensábamos y deseábamos”. El portavoz del PDeCAT en el Congreso también critica duramente el concepto “unionista”, que ha calado entre el independentismo: “La incorporación de la expresión 'unionista' ha sido un error. Era ajena a la cultura política catalana y tenía su origen más reciente en el conflicto de Irlanda del Norte. Reflejaba muy mal cuáles eran los términos del debate. No se trataba de confrontar partidarios de la independencia con los contrarios de la independencia, sino en reforzar y ampliar el consenso sobre el derecho a decidir”.

Reimaginem la independència es un libro severo en la valoración de la salud democrática de España: “En nombre de la defensa de la unidad de España se han sacrificado derechos y libertades, se ha erosionado el principio de la separación de poderes y la independencia de la justicia”. También es crítico con la Transición, aunque quiere romper una lanza por ella: “No es honesto formular una enmienda a la totalidad a lo que se alcanzó en aquellos años. La Transición fue un éxito y permitió el fin de la dictadura y poner en marcha un nuevo régimen político”. Campuzano incluso destaca, contra el parecer de los líderes actuales del independentismo, que la Transición fue positiva para el nacionalismo catalán: “Con insuficiencias y claroscuros, pero en términos globales, de sentido, orientación de fondo, fue en la dirección que los catalanistas en general, y los nacionalistas, en concreto, habíamos deseado”.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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