Coslada, la ‘milla de oro’ de las compras online

El Polígono Industrial de Coslada no tiene el glamour de las tiendas de la calle Serrano de Madrid ni el tránsito de peatones de la Gran Vía, pero naves como la de Pablo Román les están haciendo la competencia.

Román es el director de operaciones de Nacex, una empresa de mensajería que en noviembre inauguró su nuevo centro de distribución, de 12.140 metros cuadrados (equivalente a casi dos estadios de fútbol). A cinco minutos de la terminal de carga del aeropuerto de Barajas y a 25 minutos del centro de Madrid, a Román no se le ocurre ningún punto mejor en toda la Península Ibérica para competir, entre otras cosas, por hacer las entregas ultrarrápidas a domicilio que demandan los clientes que compran por Internet.

"Teníamos que estar en Coslada sí o sí", dice Román, de 54 años, mientras toma un café en su luminoso despacho, en una esquina de la moderna nave.

El atractivo de esta localidad de 81.860 habitantes que colinda con la capital ha crecido como consecuencia del boom del comercio electrónico: Coslada y los municipios industriales que se extienden hacia Barcelona a lo largo de la autovía A-2 (el Corredor del Henares) se han convertido en un lugar muy codiciado por inversores y empresas que buscan competir en un mercado donde gana el que responda con inmediatez. Antes de Internet ya era una potente zona logística desde la que los minoristas solían hacer repartos semanales a la capital, ahora es la autovía por la que ruedan a diario las mercancías de Amazon y otros que tratan de mantener su ritmo.

Román dice que en esta carrera solo unos pocos podrán permitirse operar desde Coslada, la que los expertos ya consideran milla de oro de las ventas online. “Todo el que lo puede pagar está aquí", añade. Nacex paga un alquiler de ocho euros el metro cuadrado, es decir cerca de 100.000 euros mensuales. El coste del metro cuadrado habría sido la mitad a 55 kilómetros de Madrid, según la consultora Estrada & Parterns. Pero para Nacex cada kilómetro es decisivo. Esta joven empresa, fundada en 1995, se ha hecho un hueco entre los gigantes de la paquetería gracias a su apuesta por la puntualidad, dice Román. Su nueva nave no es un almacén, sino un espacio diseñado para cargar y descargar a velocidad de vértigo.

Aunque el comercio por Internet en España es menor que en Estados Unidos o en otros países de Europa, hace un lustro que esta zona vive una fiebre por las naves grises que bordean la A-2. La demanda está alimentada por fondos de inversión extranjeros y Socimis (sociedades con ventajas fiscales para invertir en inmuebles) que apuestan por el crecimiento imparable de las compras online. "Es más seguro invertir en una nave en Coslada que en una tienda en la calle Serrano", dice David Martínez, director general de la consultora inmobiliaria especializada en logística Proequity. Martínez dice que ya nota cómo a algunos inversores les espanta la incertidumbre que ha surgido en torno al futuro del comercio físico, unas dudas que afectan incluso a la calle comercial más cara de Madrid.

Cerca de Nacex se encuentra el centro de distribución de alimentación de El Corte Inglés para sus clientes online en la Comunidad de Madrid, que fue inaugurado en 2013. Los gigantes de la mensajería tienen naves de distribución en Coslada o en el vecino Centro de Carga Aérea del aeropuerto de Barajas. Como apenas queda espacio disponible en Coslada, el municipio con más empresas logísticas de España (706), los nuevos operadores se ven obligados a instalarse más lejos del centro de Madrid.

En el siguiente municipio, San Fernando de Henares, Amazon tiene su segunda mayor planta en España y recientemente han sido levantadas varias naves gigantes para logística. Otros como Inditex o Primark se están yendo más lejos, a Marchamalo o Torija, ambos municipios de Guadalajara. Son terrenos más baratos donde pueden montar almacenes XXL de cerca de 100.000 metros cuadrados (14 campos de fútbol).

De modo similar, el comercio online ha potenciado otras zonas de distribución y almacenaje cerca de grandes urbes, como por ejemplo en la zona de Nueva Jersey que da abasto a Manhattan, al otro lado del río Hudson. En Reino Unido, la zona preferida es la céntrica región de la East Midlands, bien conectada con las vías de tren y carretera.

En Madrid, la fiebre por el suelo logístico comenzó hace cinco años y desde entonces se han batido récords de contratación año tras año. Esta alcanzó los 931.000 metros cuadrados en 2018 en Madrid y sus provincias limítrofes, siendo el eje A-2 el principal protagonista con 459.000 m² de contratación, según la consultora inmobiliaria CBRE. En este eje hay construidos 5,7 millones de metros cuadrados de suelo logístico, algo más de la mitad del total en Madrid y las provincias limítrofes, según estima Estrada & Partners. Recientemente ha ganado importancia la zona sur con operaciones en Getafe o Illescas, en Toledo, lugar elegido por la cadena de ropa sueca H&M y Amazon (que en abril abrirá su mayor centro en España, de 100.000 metros cuadrados).

Para el Corredor del Henares este nuevo boom ha supuesto un segundo impulso. La logística despegó en esta zona en los noventa, cuando ganó peso el comercio global y mejoraron las redes de transporte. Muchas empresas se animaron a instalarse en Coslada por su cercanía a Barajas y al Puerto Seco, una terminal ferroviaria con servicio de aduanas conectada con los cuatro principales puertos marítimos del país.

Según algunos expertos, el potencial del Corredor es mucho mayor, gracias a las conexiones aéreas de Barajas. "Asia necesita un punto para distribuir sus productos en Latinoamérica, Europa y África y Coslada tiene la posición geográfica perfecta", dice Francisco Aranda, secretario general de la patronal del sector logístico, Uno.

El sector está en plena revolución y es difícil prever el futuro de la logística. Para satisfacer la exigencia de inmediatez de los consumidores online, algunas empresas de reparto como Seur han creado una red de “microhubs” de barrio en Madrid (más espaciosos que sus tradicionales tiendas de conveniencia). De este modo estas empresas resolverían lo que se conoce como “problema de la última milla”, evitando dar vueltas por la ciudad con camiones semivacíos.

Pero el desarrollo de esa red aún presenta retos por el impacto de ruido o tráfico. "Entre otras cuestiones, queda por saber si esos centros serían de titularidad pública o privada y si estarán abiertos a un solo operador o muchos", dice Ramón García, director de innovación de la asociación Centro Español de Logística.

La importancia de Coslada y la A-2 no disminuirá según los expertos porque esa futura red logística urbana sería complementaria con los almacenes y centros de distribución de mayor tamaño en las afueras.

Los desafíos para estos municipios son otros: la creciente robotización de las tareas logísticas, que dejaría sin trabajo a muchos, o la falta de espacio que ya afecta a Coslada. Este municipio se quedará sin suelo cuando culmine la adecuación de 156.000 metros cuadrados más para uso logístico, ya en curso.

La mitad de sus 11,7 kilómetros cuadrados es suelo industrial, según el Ayuntamiento, que ha tratado de facilitar los cambios de uso. “Lamentablemente no podemos crecer más pero eso no va a dejar de hacer de Coslada una referencia en el transporte”, dice el alcalde, Ángel Viveros. “Nuestra situación geoestratégica es inmejorable”.

En la nueva nave de Nacex todo está diseñado para evitar demoras. La nave tiene 114 muelles para que furgonetas y camiones carguen y descarguen a la vez, con un sistema de clasificación capaz de procesar 32.000 paquetes por hora.

Cerca del despacho de Román, tres empleados monitorean en pantallas los movimientos en sus 31 centros distribuidos por España y Portugal. Román siente que están preparados para el futuro: "En este negocio cada minuto es oro".