30.000 personas para acceder a 288 viviendas en alquiler en Madrid
Este miércoles acaba el plazo para presentar el papeleo y optar a una de las viviendas del Ayuntamiento
En una fecha todavía por concretar del mes de abril se celebrará lo que podría denominarse como El sorteo del piso. El Ayuntamiento adjudicará 288 viviendas públicas para alquiler entre aproximadamente 30.000 demandantes, que son quienes han desfilado estas semanas por la sede de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) en la madrileña calle de Palos de la Frontera para rellenar el cuestionario pertinente.
Pero este reparto no se hará por sorteo puro, como pensaba una mayoría de quienes poblaban las colas. Ni tampoco cada vivienda tendrá un alquiler fijo. “Se ha impuesto la flexibilidad en las rentas”, dice la portavoz de la EMVS. El coste del alquiler se va a adecuar a la situación económica que acredite la familia en cada momento, limitando las rentas máximas a un 20 o 30 % de los ingresos familiares. En el peor de los casos, el precio mínimo se ha fijado en 65 euros mensuales. Si el agraciado no tiene ningún tipo de ingresos, se le hará un plan de pagos. El precio máximo rondará los 540 euros.
Las viviendas a sortear pueden ser de un dormitorio (40-45 metros cuadrados), dos dormitorios (50 a 60) y tres dormitorios (65 a 75). Los pisos están situados en Vallecas (110), 51 en Villaverde, 50 en Tetuán y el resto entre Carabanchel, Usera, Centro, Barajas y otros. Estas viviendas se suman a las 3.179 adjudicadas desde el principio del mandato.
Y es que el pasado 5 de enero entró en vigor el nuevo Reglamento que marcará el procedimiento a seguir en esta nueva Oferta de Vivienda. A grandes rasgos, se ha pasado de un sistema de baremación, en donde se asignaban puntos según las condiciones del solicitante, a uno de cupos, en donde se coloca a cada aspirante en uno o varios grupos y entran en el sorteo de viviendas dirigidas a ellos. Estos grupos son 9: menores de 35 años, mayores de 65 (ambos suman el 20% de la oferta), familias monoparentales (5%), numerosas (5%), personas con discapacidad (4%), víctimas directas o indirectas de violencia de género (5%), personas vulnerables (18%), en extrema exclusión residencial (donde entrarían, por ejemplo, los refugiados) (3%) y grupo general (40%).
Cada solicitante puede estar en un grupo o en varios, según sus características. Y es en ese punto donde el sorteo entrará en acción, de tal manera que un mismo candidato puede participar en varios sorteos. Por ejemplo, un discapacitado mayor de 65 años y en situación vulnerable entrará en tres sorteos.
Solicitantes
Cada uno de los candidatos tiene una historia que contar, como el peruano Franklin Chema, de 35 años, que ha esperado cinco horas en la cola: “Vivo en Usera y pago 600 euros por un cuarto en donde vivo con mi hija y mi esposa”. Chema trabaja en la construcción y no tiene un contrato fijo, por lo que es más complicado que le alquilen un piso a él y su familia ya que su sueldo no es estable y no tiene cómo pagar los cinco meses de fianza. “Si consigo una vivienda pública en arriendo pasaría de pagar 600 a 250 euros en mi barrio”, dice mientras enseña los papeles de la renovación de su solicitud.
Quedan dos horas para que termine el plazo de inscripción y Vira Tolochko tiene el número 987 para entrar. Esta mujer de 63 años llegó de Polonia a vivir a Madrid hace 30 años. “Soy una víctima de la hipoteca, perdí mi casa y ahora vivo de alquiler, espero que con las nuevas condiciones pueda conseguir un piso”, dice Tolochko. Como una buena parte de los aspirantes, su intención es el alquiler con opción a compra.
Este es el caso de Andrés García, de 41 años, que necesita que su piso sea en Carabanchel, porque sus hijos van al colegio allí. “Ahora pago 500 euros por mi piso y si consigo una vivienda pública puedo empezar a pagar 200 euros de alquiler”.
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