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El sector biomédico despunta pese a la caída de la inversión pública

Cada semana se crea un Cataluña una nueva compañía del sector, que supone el 7% del empleo

Jessica Mouzo
Una investigadora en un laboratorio del Centro de Regulación Genómica de Barcelona
Una investigadora en un laboratorio del Centro de Regulación Genómica de Barcelona Massimiliano Minocri (EL PAÍS)

El sector biomédico catalán vive una época expansiva y apuntala su solvencia en todos los ámbitos: cada semana se crea, de media, una nueva compañía en el campo de las ciencias de la vida y la salud, los inversores internacionales se han multiplicado por diez y el empleo ha crecido un 22,5% hasta superar los 53.700 trabajadores. Y todo, pese a la caída de inversión pública en I+D: según el Idescat, en 2016, último año del que se tienen cifras, el gasto de la Administración en I+D fue del 0,28% con respecto al PIB, un 15% menos que en 2010, cuando se alcanzó el 0,33%.

El último informe del Biocat, la organización que aglutina al sector biomédico, apunta que genera 31.087 millones de euros cada año (7,2% del PIB). Este ámbito aporta el 7% de la ocupación en Cataluña, según estos datos, y entre 2015-2017, las startupscatalanas del sector sanitario atrajeron 340 millones de inversión, el triple que en el período 2013-2015. “En sentido amplio, el sector está creciendo. Estamos en un momento interesante y prometedor en cuanto a innovaciones terapéuticas y dispositivos médicos. Se está avanzando en nuevas terapias que nacen de la investigación que se hace en universidades y hospitales. La cadena de valor para llegar al paciente requiere inversión y tanto el número como el volumen de las inversiones es creciente y de forma sana”, valora Jordi Naval, director general del Biocat.

El sector biomédico catalán escala posiciones a nivel internacional pese al lastre del gasto interno en I+D, que representa el montante público y privado. El Biocat admite en su informe que, pese a estar por encima de la media del Estado en este concepto, el indicador no ha dejado de empeorar y lleva cuatro años (los datos referidos son hasta 2015) estancado en el 1,5% del PIB. “El ámbito privado ha experimentado un descenso mayor, un 7,3%. La inversión catalana en I+D en los sectores de la enseñanza superior y la Administración pública se ha contraído, respectivamente, un 5,3% y un 1,5%”, apunta el estudio.

Naval se suma a la demanda de recursos que, desde hace tiempo, reclaman universidades e investigadores. “La inversión pública es fundamental para la creación inicial de las distintas líneas de proyectos. Es una carrera de relevos. Esta inversión pública va dejando paso a la inversión privada”, señala. En este sentido, destaca el incremento de inversores extranjeros, sobre todo norteamericanos. “En 2013 había cinco y hoy hay 50. La calidad de los proyectos es muy alta y se está atrayendo la inversión”, señala. El capital logrado en las rondas de inversión con presencia internacional alcanzó los 211 millones de euros, casi el triple que en 2013-2015.

El estudio del Biocat apunta a que las firmas biotecnológicas están desarrollando 18 potenciales medicamentos, 11 más que en 2013. Tres de ellos ya están en ensayos avanzados. La organización estima que al menos 10 productos y dispositivos tecnológicos fabricados en Cataluña llegarán a los pacientes en 2025.

Esfuerzos en oncología

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La oncología se sitúa como la disciplina más atractiva y a ella va dirigido el grueso de los esfuerzos. El 38% de las biotech están dentro del cáncer. Sin embargo, augura Naval, la investigación en enfermedades infecciosas gana peso y eso se traducirá. “La oncología, por el impacto social y la diversidad que hay, juega un papel importante. Pero la inversión funciona por oleadas y creemos que las infecciosas, que han estado menos priorizadas estos años, volverán a ser un foco de inversión relevante. El reto será desarrollar mecanismos para que los inversores puedan recuperar su aportación”, explica el responsable del Biocat. El experto apunta el auge del sector en las enfermedades del sistema nervioso central, desde las demencias a los trastornos de salud mental.

El Biocat destaca los nombres propios de los investigadores que han sido citados más veces en los estudios publicados de ciencias de la vida y la salud. Las citas son un parámetro de referencia para medir el valor de los estudios y los investigadores que hay detrás. En 2016, entre los investigadores más citados estaban Josep Tabernero, director del Vall d’Hebron Institut d’Oncologia y eminencia en el estudio del cáncer; Jordi Bruix, médico del hospital Clínic de Barcelona y experto en oncología hepática; Roderic Guigó, del Centro de Regulación Genómica; o Pablo Alonso Coello, del Instituto de Investigación Sant Pau.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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