La policía libera a 10 inmigrantes forzados por una mafia rumana a mendigar y hacer de estatuas en Santiago
La trama elegía como víctimas a personas con "minusvalías físicas y psíquicas" y las mujeres también eran obligadas a prostituirse
Las pruebas del delito, además de los testimonios de las víctimas, son las pelucas y los disfraces hallados en uno de los registros en la capital gallega y las imágenes de unas infraviviendas destartaladas y sembradas de desperdicios donde las personas que han sido liberadas eran obligadas a malvivir amontonadas. Aunque, según el relato de la policía nacional, las seis mujeres y los cuatro hombres rescatados apenas paraban en casa porque estaban forzados a mendigar por las calles de Santiago y a actuar como mimos o estatuas humanas, sobre todo en el entorno turístico de la catedral, durante jornadas eternas "sin descansar ni comer".
Algunas de las mujeres, además, tenían que ejercer la prostitución en un burdel de Compostela regentado por una mujer de nacionalidad colombiana que ha sido detenida junto a dos hombres, presuntos miembros de una mafia de origen rumano con enlaces en su país de origen. Una de las víctimas era sometida a agresiones sexuales "de forma continuada" por parte del cabecilla de la red y según la policía la obligaban a tomar píldoras abortivas. El líder, que supuestamente se valía de amenazas a los compatriotas captados y a sus familias para infundir el miedo y garantizarse la obediencia, ha ingresado ya en prisión.
La organización criminal investigada por supuestos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación para la mendicidad y sexual "captaba a sus víctimas en Rumanía, preferentemente con minusvalías físicas y psíquicas", y las traía a España "bajo una falsa promesa de trabajo". A estas personas en "situación de vulnerabilidad" se les prometía un futuro digno, con "vivienda y un trabajo en el sector de la hostelería". Las discapacidades, apunta la policía, resultarían muy "rentables" a esta mafia "para los verdaderos trabajos, como la mendicidad, que iban a realizar aquí".
Con estas promesas, las víctimas aceptaban viajar a España, a veces acompañadas de sus familias, y eran trasladadas hasta la provincia de A Coruña "donde eran alojadas en infraviviendas que controlaba la organización". Los inmuebles "tenían unas condiciones de salubridad, higiene y seguridad deplorables" y en ellos "permanecían hacinadas".
Daba igual que diluviase o que hubiese una ola de calor: según los agentes, "los investigados obligaban a las víctimas a mendigar por las calles de Santiago, pidiendo limosna de rodillas durante jornadas que duraban todo el día sin importar las condiciones meteorológicas". "También ejercían como mimos o estatuas humanas, recaudando dinero sin tiempo para descansar ni comer", y todo lo que conseguían era entregado "inmediatamente" a los jefes. Los detenidos "se mostraban especialmente violentos" cuando algunos de sus trabajadores clandestinos "enfermaban y no podían salir a la calle". Las mujeres, además, eran "amenazadas y controladas en todo momento por la dueña del local" de alterne en el que eran empujadas a prostituirse.
Aparte de las tres personas detenidas en Santiago, los investigadores quieren localizar a sus contactos en el extranjero. Han solicitado ya tres órdenes europeas de detención y extradición para los miembros de la banda "que se encuentran residiendo fuera de España". El Cuerpo Nacional de Policía recuerda que existe un "teléfono de la trata" (900 10 50 90) y un correo (trata@policia.es), atendidos por policías especializados y "a disposición de la ciudadanía las 24 horas". Desde octubre de 2017 han recibido "más de 2.000 comunicaciones entre llamadas y correos". En el mismo plazo, han sido detenidas "más de 1.200 personas vinculadas a organizaciones criminales de trata y explotación sexual" y se ha rescatado a "290 víctimas" sobre todo "de nacionalidad rumana, nigeriana, china y dominicana".
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