_
_
_
_

Las ovejas toman el centro de Madrid

Se cumplen 600 años de la Concordia entre los Hombres Buenos de la Mesta y el Concejo de la Villa y 25 de la fiesta de la trashumancia

Las ovejas transhumantes pasan por Madrid.
Las ovejas transhumantes pasan por Madrid.Álvaro García

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Desde hace 25 años, rebaños de ovejas trashumantes suben al asfalto de Madrid y recorren la calle de Alcalá, por donde discurre la Cañada Real. Las más de 1.500 ovejas y 100 cabras que han pasado hoy por la ciudad han venido andando desde las montañas de León atravesando el Puerto de los Leones en la Sierra de Guadarrama y se dirigen al sur de la península, donde pasarán el invierno. Abriendo el paso iban los Mayorales y Sarrujanes de las montañas de Cantabria quienes, con sus mastines para defensa frente a los lobos, recorrían las cañadas para elegir los mejores pastos de invierno en las dehesas del sur, arrendar montaneras y espigaderos y denunciar cualquier intrusión de las vías pecuarias.

Más información
Cuando las ovejas “ya saben” que se van de veraneo
El recorrido por Madrid

Este año se han cumplido 600 años de la Concordia entre los Hombres Buenos de la Mesta y el Concejo de la Villa, y un cuarto de siglo desde la celebración de la Fiesta de la Trashumancia en Madrid. La red de vías pecuarias es un legado histórico de interés capital único en Europa, protegido desde 1273. Son 125.000 kilómetros de longitud y 420.000 hectáreas de superficie de cañadas, cordeles y veredas que están reconocidas como bienes de dominio público, inalienables, imprescriptibles e inembargables.

En Madrid, la Cañada Real discurre por la calle de Alcalá. Con motivo de los 25 años de la Fiesta, el Ayuntamiento ha ampliado el recorrido habitual del rebaño y de los grupos acompañantes desde Cibeles hasta Neptuno por el Paseo del Prado, y regreso a Cibeles.

Los rebaños a su paso por la puerta del Sol.
Los rebaños a su paso por la puerta del Sol.ÁLVARO GARCÍA

El Mayoral del rebaño de ovejas merinas trashumantes ha entregado a la alcaldesa, Manuela Carmena, los “50 maravedís al millar” estipulados por la Concordia de 2 de marzo de 1418 entre los Hombres Buenos de la Mesta y los Procuradores del Concejo de la Villa en concepto del derecho de paso de los rebaños por la capital.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Un rebaño permanente en la Casa de Campo

La Casa de Campo contará próximamente con un rebaño de 600 cabezas de ganado lanar, según ha anunciado la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante la Fiesta de la Trashumancia. De este modo, este parque forestal, protegido como Bien de Interés Cultural, contará con un eficaz medio para la prevención de incendios, además de regenerar el suelo.

Las ovejas estarán siempre acompañadas por un pastor y dormirá en los rediles durante la noche. El rebaño vivirá en la Casa de Campo entre mediados de octubre y mediados de junio, pues en verano se acaba el pasto.

Los servicios que prestará el rebaño en la Casa de Campo desde el otoño hasta la primavera serán, principalmente, la limpieza de pastos para la prevención de incendios. Frente al desbroce con maquinaria, las ovejas no consumen energía y no erosionan ni contaminan el suelo.

La presencia de un rebaño de forma permanente contribuye también a la regeneración del suelo y el fomento de la biodiversidad, mediante el estiércol de las ovejas y la dispersión de semillas de especies vegetales procedentes de otros ámbitos que viajan en el aparato digestivo de las ovejas trashumantes.

Por último, la presencia de un rebaño trashumante en la Casa de Campo será un recurso educativo y cultural que acercará la naturaleza a la ciudadanía.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_