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“Trabajando en los videojuegos gastas muchas vidas”

Tatiana Delgado, una de las diseñadoras de videojuegos pioneras en España, da este viernes una charla sobre realidad virtual en la Madrid Games Week

La desarrollado de videojuegos Tatiana Delgado posa en el despacho de su casa en Madrid.
La desarrollado de videojuegos Tatiana Delgado posa en el despacho de su casa en Madrid. ANDREA COMAS

Tatiana Delgado (Madrid, 42 años) lleva toda la vida rodeada de consolas gracias a su padre, apasionado de los videojuegos. Pronto se dio cuenta de que lo que más le gustaba no era jugar, sino diseñar. Tras pasar por compañías referentes del sector, como Gameloft o King, acaba de fundar su propia empresa, Out of the Blue. En ella trabaja con realidad virtual, sobre lo que dará hoy una conferencia en la Madrid Games Week, en Ifema.

¿Qué hace exactamente una diseñadora de videojuegos?

Jugar a puzles con realidad virtual

Buscar un mundo nuevo en el que trabajar le llevó a apostar por la realidad virtual, una tecnología “sin unas reglas de diseño definidas”. todavía, dice Tatiana Delgado. Junto a los tres trabajadores de su empresa, está en la primera fase de la creación de un juego de puzles narrativo con realidad virtual, del que también saldrá una versión estándar.

Pensar en la idea, definir reglas, buscar la documentación... Es como crear la lista de instrucciones para que el resto del equipo pueda crearlo.

¿Fuera del sector cuesta entender de qué va su profesión?

Es complicado hacer entender todo el trabajo que hay detrás de un videojuego. Hasta hace un tiempo mis padres todavía pensaban que solo hacía dibujitos.

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¿Qué le dijeron cuando decidió dedicarse a ello?

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Tuve la suerte de que siempre me apoyaron. Eso sí, pusieron una condición antes: sacarme una carrera. Entonces elegí una técnica para aprender. Y fue teleco.

¿Le sirvió?

Es gracioso, pero lo que más me sirvió es que en la carrera fundamos un club de rol. Allí aprendí muchísimo del mundo del juego, de las reglas y estrategias.

¿Por qué cree que su sector está aún muy masculinizado?

Creo que de mi generación hay muy pocas mujeres porque tampoco les gustaba mucho jugar entonces. Con el paso del tiempo surgirán más desarrolladoras. En el colegio hay que inculcar que la tecnología no es solo para hombres. Si te gusta, práctica, juega e inténtalo.

¿Da vértigo lanzarse a crear una empresa propia?

Siempre quise hacer mis propios juegos y creo que llegó el momento. En mis inicios tuve la suerte, entre comillas, de que mi primera empresa quebró. Fue un shock, pero perdí el miedo a la inestabilidad de la industria. En este sector se cierran empresas cada dos por tres, pero luego nacen otras.

¿Echa algo de menos de trabajar en una gran empresa?

En casa pierdes el contacto diario con gente de todos los campos de las empresas grandes. Pero ganas en libertad creativa, que es algo impagable.

Los estudios independientes cada vez son más comunes en la industria del videojuego.

La situación en Madrid es complicada. En Barcelona, por ejemplo, están bastante mejor. Se ha hecho un núcleo fortísimo de desarrollo de juegos para móvil con empresas que tienen muchísimo dinero. Con eso, no se puede competir aquí.

¿Cómo es su día a día ahora que es su propia jefa?

Ahora estamos en la parte más divertida, con tormentas de ideas sobre cómo va a ser el próximo juego, los personajes, los entornos... Luego llega la parte más mecánica, la de documentación, para que luego la gente que lo hace pueda saber cómo.

Después de la jornada, ¿juega también en su tiempo libre?

¡Nada! Cuando acabo la jornada no quiero saber nada. Últimamente solo juego a los de la competencia, para ver cómo hacen las cosas, cómo resuelven los problemas, para poder aprender yo.

¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo?

Ver a alguien que juega a tu juego y lo pasa bien, esa es la mayor recompensa que tenemos. Las opiniones positivas nos dan mucha energía, y compensan los momentos peores, que los hay.

¿Cuáles?

Es una industria que quema mucho, hay momentos de estar sin cobrar, de echar muchas horas, en los que gastas muchas vidas... Todavía estamos en la fase de que como os gusta trabajar en esto, os quedáis mil horas extras o fines de semana sin cobrar. Tenemos mucha vocación y hay gente que se aprovecha. A la industria del videojuego le falta mucho para ser madura.

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