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“Para ser buen quiosquero hace falta vocación”

Teresa Araujo lleva 30 años abriendo su quiosco en Cuatro Caminos poco después de las seis de la mañana

Teresa Araujo, en su quiosco en Cuatro Caminos.
Teresa Araujo, en su quiosco en Cuatro Caminos.KIKE PARA
Lucía Franco

Desde hace 30 años, lleva un quiosco en Cuatro Caminos que heredó de su padre y éste, a su vez, de su madre. Pero con Teresa Araujo (Madrid, 56 años) se acaba la tradición familiar: sus hijas no van seguir en el negocio. Convertida desde junio en presidenta de la Asociación de Vendedores Profesionales de Prensa de Madrid (AVPPM), cuenta que tiene una relación muy familiar con los clientes más fieles —“te cuentan sus penas, te dejan sus llaves”— y que sirve de GPS a los turistas. “Es un servicio público”, dice.

¿A qué hora amanece para tener el quiosco listo?

A las 5.45 todos los días. A las 6.15 comienzo a colocar periódicos y revistas mientras me encargo de mil problemas que van surgiendo con la distribuidora y mientras me llaman compañeros a contarme sus molestias. Y así hasta la tarde. Cierro a las 19.30.

¿Conoce a alguno de sus clientes por el nombre?

A casi todos. Sabes lo que quieren antes de que lo pidan.

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Sí, como dice el refrán, suelo mojado, cajón vacío.

¿Qué es lo que más le compran los jóvenes?

Revistas de música y de videojuegos, y tabaco y agua.

En un quiosco tan céntrico ¿compran más los turistas o los vecinos?

Los turistas.

Hay lectores que dicen que el papel tiene una magia especial, ¿usted también lo ve así?

Yo no puedo leer un libro en una tablet, tengo que tocar el papel, sino no me gusta, no me sabe.

¿Cuántos quioscos han cerradoen los últimos años?

Desde el verano han cerrado seis quioscos en la ciudad de Madrid. Hay un 37% menos desde 2012. Y el porcentaje avanza.

¿Cuáles son las licencias más atípicas que piden los quiosqueros?

No podemos vender cualquier cosa, pero tenemos productos atípicos como: relojes, muñecos, coches para los niños, vídeos...

Sumido el sector en crisis, ¿qué barajan para poder mejorar sus ingresos?

Nos ayudaría mucho que el Ayuntamiento suavice cosas como el canon, que es una bestialidad. Hay quioscos en la calle Santa Engracia que pagan 2.800 euros al año. Y pasa que aunque el canon ha subido poco, han bajado mucho las ventas.

¿El mayor cambio en la historia de la asociación que preside?

Pasar de no tener quiosco a tenerlo. Los periódicos antes se vendían en la calle voceando “¡El País, El País!”. Eso cambió en 1946 cuando se empezaron a poner los quioscos. Y en 1985 fue muy importante porque nos dejaron ser autónomos, antes no teníamos derecho a nada.

¿Cómo han ido cambiando sus rutinas de trabajo con el paso de los años?

Estamos muchas más horas que entonces. Si no se venden tantos periódicos tienes que vender lo que sea: pipas, chicles, tabaco... También ha aumentado mucho la cantidad de revistas, por ejemplo. Antes solo había cuatro y ya.

¿Qué servicios quisieran ofrecer a los quiosqueros y no tienen permitido?

Quisiéramos poder vender el abono de transporte y la publicidad genérica. Seguiremos pidiéndoselo al Ayuntamiento.

¿Un buen quiosquero tiene que serlo de vocación?

Es vocacional y yo es algo que llevo en la sangre. Mis padres me lo pasaron y llevo con él 30 años, pero mis hijas ya no lo cogen.

¿Qué pueden seguir festejando los quiosqueros, o que querrían estar festejando cada 5 de octubre?

Deberíamos festejar muchas cosas pero no podemos. Lo único que hacemos el 5 de octubre es agradecerle al cliente que se acerque al quiosco. No hay mucho que celebrar porque los quioscos están cerrando. Hay muchas trabas para seguir con el local abierto.

¿Es de las pesimistas o de las optimistas que cree que el periódico de papel le sobrevivirá?

Estoy convencida de que me va a sobrevivir.

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Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.

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