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Las madres catalanas, las más tardías de Europa

Los nacimientos cayeron un 3,6 % el año pasado, mientras que la media de edad de tener el primer hijo subió hasta los 31 años

Una mujer embarazada.
Una mujer embarazada.Getty Images

Las mujeres catalanas tardan cada vez más en ser madres y cuando lo hacen tienen menos hijos. Así lo indican los datos difundidos este jueves por el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), que revelan que la edad media de las madres para tener a su primer hijo ha subido hasta los 31 años, la edad más alta en Europa, junto a Italia. Asimismo, en 2017 nacieron 66.495 bebés, un 3,6 % menos que el año anterior.

Justo antes de estallar la crisis, en 2008, las mujeres se animaban antes a ser madres: lo hacían de media a los 29 años. Actualmente tardan dos más en tener su primer hijo. La edad es diferente según la nacionalidad de la madre: las catalanas lo hacen a los 32,7 años, mientras que las de origen extranjero lo hacen a los 30,3. De hecho, las madres no nacidas en España son las que hacen resistir la estadística. De los 66.495 nacidos el pasado año, 18.510 son hijos de madres extranjeras (lo que representa el 27,8 %), mientras que en 2016 representaban el 26,5 %. Y también tienen más hijos: un 1,62 de media, respecto al 1,25 de hijos de mujeres de nacionalidad española.

Estas cifras colocan a Cataluña a la cabeza de la maternidad tardía en España (donde la media está en 30,8) y de Europa. Italia coincide en los 31 años, seguida de otros países como Luxemburgo (30,5), Grecia (30,3) o Irlanda (30,1), mientras que cierran la lista Rumanía y Bulgaria, donde las mujeres son madres por primera vez a los 26 años de media.

Se trata de una tendencia que se mantiene desde el inicio de la crisis, pero abriendo más el foco, ya hace varias décadas que se produce. Los demógrafos uno de los motivos claves es que actualmente llega a la edad de tener hijos una generación (la de finales de los 80 y principios de los 90), también marcada por un bajo número de nacimientos. De hecho, en 1990 vieron la luz 56.464 bebés, una cifra inferior a la actual. Pero hay más. Daniel Devolder, investigador del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, abunda que se trata de un fenómeno generalizado en Europa debido a la dificulta de los jóvenes para tener un entorno laboral estable y acceder a una vivienda. “Además los jóvenes prefieren disfrutar de su libertad más tiempo y no estar ligados a la maternidad”, añade el experto, que advierte que la mejora de las estadísticas durante los primeros años de este siglo se debe a la inmigración y a la llegada de madres jóvenes. “Pero con la crisis empeoran las condiciones laborales, el acceso a la vivienda y tampoco llegan tantos inmigrantes. Incluso algunos se van”, subraya Devolder.

Además de la tardanza, la nueva maternidad está caracterizada por un número menor de hijos. El año pasado las familias tenían 1,36 niños, mientras que el año anterior la media estaba en 1,39. Esta cifra también se ha hundido con la crisis. En 2008 se llegó a 1,53 de hijos de media, una cifra que no se había logrado desde hacía 20 años, pero que se había animado al alza con la bonanza económica de principios de siglo.

Respecto a los partos, los datos del Idescat también indican que uno de cada tres partos de mujeres mayores de 35 años el pasado año fue por cesárea. Concretamente, se produjeron 47.192 naturales (el 72,2 %) y 18.177 por cesárea (27,8 %). Este último dato va muy vinculado a la edad. Así, las cesáreas se practican en solo en uno de cada cinco mujeres menores de 25 años, pero en uno de cada cuatro en mujeres de entre 25 y 34 años y en un tercio de las madres de más de 35 años.

Con la edad también aumentan los partos múltiples, que el pasado año fueron 1.355 (2,1 %), de los cuales 1.346 fueron dobles y 9 de trillizos. En mujeres menores de 35 años los partos múltiples representan menos del 2 %, en mujeres de 35 a 39 alcanzan el 2,5 % y cuando se superan los 40 años el porcentaje sube hasta el 3,8 %.

En este sentido, Elena Carreras, jefa de Obstetricia y Ginecología del hospital Vall d'Hebron apunta que una maternidad tardía conlleva riesgos asociados, desde una mayor dificultad para lograr el embarazo hasta complicaciones durante la gestación, con enfermedades como la preeclampsia, el riesgo de un parto prematuro o los partos múltiples.

Los expertos ven complicado el cambio de tendencia y temen incluso que empeore. “Si continúa subiendo la edad de la maternidad se corre el riesgo de que se incremente el porcentaje de mujeres sin hijos, que ahora es del 25%”, advierte Devolder. El investigador considera que reducir los contratos precarios y aumentar el salario de los jóvenes es clave para revertir esta situación. Y acaba con un lamento: “El fin de la crisis no se está notando en una mejora de la natalidad”.

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