“En Madrid está creciendo el interés por la cultura catalana”

Hasta enero de 2017 había agrupaciones de castellers, las torres humanas tradicionales de Cataluña, en Sydney, Londres o Hangzhou (China) pero no en Madrid. Fue entonces cuando el abogado Josep Ramón Casas y otra veintena de catalanes residentes en la capital inauguraron la colla castellera de Madrid, que en poco más de año y medio cuenta con más de noventa integrantes y ha hecho casi 30 exhibiciones en la capital y alrededores, gracias en gran parte al interés de muchos madrileños y otros no catalanes residentes en Madrid. En el Baròmetre Casteller, un ranking de las mejores collas del mundo, ya están en el puesto 74 de un total de 92.

Pregunta. ¿A qué se debe ese crecimiento tan rápido?

Respuesta. El boca a boca funciona mucho. El primer arreón fue de gente catalana que vinieron con sus amigos. Luego ya gente que nos ha visto en actuaciones en San Isidro, Vicálvaro, Vallecas o el Barrio del Pilar nos han preguntado dónde ensayamos (en Avenida Ciudad de Barcelona, 162) y se han apuntado. 

P. ¿Y qué les atrae de la colla?

R. Hay gente que viene porque es una actividad pseudodeportiva, parecida a la escalada. Otros están interesados por la cultura.

P. ¿Hay muchos madrileños interesados por Cataluña?

R. Muchos. Tenemos gente de Madrid que habla catalán perfectamente porque lo han aprendido aquí, porque les gusta. Tenemos de todo. Madrileños, gallegos, asturianos, andaluces, valencianos… y también extranjeros, un italiano y un peruano. En Madrid, el tema político catalán está haciendo que crezca el interés por la cultura catalana. A favor y en contra.

P. ¿Hay muchas collas por el mundo?

R. Casi todas las collas del extranjero han surgido en los últimos seis o siete años. El movimiento casteller está adquiriendo mucha fuerza porque es un punto de integración de gentes muy dispares.

P. En China parece que hay también interés.

R. La de China es un poco peculiar. La creó un empresario chino que estuvo en Cataluña y les gustó. Les invitaron a Cataluña hace dos años y de entrada hicieron una torre enorme de 9 alturas, sin despeinarse. La gente alucinaba. 

P. ¿Cómo es posible que hubiera una colla en China pero no en Madrid?

R. Pues porque nadie se lo había planteado. Esto sale de una locura mía. Hace dos años fui de espectador a un concurso en Tarragona y cuando volví a Madrid lo conté en el Cercle, donde soy secretario. Hemos tenido mucha suerte porque se han unido a nosotros catalanes con experiencia.

P. ¿Y a ustedes les ha afectado negativamente el procés?

R. Para nada. No ha habido ni la más mínima polémica en las actuaciones, nadie nos ha dicho absolutamente nada. La gente aplaude a rabiar en todos los sitios donde hemos actuado. Les gusta muchísimo. Algunos pensarán que lo que hacemos es política, pero no hacemos política. Hacemos cultura.

P. ¿Qué opinan los miembros de la colla sobre los acontecimientos en Cataluña?

R. Aquí tú preguntas a los 90 y tendrás 90 opiniones distintas. Como colla nosotros no nos vamos a posicionar en ningún lado, porque haríamos un pan con unas tortas. 

P. ¿Cómo les reciben en Cataluña?

R. Con mucha curiosidad por ser de Madrid. Les alegra y hemos tenido mucha solidaridad. Nos ofrecen un curso de seguridad, ayuda técnica, o invitaciones para eventos.

P. ¿Hacen ya torres altas?

Estamos ensayando para hacer nuestra primera torre de siete alturas el 6 de octubre en Tarragona. Nos han invitado a hacer una exhibición antes del Concurso de Castells, que es el más importante. Tenemos que ensayar mucho para que nos pueda salir bien esa actuación.

P. ¿No es peligroso para los niños subir tan alto?

Se toman muchas medidas de seguridad y nosotros somos muy prudentes. Lo más importante de un castillo son los niños. Parece una tontería pero es la verdad. Hay que tratarles de maravilla. Si no hay niños difícilmente puede hacerse algo.