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El curso arranca en Cataluña sin revertir del todo los recortes de Mas

El Govern ha ampliado la plantilla docente en 690 profesores para atender el aumento de alumnado

Jessica Mouzo
Alumnos del Instituto Fort Pius realizan las pruebas de competencias básicas
Alumnos del Instituto Fort Pius realizan las pruebas de competencias básicasCarles Ribas

Los estudiantes catalanes vuelven hoy a unas aulas en las que aún arrecia el peso de los recortes ejecutados durante los gobiernos de Artur Mas. Con los presupuestos prorrogados, el montante disponible este año para educación (4.821 millones de euros) vuelve a ser el mismo que el de 2017 y está muy lejos de la partida disponible antes de los tijeretazos (en 2010 era de 5.317 millones). El Govern ha ampliado la plantilla docente en 690 profesores para atender el aumento de alumnado, pero el sindicato CC OO alerta de un déficit de 6.000 maestros para mantener la relación profesor-alumno que había hace ocho años.

Con la prórroga presupuestaria, el margen de maniobra del nuevo consejero de Enseñanza, Josep Bargalló, es limitado. Por lo pronto, los esfuerzos se han centrado en ampliar el cuerpo docente para hacer frente al incremento de alumnado: el nuevo curso arranca con 1.567.316 alumnos, 1.299 más que el año anterior —bajan en primaria, pero suben en secundaria y en formación profesional. Esta inyección de maestros ha permitido rebajar ligeramente las ratios en primaria (20,66 alumnos por grupo cuando el año pasado era 21,03).

Sin embargo, CC OO considera insuficiente este aumento de docentes. Según el sindicato, la relación de alumnos por profesores y la inversión por cada estudiante ha vuelto a caer —el año pasado había subido gracias a las presiones sindicales y de la CUP—, debido al incremento de alumnos y a la prórroga presupuestaria. “Las consecuencias de estas cifras en las aulas suponen menos calidad educativa y peores condiciones laborales”, dijo Manel Pulido, de CC OO. El consejero recordó que se convocarán 5.000 plazas de oposiciones.

Quedan, no obstante, otras tareas pendientes que poco o nada han mejorado con respecto al año pasado. Por ejemplo, el número de barracones. Si bien el curso arranca con 11 nuevos centros educativos —una escuela, seis institutos, tres institutos-escuela y un centro de formación profesional—, en Cataluña todavía hay 1.015 módulos prefabricados. En total, 93 centros educativos imparten enseñanza completamente en módulos prefabricados.

Ofensiva contra la segregación escolar y nuevas notas en ESO

El Govern también ha puesto el foco este curso en sacar adelante medidas efectivas contra la segregación escolar. Para ello, Bargalló prevé desplegar el Pacto contra la Segregación escolar y un nuevo decreto de admisiones.

Aunque no ha trascendido ninguna medida concreta, el decreto deberá estar listo para la preinscripción del próximo curso. El consejero explicó que quiere garantizar la igualdad educativa con la revisión de los conciertos de los centros que puedan aplicar cualquier tipo de discriminación.

Entre las novedades de este curso también está el nuevo sistema de calificación en secundaria. Al igual que en primaria, los institutos empezarán a evaluar por competencias y las notas numéricas serán sustituidas por evaluaciones técnicas que oscilan entre el “no logrado” y el “logro excelente”.

El Govern también elaborará un mapa sobre la innovación educativa para hacer una diagnosis de la implantación de nuevos modelos educativos en los centros y la incidencia real de estos nuevos sistemas de docencia.
Bargalló se ha avenido, además, a abrir el debate sobre los horarios en secundaria y la posibilidad de reabrir las cantinas en los institutos. El consejero avisó, no obstante, de que no se tomará ninguna decisión sin una evaluación previa.

La Generalitat y el Consorcio de Educación de Barcelona (CEB) también han tenido que sortear este año la avalancha de peticiones para acceder a centros públicos de proximidad (en el barrio de residencia) en la ciudad de Barcelona. El CEB ha tenido que recurrir a líneas adicionales en algunos centros (los llamados bolets) para hacer frente a la demanda y Bargalló estudiará este curso la posibilidad de absorber centros concertados deficitarios o reconvertir edificios públicos en escuelas para dar salida al aumento de demanda de colegios públicos.

Por otra parte, y aunque el sector se ha conjurado para tener un inicio de curso menos agitado que el año pasado, la sombra del 155 ha vuelto a planear sobre el sistema educativo catalán. Una treintena de centros escolares comenzarán el curso con obras sin terminar en sus instalaciones y Bargalló acusó de los retrasos a la intervención del Estado. La aplicación del artículo 155 de la Constitución, apuntó el consejero, retrasó la tramitación de muchas obras y las lluvias del verano tampoco favorecieron el calendario. “No ha sido un año normal en las obras de verano porque se licitaron tarde. No era normal la situación del 155 y que los gestores de Madrid no quisiesen firmar los expedientes. En muchos casos esto ha hecho que las obras no se pudiesen hacer y, de las que se pudieron hacer, 175 nos han hecho sufrir”, admitió Bargalló. Los retrasos les ha obligado a buscar alternativas los primeros días de clase para minimizar la afectación de las obras. “En todos los casos hay un plan B. Se trata, por ejemplo, de un módulo prefabricado que no llega a tiempo y que tienen que hacer clase en la biblioteca o en el comedor durante unos días”, señala un portavoz del Departamento.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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