Guía de cafeterías inesperadas de Madrid
Destacados espacios culturales y comerciales de la capital abren hueco en su oferta para servicios complementarios de hostelería y restauración, algunos sorprendentes
Tomar café en una tienda de discos o en una librería. Un té en el patio de un museo o un brunch en una tienda de complementos. ¿Por qué no? Las cafeterías riman a la perfección con casi cualquier otro lugar que se les ponga por delante, por eso muchos espacios de la ciudad destinados, en principio, a otra cosa, eligen alojar en su interior rincones sorprendentes en los que parar a tomarse un café y picar algo.
La Cátedra del Real Jardín Botánico. El Botánico ha instalado su nueva tienda-cafetería en el pabellón de Villanueva, en pleno corazón del jardín. Abrió sus puertas la pasada primavera y su ubicación no es definitiva, puesto que, junto a la puerta de salida, ya han comenzado a construir la futura tienda-cafetería, que abrirá al público a finales de 2019. Mientras tanto, este emplazamiento temporal ofrece unas vistas privilegiadas del estanque de Linneo (y de los patos que lo habitan). Aparte de la zona de terraza —abierta durante los meses de primavera y verano, así como durante las primeras semanas del otoño—, cuentan con una pequeña zona de cafetería en el interior, donde se puede beber y comer algo ligero. Su oferta se centra en tartas, helados, tablas de embutidos, ensaladas y bocadillos. Vale la pena darse una vuelta por su tienda, donde se pueden encontrar libros y objetos de decoración relacionados con la botánica.
Le Café del Instituto Francés. Abierto tanto para los estudiantes como para el público general, el Instituto Francés cuenta con uno de los cafés con terraza más bonitos de la ciudad y también de los más tranquilos, a pesar de estar ubicado junto a la bulliciosa plaza de Colón. La especialidad de su bistrot es, por supuesto, la cocina francesa, y en su menú del día es común encontrar platos como la sopa de cebolla, la quiche o laratatouille. Es especialmente recomendable a la hora del desayuno: además del clásico café au lait con croissant, hay pasteles, tartas caseras y baguettes. Lujos parisienses a precios madrileños.
Café del Jardín del Museo del Romanticismo. Esta joya romántica, que permite al paseante aislarse del mundanal ruido en pleno barrio de Malasaña, es un secreto a voces entre los madrileños. El Café del Jardín, situado en el Museo del Romanticismo, es un auténtico oasis urbano: con su patio lleno de plantas y árboles, su fuente de época rodeada de bancos de madera y sus escasas mesas repartidas aquí y allá, es perfecto para desayunar, merendar o tomar el té (aunque también se puede picar algo rápido al mediodía), ya que es célebre por sus exquisitas tartas.
NuBel y Arzábal en el Museo Reina Sofía. Cada edificio del Reina Sofía cuenta con su propia propuesta gastronómica, que abarca desde el café del desayuno hasta las copas de la noche. En el edificio Sabatini, Álvaro Castellanos e Iván Morales, de Arzábal han llevado hasta el museo de arte contemporáneo su concepto de taberna de barrio reinterpretada. Durante los meses de verano, lo mejor es disfrutar de su terraza-jardín con diferentes ambientes. En el edifcio Nouvel —al que rinde homenaje el nombre del restaurante, NuBel— es el chef Javier Muñoz-Calero el que firma la carta. Cuenta con una zona de terraza, pero en este caso es casi más recomendable pedir en el interior para poder admirar su impresionante decoración.
La Berlinesa. Esta librería-café, que abrió a finales de 2017 junto a plaza de España, es una de las patas del proyecto Libros.com. La bautizaron como La Berlinesa en honor a la capital alemana, que vio nacer su editorial y a la que, de alguna manera, le hacen un guiño con el espíritu y la decoración del local. Además de servir como escaparate para los libros que ellos mismos editan, también es una agradable cafetería en la que se pueden degustar cafés de especialidad, infusiones de jengibre con limón y miel o el clásico Club Mate berlinés. Para acompañar la bebida, hacen unas gigantescas cookies caseras. En La Berlinesa fomentan tanto la lectura —por cada diez cafés que te tomes, te regalan uno de sus libros— como la cultura del café, ya que todos los días, de 11.00 a 12.00, lo cobran a solo un euro.
Gastrobares de Salvador Bachiller. Además de carteras, bolsos y maletas, algunas de las tiendas de Salvador Bachiller esconden rincones secretos en los que tomar un café, un cóctel, un brunch o un menú del día. La pionera en inaugurar estos espacios, hace algo más de cuatro años, fue su tienda de la calle de la Montera, en cuya azotea se ubica un jardín al aire libre lleno de plantas y flores frescas. Después se sumaron las tiendas de la calle de Alcalá y de Gran Vía: en la primera —que además es el establecimiento más antiguo de la marca—, podemos acceder a un speakeasy decorado como si fuera un antiguo salón de té, con una cuidada selección de plantas; en la segunda, un invernadero ubicado en el sótano de la tienda es, sin duda, uno de los cafés más sorprendentes del centro de Madrid. Además de su oferta de platos mediterráneos, ahora cuentan también con varias propuestas de comida asiática.
Faraday. El café y la música son una combinación ganadora y en Faraday lo han visto claro. Esta acogedora tienda de discos con cafetería, ubicada muy cerca de la plaza de las Salesas, abrió sus puertas el pasado mes de abril. Entre los vinilos, hay títulos cuidadosamente seleccionados y una “colección de la casa” que la gente puede poner en la tienda mientras toma su café. También hay libros, cerámicas, ilustraciones, muebles antiguos y objetos de decoración. El café de especialidad es su fuerte —de origen y tostado en Madrid por la gente de Toma Café—, pero también tienen tés de China y Japón o zumos naturales; para acompañar, bizcochos caseros y trufas de chocolate belga.
Salon des Fleurs y más. Aunque ahora mismo está cerrado por vacaciones, en septiembre volverá a abrir Salon des Fleurs (Guzmán el Bueno, 106), una preciosa floristería que cuenta en su interior con un salón de té. Especialmente recomendables son también las cafeterías de La Fábrica (Alameda, 9) y de La Central de Callao (Postigo de San Martín, 8). Como curiosidad, para los fans de las zapatillas deportivas, Coffee & Kicks (Navas de Tolosa, 6) combina su espacio de tienda con uno dedicado al café.
Direcciones, horarios y acceso
La Cátedra del Real Jardín Botánico. Plaza de Murillo, 2. De noviembre a febrero, de 10.00 a 17.30; marzo y octubre, de 10.00 a 18.30; abril y septiembre, de 10.00 a 19.30; de mayo a agosto, de 10.00 a 20.30. Sólo se puede acceder estando dentro del recinto (entrada general: 4 euros).
Le Café del Instituto Francés. Calle Marqués de la Ensenada, 12. De lunes a viernes de 8.30 a 20.00 y sábados de 9.00 a 14.00. Se puede acceder de forma independiente al instituto.
Café del Jardín del Museo del Romanticismo. Calle San Mateo, 13. De noviembre a abril, de martes a sábados de 9.30 a 18.30; de mayo a octubre, de 9.30 a 20.30; domingos de 10.00 a 15.00. Se puede acceder sin visitar el museo.
NuBel y Arzábal en el Museo Reina Sofía. Calle Argumosa, 43 y calle Santa Isabel, 52. De lunes a domingo, de 9.00 a 2.00. Se puede acceder sin visitar el Museo.
La Berlinesa. Ventura Rodríguez, 22. De lunes a viernes, de 9.00 a 14.00 y de 15.00 a 18.30 (en agosto, solo mañanas).
Gastrobares de Salvador Bachiller. Montera, 37 (El Jardín); Alcalá, 151 (El Rincón Secreto); Gran Vía, 65 (El Invernadero). De 11.00 a 00.00 en Montera, 37 (hasta las 2.00 los fines de semana); de 10.00 a 00.00 en Alcalá, 151 y Gran Vía, 65. Se accede entrando en las tiendas.
Faraday. Calle San Lucas, 9. De martes a viernes de 11.00 a 20.00; sábados y domingos de 12.00 a 20.00.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.