Vivir en Barcelona es un 25% más caro que la media de capitales españolas
Patronales y sindicatos coinciden en la necesidad de abrir un debate para establecer una renta mínima de ciudad
La vida sube, los sueldos no. Y especialmente en Barcelona, donde la vida cuesta un 25% más que en la media de capitales de provincia de España. Solo la superan San Sebastian y Madrid. Esta es una de las conclusiones de un estudio presentado este lunes por el Consejo Económico y Social de Barcelona (CESB), un organismo formado por sindicatos y patronales, que estuvieron de acuerdo con que el alto coste de la vida obliga a debatir sobre la creación de una renta mínima de ciudad.
La renta mínima de ciudad, un salario base para los residentes y trabajadores de un municipio, fue una propuesta de la alcaldesa Ada Colau en 2015, justo después de ganar las elecciones municipales. El Ayuntamiento encargó al CESB, un organismo integrado por los agentes económicos y sociales de la ciudad, un estudio sobre la necesidad de esta herramienta, que se basa en el alto coste de la vida, impulsado principalmente en Barcelona por el precio de la vivienda. El coste de la vida en la capital catalana para una familia de dos adultos y tres menores, ha resumido la presidenta del CESB, Marina Subirats, oscila según el estudio al que se acuda: 1.439 euros (Intermon-Oxfam), 1.816 euros (consultora Daleph) o 2.453 euros (informe del proyecto europeo ImPRove - Poverty Reduction in Europe).
El informe presentado no propone una cifra concreta para este salario mínimo, que debería ir variando en función del coste de la vida, ni responde a la pregunta de cómo se implementaría (si la medida sería solo para Barcelona ciudad o si se expandiría al área metropolitana, o cómo se incentivaría a las empresas a pagar este salario), pero según el CESB es un buen comienzo. En sus conclusiones se especifica que el alto coste de la vida en la capital catalana obliga a abrir el debate sobre la renta mínima de ciudad, una conclusión con la que están “totalmente de acuerdo” sindicatos y patronales, tal y como han reconocido los agentes sociales.
“Tenemos cada vez más trabajadores que son pobres, ya que el salario no les llega para cubrir necesidades básicas, y tenemos una desigualdad creciente”, ha afirmado Subirats. La presidenta del CESB ha recordado que en Barcelona, entre 2014 y 2016, los salarios solo crecieron un 1,8%, mientras que el IPC lo hizo un 2,3%. Desde 2014 el aumento acumulado del precio del alquiler en la ciudad es del 27,5%.
El CESB ha alertado de que el alto coste de la vida tiene también un impacto, aún por analizar, sobre las empresas y sobre la capacidad que pueden tener de retener el talento y el personal altamente cualificado. El informe recuerda que España se encuentra en octava posición respecto a los países europeos que tiene instaurado un salario mínimo y que los expertos e instituciones como la Comisión Europea, el FMI, la OCDE o la OIT llevan tiempo proponiendo un aumento de los sueldos para reactivar la demanda interna y, con ella, la actividad económica.
El precio del alquiler, un factor determinante
El indicador más claro que determina el alto coste de la vida en Barcelona es, según recoge el estudio del CESB, el precio de la vivienda de alquiler. Mientras que en el periodo de la crisis (2008 a 2014) los precios bajaron en la ciudad un 17%, desde ese año han subido por encima de lo que lo hacían antes de la recesión. Barcelona ocupa la posición número 30 en la clasificación mundial del coste de la vida por el precio de la vivienda, según un estudio de UBS Prices. “Si no se corrigen estas distorsiones provocaremos un envejecimiento de las ciudades y una huida del talento”, ha alertado la presidenta del organismo. Como solución, el CESB ha propuesto que el salario mínimo de ciudad se impulsara en la contratación pública para trasladarla luego a la esfera privada, y Subirats ha subrayado que debe ir acompañado de una regulación de los precios de la vivienda.
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