El ambulatorio de Seat

En medio de las inmensas naves de montaje de la compañía SEAT en Martorell, se levanta un humilde edificio con una cruz roja. El “botiquín”, lo llaman los de adentro, aunque no está colgado en la pared y guarda algo más que tiritas. Se trata, en realidad, de una especie de centro de atención primaria, con médicos de cabecera para las trabajadores, urgencias 24 horas y una ambulancia en la puerta. Las dimensiones de la compañía —trabajan cerca de 15.000 empleados y solo la fábrica de Martorell tiene una extensión similar a 400 campos de fútbol— han obligado a disponer de 10 botiquines desplegados en las distintas fábricas de la compañía en Barcelona.

“Se hacen unas 15.000 revisiones al año y 70.000 visitas de medicina general”, explica la doctora Patricia Such, responsable de Salud y Seguridad en el Trabajo de SEAT. Por el tipo de empleados, de empresa y de trabajo, las dolencias más comunes son las traumatológicas, en las muñecas y en los codos. Aunque también atienden las consecuencias de muchos accidentes de tráficos in itinere —los traslados al centro de trabajo se consideran patologías de origen laboral—.

La compañía dispone de una gran base de datos de salud de los trabajadores desde hace 20 años que ha permitido realizar un estudio retrospectivo de su estado de salud: hay más fumadores (23% en 1998 frente al 28% en 2018), más hipertensos en tratamiento (el 5,3%), menos consumo de alcohol y menos colesterol. Precisamente, el amplio conocimiento del estado de salud de los trabajadores fue el origen de lo que hoy es la joya de la corona de SEAT: el centro CARS. Este dispositivo, ubicado en el complejo de Martorell, va más allá de un centro de atención primaria. Dispone de cardiología, traumatología, psquiatría y psicología, rehabilitación, fitness y ginecología.

“En 2105 fuimos más allá y nos convertimos en empresa saludable, un modelo de gestión en el que, con los datos que tú tienes de tus trabajadores, puedes desarrollar un servicio que se adapte a sus necesidades”, explica Such. Con el punto de mira en la prevención, los chequeos son más completos, nadie hace fitness sin pasar antes por la consulta del cardiólogo y se ha impulsado la detección precoz de varios tumores. En este sentido, más de un millar de las 3.000 trabajadoras han pasado una revisión ginecológica: más del 50% de ellas tenían alguna patología banal y en 10 casos se detectó un tumor de forma muy precoz.

Los equipos de rehabilitación y los entrenadores físicos del CARS también han desplegado el programa Return to work, para incorporar poco a poco a su puesto a los trabajadores que vuelven de una baja.

El centro CARS dispone también de un innovador laboratorio de biomecánica donde el equipo médico mide la fuerza que hace un trabajador durante su proceso laboral o revisan si un empleado está 100% recuperado de una lesión. Además, los ingenieros tienen la posibilidad de hacer virtualmente, sin necesidad de montarlas, las futuras cadenas de montaje. "Nos va muy bien para diseñar los futuros puestos de trabajado, que estén diseñados con conceptos de ergonomía basados en la realidad. En nuestro laboratorio de biomecánica exponemos a los trabajadores a que hagan los trabajos que tendrían que hacer en el futuro a través de realidad virtual y podemos medir cuánto cuesta, a nivel de fuerza muscular, montar una pieza de una determinada manera u otra.

La masa crítica de SEAT, el volumen de datos sanitarios que guarda y sus instalaciones sanitarias han permitido que el CARS participe, junto al hospital Clínic, en un estudio pionero para estudiar intervenciones sanitarias en los hábitos de vida de los trabajadores.

Este complejo sanitario desplegado dentro de los muros de SEAT cuenta, además, con el favor de los trabajadores. "Es muy positivo. Las revisiones que se hacen son muy preventivas. Todo el mundo, en general, está contento. SEAT es la primera empresa del sector que tiene un centro como CARS. Ni Audi lo tiene", admite el presidente del comité de empresa, Matías Carnero.