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Consumir como un mechero

Los vecinos del barrio de Mogel, en Eibar, toman el control y lo reforman

Barrio de Mogel, donde los vecinos han tomado la iniciativa.
Barrio de Mogel, donde los vecinos han tomado la iniciativa.JAVIER HERNÁNDEZ

Convertir la teoría en práctica. Trasladar las grandes líneas de la conservación del medio ambiente a la vida diaria de cada uno. Qué mejor ejemplo que el barrio. Ejemplo, en este caso, de cómo una asociación de vecinos puede promover un proyecto en el que, de la mano de las administraciones públicas, se rehabilitan varias manzanas convirtiéndolas en un lugar más moderno, accesible y eficiente.

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Este caso es el de Mogel, un pequeño barrio de Eibar construido en pleno desarrollo residencial de la localidad, durante los años 50 del pasado siglo. Ubicado, como buena parte de la ciudad, en un terreno inclinado, está compuesto por edificios de hormigón, ladrillo y vigas de madera de cinco pisos de altura que desde que fueron construidos apenas si habían sido renovados.

Todo empezó a cambiar en 2006. Un grupo de vecinos propuso mejorar el acceso al vecindario y a los propios edificios residenciales. Como respuesta, el ayuntamiento de Eibar decidió instalar escaleras mecánicas y un ascensor público en el barrio, de modo que tanto el acceso a él desde el resto de la ciudad como la movilidad interna mejoraron de forma significativa.

Tras años de trabajo, la reforma dio un paso más y se convirtió en un proyecto integral de renovación de la zona. El objetivo de esta segunda fase era mejorar la eficiencia energética de los edificios. El modo de conseguirlo, renovar la cobertura exterior de los bloques e instalar un sistema de producción de agua caliente sanitaria mediante paneles solares térmicos.

Para lograrlo, el departamento de Vivienda del Gobierno vasco financió el proyecto con 2,8 millones de euros. Además, la reforma de Mogel se incorporó al programa europeo ZenN, que impulsa la creación de barrios con consumo de energía casi cero. En él, junto a otros proyectos de Grenoble, Malmö y Oslo, Eibar se sumó a una ambiciosa estrategia de renovación energética de zonas residenciales dentro del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación (PCTI Euskadi).

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Durante la primera fase del proyecto, acometida entre 2012 y 2014, quince de las 21 comunidades de vecinos que forman Mogel se sumaron a las obras de rehabilitación. Sin embargo, una vez concluidos los trabajos otros cinco bloques que inicialmente no habían participado del proyecto decidieron sumarse a él a la vista de los resultados. E incluso otros dos edificios más, situados fuera del perímetro del barrio, lo hicieron también. Unos y otros solicitaron financiación para ello a través del Programa Renove del Gobierno vasco.

Cuando el proyecto concluyó, en 2017, sus impulsores presentaron los resultados y conclusiones del mismo en una conferencia que tuvo lugar en Bilbao. Tras haber monitorizado el funcionamiento de los edificios ya renovados durante un año, todos los indicadores apuntaban al éxito. En general, en todos los casos se ha reducido el consumo de energía de los edificios. Además, uno de los factores clave a la hora de alcanzar los objetivos, señala el informe, es el comportamiento del usuario: crear conciencia de la importancia de apostar por edificios más eficientes es impulso definitivo a la eficiencia energética.

El de Mogel es un caso que ha de servir de marco para construir los barrios del futuro: más eficientes, accesibles, pero también cohesionados socialmente y capaces de incentivar la creación de empleo. Ha de ser un trabajo en cadena, que integre a las distintas administraciones públicas, la inversión privada y los vecinos —mediante procesos participativos—.

Se trata de un enfoque integral, ambicioso, de optimización para la rehabilitación de edificios con una serie de objetivos científicos y tecnológicos a largo plazo. Entre ellos, demostrar que esta nueva visión es posible técnica, económica y socialmente, a través de demostraciones, análisis públicos y validación de los procesos. Además, se busca generar conocimiento y para ello se han monitorizado las viviendas y se ha desarrollado y documentado una plataforma de seguimiento de datos.

E incluso se quiere, con todo ello, identificar nuevos modelos de negocio y gestión. A partir de los conocimientos adquiridos se identificarán los procesos financieros y de gestión más adecuados, para futuras experiencias.

Por otro lado, se guiará a la industria para desarrollar nuevas soluciones tecnológicas. El trabajo llevado a cabo permitirá detectar lagunas y deficiencias en las técnicas de renovación de energía actuales, de modo que se haga llegar a la industria en qué aspectos debe trabajar.

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