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La llegada de Pedro Sánchez da oxígeno al PSC

Los socialistas catalanes confían en ser la bisagra entre el Gobierno y la Generalitat

El líder del PSC, Miquel Iceta, con el presidente de la Generalitat, Quim Torra
El líder del PSC, Miquel Iceta, con el presidente de la Generalitat, Quim TorraAlbert Garcia

La formación de un gobierno socialista en España presidido por Pedro Sánchez tras la moción de censura ha supuesto un enorme respiro para la estrategia del PSC, un partido que se desgarró hace años a causa del proceso secesionista y que se había situado en la irrelevancia en la política catalana tras las elecciones del 21 de diciembre, en las que obtuvo 17 diputados.

El independentismo ha asociado en los últimos meses a los socialistas catalanes en el mismo bloque que el PP y Ciudadanos por el apoyo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución, pero el PSC confía en que la moción de censura impulsada por el PSOE y el desalojo de Mariano Rajoy desmonte rápidamente ese discurso y sitúe al partido en un espacio central para hacer de bisagra entre el Gobierno y la Generalitat.

Una nueva oportunidad en los ayuntamientos

Con la vista puesta en las municipales del año 2019, el PSC también entiende que la formación de gobierno aumenta sus expectativas electorales. “Teníamos problemas para formar candidaturas en los pueblos del interior de Cataluña, donde el 80% de la población vota independentismo”, explica un dirigente del PSC. En esos municipios de menos de dos mil habitantes, los militantes y ediles socialistas aseguran haber vivido en un ambiente de “presión social” que esperan que se vaya disipando. “Y ahora tenemos una oportunidad para demostrar que no somos igual que el PP y Ciudadanos”, añade.

El cambio de gobierno también puede provocar otro efecto en las ciudades del área metropolitana de Barcelona: la contención electoral de Ciudadanos. La formación naranja amenaza la alcaldía de L’Hospitalet, la segunda ciudad más importante de Cataluña, ahora en manos del PSC, y en las autonómicas ganó en 7 de los 10 distritos de Barcelona y en las principales ciudades de la conurbación metropolitana, feudos tradicionales socialistas.

“Ahora nos para la gente por la calle para desearnos suerte y el ambiente se ha distendido”, asegura Salvador Illa, secretario de organización del PSC. “Hay que aprovechar esa esperanza que se ha abierto, porque nuestras credenciales sanchistas son clarísimas”, añade. Más allá de la cuota catalana de ministros en cada gobierno socialista (Josep Borrel y Meritxell Batet), la dirección del PSC considera que su líder, Miquel Iceta, puede jugar un papel decisivo en facilitar el diálogo entre Sánchez y el presidente catalán, Quim Torra.

“Iceta es como un ministro sin cartera que se puede mover con total libertad de movimientos y que siempre será leal a Sánchez y al PSOE”, explican fuentes del PSC, aunque no esconden la dificultad para reconducir la situación política creada en Cataluña teniendo en cuenta las que Torra se ha declarado “continuador” del referéndum del 1 de octubre y de la declaración de independencia del 27 de aquel mes.

En ese sentido, Iceta está desplegando desde hace días sus dotes negociadoras para colaborar en que la anunciada entrevista de Sánchez con Torra no quede en una fotografía. Todas las partes consideran que de ese encuentro debería salir algún tipo de acuerdo para lanzar un mensaje esperanzador de que se ha iniciado la distensión política en Cataluña.

De ahí que no se quiera precipitar el encuentro hasta que no haya cuajado algún acuerdo entre ambos gobiernos. Se da por hecho que Sánchez vendrá a Tarragona el próximo día 22 y que coincidirá con Torra en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo, pero se considera improbable que la entrevista se pueda celebrar antes de esa fecha.

El traslado de los presos del procés a las cárceles catalanas se antoja “muy complicado” por ahora, en opinión del PSC. “Todo será más fácil cuando haya sentencia”, añaden las mismas fuentes, por lo que el anuncio más plausible tras esa entrevista sería la retirada de algunos recursos del Gobierno ante el Tribunal Constitucional contra leyes sociales aprobadas por el Parlament por unanimidad.

Los socialistas catalanes confían en que Torra “mire cada vez menos a Berlín”, en alusión a su dependencia política de Carles Puigdemont, y vaya ganando autonomía hasta construir su propia estrategia. De ahí el guante de seda con la que hasta ahora le ha tratado el PSC, pese a que llegó al cargo con la rémora de sus tuits y sus decenas de artículos de tinte supremacista.

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