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Patrimonio prohíbe girar el conjunto de Cervantes en plaza de España

La Comunidad ha anunciado que protegerá el monumento para evitar el cambio previsto en la reforma aprobada por el Ayuntamiento de Madrid

Esther Sánchez
El monumento a Cervantes en la Plaza de España, ayer.
El monumento a Cervantes en la Plaza de España, ayer.Jaime Villanueva

El Ayuntamiento de Madrid no podrá girar 180 grados el monumento dedicado a Cervantes situado en la plaza España, según propugnaba el proyecto ganador de la consulta ciudadana realizada para remodelar ese espacio. La Comunidad anunció en la Comisión Local de Patrimonio su intención de declarar el conjunto Bien de Interés Patrimonial (BIP). Con esta figura, contemplada por la Ley de Patrimonio Histórico, se impide cualquier modificación del monumento que no esté aprobada por la consejería correspondiente. Se trata de uno de los conjuntos escultóricos más importantes de la ciudad.

La protección del conjunto no afectará al desarrollo del resto de la actuación planteada por el Ayuntamiento de Ahora Madrid para remodelar la plaza de España, uno de sus proyectos urbanísticos previstos más emblemáticos. Pero, en el caso de que se quisiera introducir algún cambio posterior en el plan, se precisaría la autorización de Patrimonio, ya que no se podría modificar el entorno del monumento ahora protegido. La Comunidad ha tenido en cuenta para tomar la decisión que se trata de uno de los conjuntos escultóricos más importantes de la capital, “por su significación, escala, emplazamiento privilegiado y por el equipo de arquitectos y escultores que intervinieron en su ejecución”.

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La directora general de Patrimonio Cultural, Paloma Sobrini, reconoció que también ha influido la “valiosa aportación documental” de la Asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, que denunció la transformación a la que se quería someter el monumento. Alberto Tellería, miembro de la misma, explica que era un cambio “sin ningún sentido, que distorsionaba la voluntad de los autores”. En el caso de que la modificación se llevara a cabo “todas las piezas más importantes aparecerían mirando hacia el hotel Riu”, describe Tellería. La única explicación, añade, sería que los turistas puedan observar las figuras de frente desde la Gran Vía.

El monumento está presidido por la figura sedente de Cervantes, que mira hacia el oeste, en clara referencia a la proyección del idioma castellano hacia América, explica la Dirección General de Patrimonio. A sus pies aparecen varios personajes de su obra, Don Quijote y Sancho, en bronce, y Dulcinea y Aldonza, en piedra. En los costados, se escenifican escenas de sus obras Rinconete y Cortadillo y La Gitanilla y en la cara posterior, se encuentra la fuente Castalia o fuente del Idioma, con figuras alegóricas de la Literatura, el Valor Militar y el Misticismo. El conjunto está rematado por un monolito de 34 metros con un globo terráqueo sostenido por figuras femeninas, que representan a los cinco continentes leyendo la obra cervantina.

Su construcción sufrió numerosas interrupciones por problemas de financiación. Aunque fue inaugurado parcialmente en 1929, no se dio por concluido hasta 1969, cuando se puso en funcionamiento la fuente. Desde entonces solo ha sufrido una modificación, explica Tellería: “Cuando se decidió juntar las figuras de Don Quijote y de Sancho Panza que se alejaban, como hacia la Mancha en busca de su vida”.

El Ayuntamiento de Ahora Madrid seleccionó el proyecto de reforma de la plaza de España, en el que se contempla dar la vuelta al monumento, por medio de una consulta ciudadana. El 52,19% de los 212.000 participantes que depositaron su voto apostaron por el proyecto Welcome Mother Nature, creado por los arquitectos Fernando Porras Isla-Fernández, Aranzazu la Casta y Lorenzo Fernández-Ordóñez, del Estudio Guadiana y Porras La Casta Arquitecto.

La actuación se ha encontrado con otros problemas, como la negativa de Patrimonio a que se derribara el muro que separa los jardines de Sabatini de la cuesta de San Vicente. Finalmente, se aceptaron las sugerencias las sugerencias de la Comisión Local de Patrimonio, presidida por la Comunidad de Madrid, y el muro se salva. El estudio de arquitectura explicó que lo van a mantener por su valor histórico y para resolver el desnivel que existe entre la calle y los jardines situados frente a la fachada norte del palacio Real.

Salvar las rejas

Patrimonio también exigió al Ayuntamiento un estudio arqueológico sobre la prolongación del túnel de Bailén hasta Ferraz, otro elemento novedoso de la reforma. Los arquitectos entregaron el informe, pero la Comunidad lo rechazó al considerarlo “insuficiente”. Les han solicitado uno completo y ampliado que defina los valores arqueológicos del área. El informe debe explicitar cuáles son los posibles restos que se hallan en la zona.

La Asociación Ciudadanía y Patrimonio también lucha para evitar que se retire la verja de los jardines de Sabatini y que no se modifique su traza. “Es un error, porque están proyectados en tiempos de la República y diseñados con todo el respeto al conjunto del Palacio Real”, sostiene Tellería. Este espacio, concebido como un jardín íntimo, cuenta con un cerramiento que se puede considerar hasta como una ventaja, en opinión de la asociación.

“Se pueden cerrar cuando hay viento y también por razones de seguridad por actos que se puedan producir en el Palacio Real”, comenta Tellería. Recuerda también que el arquitecto que diseña los jardines es García Mercadal, autor del conjunto arquitectónico El rincón de Goya, en Zaragoza, considerado el primer ejemplo de arquitectura racionalista en España. “Y que ahora parezca una antigualla, no tiene sentido”, afirma.plaza de e

El último monumento público conmemorativo

La creación de un monumento digno de Cervantes se comenzó a gestar en 1905. Durante una década se estuvo discutiendo su emplazamiento, hasta que en 1915 se decidió situarlo en la nueva plaza de España, entonces en proceso de urbanización. Se convocó un concurso público entre artistas españoles para construir un gran monumento que conmemorara el IV Centenario de la muerte del escritor. Ganó un equipo formado por el arquitecto Rafael Martínez Zapatero y el escultor Lorenzo Coullaut Valera, al que se unió el arquitecto Pedro Muguruza Otaño, responsable del diseño arquitectónico final, explican técnicos de la dirección general de Patrimonio Histórico. El sevillano Coullaut es el autor de la obra escultórica que incorpora el monumento, de la que se hizo cargo tras su muerte en 1932 su hijo Federico, siguiendo los mismos modelos. “Se trata quizás del último testimonio importante de la que ha sido llamada época dorada del monumento público conmemorativo”, concreta Patrimonio.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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