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Arranca la temporada alta de música en Madrid

El festival Tomavistas abre este fin de semana la puerta a un verano cargado de citas que han devuelto a Madrid el protagonismo en el calendario de giras y grandes conciertos

Ambiente en el festival Tomavistas de Madrid.
Ambiente en el festival Tomavistas de Madrid.Javier Rosa
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Este es el primer año en casi una década que Pedro Delgado no irá al Primavera Sound. Este ingeniero madrileño y melómano de 34 años ha decidido quedarse. “Por lo mismo que me costaba el abono, volar a Barcelona y alojarme, voy a ver aquí más conciertos, más variados y en más sitios”, cuenta. Madrid, orillada durante muchos años en las grandes giras, ha recuperado al fin su capitalidad musical. Hoy se inaugura la temporada de festivales veraniegos con el Tomavistas.

El evento de música ecléctica celebra su tercera edición en el parque de Tierno Galván, “un sitio privilegiado, por su tamaño y su forma de anfiteatro”, dice Sergio Ceballos, guitarrista de Melange, la banda capitalina que llenará de psicodelia uno de sus tres escenarios el sábado a las 19.15.

El cartel del Tomavistas sube un peldaño respecto a ediciones anteriores, con bandas de peso extranjeras (The Jesus & Mary Chain, Superchunk) y nacionales (Los Planetas), pero no descuida a las emergentes, como La Plata o The Zephyr Bones. “Tomavistas empezó como una cita para descubrir”, aclara José Guerrero, socio en la organización junto a Imarú Aledo y Willy G. Blesa.

El volumen de festivales en nuestra geografía en los últimos años ha sido de tal calibre que algunos expertos hablan de una burbuja. Por el momento, hay espacio (y público) para todos: el año pasado, la Asociación de Promotores Musicales contabilizó más de 850 eventos. Los 10 más grandes congregaron a más de 1,6 millones de personas, con un impacto económico cercano a los 500 millones de euros.

Las fechas clave

Tomavistas. Días 25 y 26 de mayo. Parque Tierno Galván.

Paraíso. Días 8 y 9 de junio. Campus de la UCM.

BlackisBack Weekend. Días 22 y 23 de junio. Matadero.

Mad Cool. Días 12, 13 y 14 de julio. Espacio Mad Cool (Valdebebas).

Noches del Botánico. Del 21 de junio al 29 de julio. Real Jardín Botánico.

DCODE. El 8 de septiembre. Campus de la UCM.

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Este incremento es más acentuado en Madrid si cabe: “Se ha vuelto una plaza complicada”, dice Gallardo. “Cada vez cuesta más contratar una banda interesante, pero tenemos suerte de que nuestro formato filtra; los que quieren tocar frente a decenas de miles personas se van a otros festivales”. En ese tamaño medio, con un aforo de 8.000 espectadores, es donde radica el principal atractivo del Tomavistas, según Adrián Albacete, guitarra y voz de Perro, grupo que también toca allí el sábado: “Yo no soy público de festivales porque bastante tengo con tocar en ellos”, dice, “pero si tuviera que elegir uno, sería este. Es cómodo, no cae en un cartel obvio y no se solapan los conciertos”.

Javier Ferrara, promotor de la capital con querencia a estar en todas las salsas musicales y director de Sound Isidro, es muy descriptivo: “Esto era un páramo hasta hace bien poco. Por eso arrancamos con el festival en 2013. Entonces la capital no tenía prácticamente ninguno de música con cierta identidad”, explica. En realidad, ha sido Sound Isidro, con 84 bandas repartidas en 40 conciertos, el verdadero inaugurador de la temporada estival capitalina, con la peculiaridad de que se reparte por salas. Empezó a principios de este mes y finalizará el 9 de junio. Aún quedan las actuaciones de Karen Coltrane, The Unfinished Sympathy y Los Manises. “La situación ha cambiado radicalmente en cinco años”, prosigue Ferrara. “Madrid es una región de seis millones de personas, y los músicos ya no viven de vender discos, sino entradas”.

El ejemplo inicial de Pedro Delgado ilustra bien el panorama: este verano irá a un festival de gran formato como Mad Cool, centrado en el pop y el rock. Su cartel (Depeche Mode, Pearl Jam, Massive Attack...) es tan estratosférico que las dramáticas incidencias del año pasado, como la muerte de un funambulista o la casi cancelación por una tormenta veraniega, no han afectado a las ventas de esta edición: los abonos (del 13 al 14 de julio) llevan meses agotados. Delgado también ha apuntado en su agenda el Paraíso, una suerte de Sónar en pequeño formato, que se celebra en el campus de la UCM el 8 y el 9 de junio. Por allí pasarán puntas de lanza de la música electrónica como Apparat, DJ Tennis o Kiasmos. Y culminará su periplo musical con unas cuantas descargas guitarreras, del 28 al 30 de junio, en el Download Festival, que congrega a popes del metal, el heavy y el rock como Ozzy Osborne, Judas Priest, Kreator o Guns N’ Roses, entre otros veteranos virtuosos.

Nuevos formatos melómanos a la hora del vermú

La efervescencia musical que Madrid vive en los últimos años no solo se manifiesta en una abultada agenda veraniega de conciertos en espacios abiertos. Además de las grandes citas en el WiZink o el Wanda, que se estrenará como escenario de conciertos el 22 de junio con Bruno Mars, y la programación nocturna regular de salas medianas y pequeñas, la música de todos los estilos también se abre camino por nuevas zonas horarias.

Cada vez más iniciativas sacan a las bandas del ecosistema noctívago y las ponen a tocar a la hora del vermú. Es el caso del ciclo La Caja de Música, impulsado por el Ayuntamiento y CiudaDistrito, que programan conciertos gratuitos por todo Madrid. El rock fronterizo de Los Coronas llegará los días 2 y 3 de junio a La Latina y Carabanchel. La sala Costello organizó la semana pasada un pequeño festival a partir del mediodía. Este diario ya vio el potencial de esa franja horaria hace dos años, cuando empezó a organizar Los Matinales de EL PAÍS en salas y teatros de la ciudad. Y el propio Tomavistas abre sus puertas el sábado a las 12.00, para poder disfrutar en familia de las primeras actuaciones. Gallardo lo resume muy bien con una frase que podría aplicarse al panorama capitalino: “Se trata de llenar de música todas las horas posibles del día y la noche”.

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