El colegio quiere llamarse “14 de abril”
Docentes, vecinos y sindicatos demandan a Ángel Garrido que devuelva el nombre original a un centro escolar público
Varios centenares de docentes, madres y padres de alumnos, sindicalistas, así como ediles, activistas sociales y vecinos del barrio de Pacífico (Retiro) han participado este sábado en un acto solidario sobre la calzada de la avenida de la Ciudad de Barcelona. En él reivindicaban la restitución del nombre original, 14 de Abril, a un colegio público edificado durante la Segunda República al que, tras la Guerra Civil, el franquismo impuso el nombre del ministro ultraderechista José Calvo Sotelo.
Los reunidos dirigían su demanda al recién designado Presidente del Gobierno regional madrileño, Ángel Garrido, a quien compete resolver sobre el cambio de denominación, propuesto y votado por el Consejo Escolar del colegio público en junio de 2017 y refrendado por la Junta Municipal de Retiro en marzo de 2018. “No queremos reemplazar un nombre por otro sino, simplemente, que se respete el original con el que fue inaugurado este colegio público erigido por la República”, dijo Jaime Cedrún, secretario general de Comisiones Obreras de Madrid, que invocó asimismo el necesario respecto a la Ley de Memoria Histórica.
El 6 de noviembre de 1933, Niceto Alcalá Zamora inauguró el colegio, situado entonces en la calle del Pacífico, hoy denominada Avenida de la Ciudad de Barcelona. Al concluir la Guerra Civil en 1939 con la victoria militar franquista, el dictador decretó erradicar toda denominación que vinculara los centros construidos por la República con nombres o hitos republicanos y con intelectuales progresistas de la generación del 98; acto seguido, impuso su sustitución por nombres de “mártires de nuestra Cruzada”, según los términos al uso.
José Calvo Sotelo (1893-1936), cuyo nombre da, desde entonces, denominación al colegio público bilingüe cuyo cambio se propone, fue un ministro de Hacienda de la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Vinculado al partido monárquico Renovación Española, desde su escaño en Las Cortes y mediante constantes y exaltadas soflamas antidemocráticas se destacaría por su permanente instigación al golpe militar contra el Gobierno legítimo de la República. Unos días después de ser asesinado por pistoleros fascistas el teniente de Carabineros republicano José Castillo, Calvo Sotelo moriría tiroteado mientras era conducido en un furgón policial el 13 de julio de 1936. Franco lo consideraría protomártir de la Cruzada y su muerte sería una de las coartadas esgrimidas por el general golpista Emilio Mola y por el futuro dictador para desencadenar el 18 de julio de 1936 un golpe de Estado, truncado por la República, que preludiaría la Guerra Civil.
Los intervinientes en el acto del Distrito de Pacífico evocaron el papel, calificado de “extraordinario”, desplegado por las maestras y maestros republicanos en la educación en valores cívicos de libertad y tolerancia a varias generaciones, hasta que el desenlace de la guerra truncó sus logros y llevó a miles de docentes ante tribunales de depuración, al exilio o a la muerte en paredones y en cunetas. Para ellos reivindicaron “dignidad y memoria”. Según subrayaron, “los valores cívicos encarnados por aquellos docentes han de presidir el futuro de la educación igualitaria, gratuita, moderna, laica y científica que la República preconizaba”.
Algunos asistentes saludaron el hecho de haber conseguido la iniciativa municipal de la izquierda, conforme a la ley de Memoria Histórica, el cambio de denominación de 42 calles de Madrid así como la reciente inclusión, en el callejero madrileño, de los nombres de dos maestras republicanas, Julia Freire y María Sánchez, las primeras directoras por oposición de centros educativos, así como el del maestro Ángel Llorca. Un dirigente del PSOE reivindicó el nombre de Rodolfo Llopis, líder histórico socialista que, durante la República, desempeño la Dirección General de Instrucción Pública. Desde este organismo impulsó una transformación profunda de la educación en España en una clave acorde con los principios de la Institución Libre de Enseñanza y dotada con un programa de inversiones insólito en Europa por su alcance y su monto: 565 colegios fueron construidos solo en Madrid.
“El Partido Popular tiene aquí una ocasión de oro para demostrar si postula los valores cívicos democráticos o si perpetúa las concepciones franquistas”, dijo Francisco Serrano, profesor del centro educativo.
Las verjas del colegio mostraban lemas y carteles reivindicativos del cambio de nombre. Los participantes ocupaban el carril-bus de la avenida donde había sido instalado un escenario presidido por una gran pancarta. Por su peana pasaron representantes de las AMPAS, los sindicatos de Enseñanza SETEM, Comisiones Obreras y UGT, los partidos PSOE, Podemos, Ahora Madrid y asociaciones de defensa de la Enseñanza Pública. La coral Solfónica entonó varias canciones, coreadas por el público, como “Los cuatro muleros” o “Rebelión”, cuyas letras adaptó para la ocasión
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