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Villaverde solo recibió el 18% de las inversiones municipales prometidas

La coalición de Ahora Madrid destinó en 2017 más fondos donde cosechó un mejor resultado electoral, como Villa de Vallecas, Carabanchel y San Blas

Viviendas en el distrito de Villaverde.
Viviendas en el distrito de Villaverde.Victor Sainz

Muchas obras públicas previstas el año pasado por el Ayuntamiento de Madrid se quedaron en el tintero. Villaverde destaca como el distrito más castigado, con solo un 17,8% del gasto de inversiones directas ejecutado: 4,1 millones sobre 23 previstos. Siguen Hortaleza y Fuencarral-El Pardo, con apenas un 20% de ejecución, mientras que Carabanchel y Villa de Vallecas alcanzan el 50%. El Gobierno de Manuela Carmena culpa a los recortes para cumplir con la Ley de Estabilidad Presupuestaria de los retrasos, y elude hablar de dificultad en la gestión. El dinero no gastado engorda el superávit, y de ahí va al pago de la deuda.

2017 fue un vía crucis para las cuentas públicas de Madrid. Tras incumplir la Ley de Estabilidad Presupuestaria en los dos ejercicios anteriores, el equipo de Carmena tuvo que atajar sus cuentas: recortó 400 millones y entró en una espiral de correcciones, que ahora dificultan los equilibrios políticos internos a la coalición liderada por Podemos y dibujan un escenario de difícil cumplimiento de muchas promesas.

Presupuesto de inversiones del Ayuntamiento de Madrid.
Presupuesto de inversiones del Ayuntamiento de Madrid.

El mapa de las inversiones señala a Villaverde, distrito situado en el sur de la capital y con bajos datos de renta per cápita, como el más castigado. Esta zona fue donde se recortó más y la peor parada en inversiones. Entre los proyectos afectados están una nueva biblioteca, en la que el Gobierno no gastó ni un euro, o la ampliación del centro cultural Marconi, donde solo desembolsó el 2% de los 40.000 euros previstos. En dos escuelas infantiles (500.000 euros) solo se han financiado obras por 40.000 euros. Y los 300.000 para centros deportivos no salieron adelante, así como las partidas para un aparcamiento disuasorio y una factoría industrial.

El Ayuntamiento niega que los proyectos estén paralizados y argumenta que en Villaverde el área de urbanismo "presupuestó la expropiación de un terreno, y con los acuerdos de no disponibilidad [correcciones del gasto en cumplimiento de la Ley de Estabilidad Presupuestaria] no la hizo".

Culpa a Montoro

43 millones de recortes por otro incumplimiento

El Ayuntamiento de Madrid votará hoy en una comisión extraordinaria de Economía y Hacienda elevar al pleno una propuesta de retención de 43 millones de euros de las cuentas de 2018. El Gobierno de Manuela Carmena debe acometer estas correcciones por haber incumplido en 2017 los acuerdos con el Ministerio de Hacienda. Gastó 143 millones más de lo que permite la Ley de Estabilidad, sobrepasándose en 43 millones la cota de 100 que el ministro Montoro se dijo dispuesto a condonar.

Para cumplir con la ley, ahora, el Ayuntamiento prevé recortar 1,6 millones de partidas de mantenimiento y conservación de edificios públicos, 3,1 millones en "elementos de transportes" y 2 millones en actividades culturales y deportivas. Otros 870.000 euros se recaudarán de trabajos técnicos, y 100.000 euros de propaganda.

En definitiva, el Ayuntamiento culpa al departamento que dirige Cristóbal Montoro de los retrasos. "Debido a los requerimientos de Hacienda, hubo que adoptar acuerdos de no disponibilidad por 470 millones de euros", sostiene una portavoz.

El ejecutivo rechaza, además, los cálculos de porcentajes en la ejecución. "No se puede comparar" el crédito inicial presupuestado con el resultado final por estos recortes, sostiene el Gobierno, que resta de sus estadísticas las inversiones financiadas con el remanente de tesorería (llamadas inversiones financieramente sostenibles, IFS), puesto que, sostiene, pueden ejecutarse en dos años, aunque Hacienda diga lo contrario. Pero añade en sus estimaciones las transferencias directas a entidades y privados (el llamado capítulo 7), de manera que el gasto alcanza los 400 millones, si bien esa suma excede el capítulo de "inversiones reales".

El Consistorio, en general, rehúsa hablar de dificultades de gestión. Presume de tener un superávit de 1.100 millones —que crece por la falta de gasto— y de amortizar deuda a ritmo récord. Reivindica, además, que ejecutó el 87,9% del presupuesto municipal. Cifra esta que incluye el pago de los salarios de los funcionarios —dos tercios de todo el presupuesto— y que no pertenece al capítulo de inversiones.

Aun así, los datos oficiales del Consistorio, accesibles en el portal de datos abiertos, reflejan que tanto en las inversiones como en los recortes hubo cierta disparidad geográfica. Si en nueve distritos de Madrid el Ayuntamiento ejecutó solo uno de cada tres euros previstos, en otros tres, su eficacia rondó el 50%. Estos son Carabanchel, Villa de Vallecas y Tetuán, donde el ejecutivo invirtió 57 millones de los 114 previstos. En Centro, Barajas y Vicálvaro, el cumplimiento rondó el 30%. Y en Usera, Moratalaz, Arganzuela y Vallecas estuvo por debajo de esa cota.

En términos netos, la coalición de Ahora Madrid destinó más fondos donde cosechó un mejor resultado electoral. Tetuán recibió 28 millones; San Blas, 19; Villa de Vallecas, 16; Carabanchel, 14, y Centro, 12. Mientras que en los feudos del PP (Salamanca, Chamartín y Chamberí), el gasto fue de entre 2 y 4 millones. A estas cifras hay que sumar los 53 millones, de un total de 190 prometidos, que cayeron en toda la ciudad sin un reparto por distrito.

Si bien 2017 fue difícil, la inejecución de inversiones está siendo una tónica de la coalición de gobierno. En 2016, el Consistorio compró un edificio por 104 millones para mejorar sus estadísticas. Lo logró, y el año pasado planteó repetir la estrategia. Pero la intervención de Hacienda frustró el plan. Y los datos se desplomaron con una ejecución al 33%, sobre un media del 70% en otros años, y un gasto efectivo de 231 millones, que también representa una de las cifras más bajas desde 2009.

Estas dificultades tienen efectos políticos. La división interna entre partidarios y detractores de cumplir con Hacienda se ensancha. De manera que Carmena tiene ahora dificultad para redactar los presupuestos de 2018. Por primera vez, la capital se asoma a una prórroga definitiva de las cuentas, algo que dificultará más poner en marcha obras públicas en un año electoral clave.

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