Viaje al 21-D con un nuevo catalán: “Llegué en la cresta de la ola. Hoy era obligatorio ir a votar”

Cuando Federico Cañizares atraviesa la entrada del barcelonés centro cívico Cotxeres de Sants, reconvertido este jueves en colegio electoral, ya se han difundido los primeros datos de participación. El 34,7% de los votantes había ejercido su derecho antes de la una de la tarde, frente al 35% que lo había hecho a la misma hora en 2015. Ahora le toca el turno a este treintañero de origen murciano. "Hoy era totalmente obligatorio venir a votar", relata, mientras reina la neutralidad en el edificio. No se avistan símbolos o carteles partidistas. Fuera, a pocos metros de las puertas, un gran mural a favor de la República catalana y una pancarta con el lema Groc (Amarillo), el color utilizado por las fuerzas secesionistas. "Para mí, ejercer el derecho al voto es una responsabilidad. Nos dan muchos derechos y también tenemos obligaciones", añade, antes de introducir su papeleta en la urna pasadas las cuatro de la tarde. Él es uno de esos miles de nuevos catalanes llamados a participar en las autonómicas este 2017. Ha optado por el PSC.

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Más de 5,5 millones de votantes están llamados a las urnas este jueves. De ellos, según los datos del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), uno de cada cuatro ha nacido en una comunidad autónoma distinta a la catalana. Cañizares, por ejemplo, desembarcó en Barcelona el pasado mayo. “Siempre me empadrono en la ciudad en la que vivo. Aquí voy a estar de forma indefinida y creo que conceptualmente es lo correcto", cuenta este físico, de 33 años, que trabaja en el diseño de aerogeneradores. El desafío independentista le pilló en pleno auge. "Si analizas retrospectivamente lo que ha pasado, llegué en la cresta de la ola", continúa el treintañero, que reconoce que el debate público sobre el procés acabó saturándole. "He llegado a tener discusiones por este tema. Sobre todo, cuando me marchaba a Madrid y Murcia", resalta, antes de afirmar que ha observado una radicalización de muchas opiniones durante estos últimos meses.

"En el barrio de Sants son muy reivindicativos. Había una sobreexposición. Las paredes están llenas de carteles, las aceras pintadas... No se podía escapar del procés, aunque quisieras", prosigue Cañizares. Un activismo que se notó el pasado 1 de octubre en este centro cívico. Los movimientos sociales se organizaron para rodear Cotxeres de Sants durante la celebración del referéndum ilegal por si venía la policía. "Había un protocolo de actuación para esconder las urnas si llegaba la policía. En un solo minuto podíamos evacuarlas, junto a los ordenadores", según el relato de Joan Manuel Parisi, directivo de este centro y gerente durante casi dos décadas.

Los barómetros de opinión recogen cómo el origen del elector se refleja en su apoyo o no a las fuerzas secesionistas. Según el último CIS, habían nacido en Cataluña el 92,1% de las personas que respaldaron a Junts pel Sí en 2015, y el 87,4% de quienes optaron por la CUP. Un porcentaje que se desploma casi 20 puntos al analizar el perfil de quienes apoyaron a los partidos contrarios a la independencia. Según el sondeo, el 52,2% de los votantes del PSC había nacido en Cataluña; el 57,9% de los de Ciudadanos; el 58,7% de los del PP; y el 69,6% de los de los comunes.

En esa misma línea ahonda otro estudio del CEO, que subraya que el apoyo a la independencia entre los catalanes de tercera generación —con dos padres y cuatro abuelos nacidos en esta autonomía— alcanza el 75%. Una cifra que se desploma hasta el 49% en el caso de quienes tienen un progenitor nacido fuera de Cataluña; y hasta el 29% para los hijos de dos inmigrantes. Toda una batería de datos que han tenido en cuenta los partidos durante los últimos años. Las formaciones secesionistas, con ERC a la cabeza, se han esforzado por difundir el mensaje de que no importa el origen en la "construcción de la nueva República". Y, entre los constitucionalistas, Ciudadanos interpeló a los catalanes de raíces andaluzas para que acudieran a votar masivamente el 21-D. "Han intentado rompernos el corazón en el que caben tres banderas. A mí me cabe la bandera andaluza y sé que a muchos de vosotros también", dijo Inés Arrimadas en el acto principal de la campaña.

"Es ridículo no reconocer que aquí hay un problema. Y, por tanto, la sociedad debe afrontarlo. Para mí, el detonante fue el recurso del PP al Estatut. Y, desde entonces, ha habido una inacción del Gobierno de Rajoy, que ha permitido que aquí se construya un relato independentista. Ha sido un proceso largo", reflexiona Cañizares, antes de concluir: "Probablemente no tenga solución o tenga una solución compleja. Pero los políticos, como nuestros representantes, están obligados a buscar puntos en común o encontrar una manera para que podamos convivir, respetando la ley".

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