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Urnas escondidas en escuelas católicas y parroquias

Una veintena de colegios de congregaciones de este credo actuaron como centros electorales

Varios turistas y feligreses congregados frente las puertas del Monasterio, de Montserrat.
Varios turistas y feligreses congregados frente las puertas del Monasterio, de Montserrat.Miriam Lázaro
Cristian Segura

"Parroquias y escuelas católicas participaron ayer en la resistencia contra la actuación policial para impedir la celebración del 1-O. Las urnas que fueron utilizadas en el municipio de Sant Julià de Ramis (Girona), donde debía votar el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, fueron escondidas en la iglesia del municipio. Una veintena de colegios de congregaciones católicas actuaron como centros electorales y algunos asistieron en el bloqueo a la Policía Nacional. La Abadía de Montserrat llamó a defender los derechos nacionales de Cataluña.

Los bancos del templo de Sant Pere y Sant Pau de Canet de Mar (Barcelona) se colocaron en la calle para evitar el paso policial. Radio Olot informó de que el punto de votación de Planes de Hostoles (Girona) fue trasladado a la iglesia del pueblo. La parroquia de Sant Pere de Figueres (Girona) actuó como centro de votación, al igual que la iglesia de Sant Feliu del Valle de Boí (Lleida). En el colegio Infant Jesús, en Barcelona, donde votó el expresidente Artur Mas, de los jesuitas, la dirección ayudó a que las puertas del centro se mantuvieran cerradas cuando la Policía Nacional acudió para desalojarlo. La policía también abordó a la fuerza el colegio de las Dominicas de Horta y la Escuela Pía de Sant Antoni, en Barcelona. En total, una veintena de escuelas cristianas de diferentes comunidades sirvieron en Cataluña para participar en la consulta, según el diario digital Catalunya Religió.

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La congregación monástica de Montserrat (Barcelona) llamó a los cristianos “a defender la realidad nacional catalana, construida durante mil años de historia”. El monje Josep Miquel Bausset leyó una homilía en la que pidió que se respeten los derechos de la nación catalana y de otras “minorías étnicas”, unos derechos, añadió, “que de ninguna manera pueden ser perseguidos, destruidos o asimilados por otra cultura mayoritaria”. “Es por ello que la Conferencia Episcopal Tarraconense [órgano que reúne a todos los obispos de Cataluña] pidió el pasado 11 de mayo que fueran escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán”, insistió, y afirmó: “Los cristianos catalanes tenemos el derecho y el deber de construir el futuro de nuestro país”.

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Montserrat exigió que cesara la violencia: “Los cristianos catalanes tenemos que vivir el momento presente con esperanza y con el firme compromiso con una sociedad más justa en la que la democracia acabe ganando sobre el miedo y las amenazas”. Bausset citó un discurso de 1995 del papa Juan Pablo II dirigido a la Asamblea General de Naciones Unidas: “Por todos los medios de los que dispongáis, velad por la soberanía de cada nación en virtud de la propia cultura. Nadie, ni un Estado ni otra nación ni ninguna organización internacional está legitimada a afirmar que una determinada nación no es digna de existir”.

La ONU y Juan Pablo II

Bausset no citó las palabras que Juan Pablo II pronunció a continuación en aquel discurso en la ONU: “Este derecho fundamental a la existencia de una nación no exige necesariamente una soberanía estatal, siendo posibles diversas formas de agregación jurídica entre diferentes naciones, como sucede por ejemplo en los Estados federales, en las confederaciones, o en Estados caracterizados por amplias autonomías regionales”.

El único obispo en Cataluña que publicitó su intención de votar fue Xavier Novell, de Solsona (Lleida). Novell defendió en su homilía que la autodeterminación “es un derecho inalienable de toda nación”. El cardenal de Barcelona, Juan José Omella, no hizo referencia directa al conflicto en su mensaje dominical, pero pidió a sus feligreses que “se quieran como dos hermanos”. “El problema sobreviene cuando alguien pretende que la decisión y la acción propia sea justamente la que Dios quiere”, dijo por su parte Agustí Cortés, obispo de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) y que suele usar un tono conciliador. “El fundamentalismo político no solo afecta a una persona o grupo reducido, sino que se impone a toda la sociedad”. La diócesis de Cortés es una de las que cuenta con más curas de los 400 que firmaron un manifiesto a favor del 1-O.

Omella critica la violencia en Cataluña

El cardenal de Barcelona, Juan José Omella, tildó ayer la acción policial como "una situación de violencia deplorable". El comunicado se produjo al final de la jornada del 1-O. "Hay que encontrar una salida pacífica y democrática a la situación que se está viviendo", añadió Omella. Con palabras similares se manifestó el obispo de Tarragona, Jaume Pujol. Los religiosos del Monasterio de Poblet se trasladaro a Vimbodí (Tarragona) para participar en la consulta, según informó la comunidad cistercense en las redes sociales: "Los monjes del monasterio de Poblet hemos podido votar en Vimbodí con normalidad. Mossos de Esquadra y tractores defendien a los ciudadanos".

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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