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El segundo debate televisivo del 21-D pone de manifiesto la fractura entre fuerzas independentistas

Los dos favoritos para ganar, Arrimadas y Mundó, protagonizan los principales enfrentamientos

Lluís Pellicer
Los candidatos del 21-D, esta noche antes del debate de La Sexta.
Los candidatos del 21-D, esta noche antes del debate de La Sexta.Alejandro García (Efe)

El segundo debate entre candidatos de las elecciones catalanas puso de manifiesto la fractura existente en los partidos independentistas, que se ha ido agrandando en las últimas dos semanas. Ante el discurso de Junts per Catalunya que solo admite en caso de una victoria del bloque independentista una presidencia de su candidato, Carles Puigdemont, el número cinco por Barcelona de ERC, Carles Mundó, fue rotundo: “El candidato de ERC se llama Oriol Junqueras, y si la mayoría de los ciudadanos opta por la lista de ERC estamos obligados a escuchar lo que dicen los ciudadanos”. El número tres de la CUP, Vidal Aragonès, reprochó a Mundó que haya renunciado a la vía unilateral para llevar adelante la independencia. “Eso es no cumplir con el mandato del 1 de octubre”, le afeó. Los principales enfrentamientos los protagonizaron también la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, y el candidato republicano, los dos favoritos para ganar el próximo 21-D. Arrimadas apostó por un gobierno constitucionalista y reclamó al candidato de Catalunya En Comú-Podem, Xavier Domènech, que apoye un ejecutivo de cambio si son clave en el debate de investidura.

El debate organizado este domingo por La Sexta volvió a poner de manifiesto la división de dos bloques irreconciliables. Pero los momentos de tensión no solo se dieron entre independentistas y constitucionalistas, sino que también hubo reproches entre los candidatos secesionistas. El candidato de Junts per Catalunya, Josep Rull, llevó el mensaje de que los comicios del 21-D no son unas “elecciones normales y ordinarias”. “Aquí estamos vara ver si quien decide el presidente de la Generalitat es [Mariano] Rajoy o el pueblo”, sostuvo. Esa es, de hecho, la idea fuerza de la campaña del partido de Puigdemont: estas elecciones no son para elegir presidente, sino para que vuelva el jefe de gobierno cesado. Sin embargo, solo al empezar el debate Mundó reivindicó a Junqueras como futuro líder del gobierno si gana su partido. “Sería extraño no atender a lo que dicen los ciudadanos”, afirmó el republicano, quien de forma indirecta se refirió a la advertencia que durante toda la campaña viene haciendo Junts per Catalunya sobre el hecho de que quien opte por otro candidato que no sea Puigdemont estará legitimando la aplicación del artículo 155. “Solo se puede entender desde la mala fe que se diga que nos sintamos cómodos con el 155”, lamentó.

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Mundó negó que su partido apueste por la “unilateralidad”. “No se contempla”, zanjó después de que a lo largo de la campaña incluso la número dos, Marta Rovira, flirteara con esa idea. “Siempre defendemos el diálogo y la negociación”, añadió Mundó, quien apostó por una “bilateralidad” con el gobierno central mediante un sistema de “tú a tú” para “hacer efectivo” el voto de los ciudadanos. Eso levantó el enfado de Aragonès (CUP), quien dijo que su formación no quiere entrar en la “lógica de personalismos”. “Nosotros decimos que hay que avanzar en la construcción de la república. Y hemos escuchado que no habrá unilateralidad. Eso es no cumplir con el mandato del 1 de octubre”, espetó Aragonès. Esas palabras incomodaron a Mundó, quien dijo no entender “esa incisividad” de la CUP y le recordó que él mismo ha estado en prisión preventiva. Domènech se dirigió a Rull para decirle que su partido "no puede estar en el futuro gobierno" catalán porque la declaración unilateral supuso la "frustración de una parte del país" y "echar a otra" parte. "Dejaron de gobernar para una parte", añadió.

Iceta: "No veo posibilidades de acuerdo con ERC"

Los candidatos constitucionalistas rechazaron de forma explícita formar gobierno con los partidos independentistas. Lo hizo en varias ocasiones el candidato del PSC, Miquel Iceta. “No veo posibilidades de acuerdo, de investidura ni de gobierno”, dijo con rotundidad sobre un posible pacto con ERC Iceta, quien dijo que otra cosa es “hablar” con todas las fuerzas. La candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se mostró esperanzada de que las tres fuerzas constitucionalistas basten para un gobierno de cambio y apeló de nuevo al voto útil. Sin embargo, sí contemplo la posibilidad de que CatComú-Podem pueda tener la llave para decantar una mayoría u otra hacia la presidencia de la Generalitat. “Si son necesarios proponemos a votantes de Podemos a destinar todos los recursos del procés a políticas sociales. A dependencia, educación y listas de espera”, afirmó Arrimadas.

Los mayores enfrentamientos entre bloques se dieron entre Arrimadas y Mundó, los dos principales favoritos para ganar las elecciones. Mundó llegó a llamar a Arrimadas “candidata de laboratorio” y de “eslogan” y en algún momento sus respuestas reflejaban nerviosismo. “Ustedes han creado un Matrix…”, le decía Arrimadas sobre la fuga de empresas. “Ni Matrix ni puñetas”, le respondió Mundó. La huida de empresas fue, de hecho, uno de los puntos que se abordaron en el debate. Más de 3.000 empresas han solicitado ya al Registro Mercantil cambiar su domicilio social, y más de un tercio, también fiscal. Sin embargo, Mundó se agarró en las que hasta ahora han completado los trámites, que ha cifrado en 300, obviando que cada día el Boletín Oficial del Registro Mercantil publica entre 30 y 40 marchas diarias. “¿Por qué se marchan las empresas? Por inseguridad jurídica, porque sus clientes lo pedían, por miedo a perder el amparo del regulador...”, recordó Iceta a los partidos independentistas que “más de 300.000 catalanes dijeron que estaban más seguros sus ahorros en otras comunidades”. “Ha sido un verdadero desastre”, remachó.

Crítica de Domènech a los "recortes salvajes" de Mas

Domènech abogó por un gobierno progresista y rechazó de nuevo la vía unilateral. Él protagonizó otro momento tenso con Josep Rull. Domènech recordó que Artur Mas llevó a cabo los “recortes sociales” que calificó de “brutales y salvajes”. Rull recuperó la justificación tradicional de la antigua Convergència: si los “16.000 millones de euros” de déficit fiscal que estima que arrastra la Generalitat con el resto de España no se tendría que haber recortado. Esa afirmación irritó a Iceta, quien le recordó que un estudio presentado por el exconsejero Andreu Mas-Colell sostenía que una Cataluña independiente tendría un dividendo fiscal de 2.400 millones y, según otro del exsecretario de Economía Albert Carreras, de 248 millones. “No me digáis que habéis montado todo este follón por 248 millones de euros”, se indignó Iceta.

El candidato de Junts per Catalunya Josep Rull atribuyó la fuga de empresas a “las imágenes lamentables del 1 de octubre” y negó que el procés afecte a la economía catalana, aunque para ello tuvo que usar sobre todo datos anteriores a septiembre. “Somos los de la economía productiva”, dijo Rull. “Eran”, le corrigió Iceta. “¿Qué empresas van a venir a invertir a Cataluña cuando había un gobierno que saltaba la ley, nos quería aislar de España y de Europa?”, inquirió el líder popular, Xavier García Albiol a Rull, quien acusó al Gobierno del PP de tumbar sistemáticamente leyes catalanas como la del cambio climático. Arrimadas entonces denunció que el anterior gobierno se dedicara “a legislar para que el Constitucional le tumbe las leyes” y prometió un plan de “choque urgente” para que “vuelvan las empresas”, basada en dar seguridad jurídica, rebajar la presión fiscal para trabajadores y rebajar los trámites administrativos. “Estamos deseando que llegue al 21 para ganar y demostrar cómo se puede gobernar Cataluña”, remachó Arrimadas. La candidata de Ciudadanos volvió a enzarzarse entonces con Mundó. Arrimadas les acusó de recuperar el “Espanya ens roba”.

En el debate también se expuso el modelo educativo de los candidatos. Y eso también provocó enfrentamientos entre partidos. La CUP pidió una "única red de educación pública" y pidió acabar con los conciertos de algunas escuelas élite, algo que Mundó apoyó pese no a haberlos suprimido durante el pasado mandato. Arrimadas denunció los barracones y dijo que Cataluña es la comunidad autónoma en la que la renta de los padres más afecta a los resultados de los niños. "Con Puigdemont aumentó el número de barracones y embajadas", denunció. García Albiol, por su parte, acusó a "una parte de las escuelas" a "adoctrinar" a los niños, lo cual levantó las iras de Mundó. "No solo es mentira, sino un insulto a los 110.000 profesores de la escuela catalana", le replicó.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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