ERC acepta cierta “desazón” en el mundo económico por el proceso independentista
Rovira propone una bajada de un punto en el IRPF para las rentas bajas
El independentismo catalán siempre negó que la ruta hacia la separación pudiera tener efectos negativos sobre la economía. Pero la dureza de los hechos —se han marchado más de 3.000 empresas desde octubre— hace que también haya actos de contricción sobre este aspecto. Ayer lo hizo la candidata de Esquerra, Marta Rovira, que si bien culpó al Estado de generar “pánico” entre las empresas admitió por primera vez que el proceso genera “desazón” en la economía.
“Lo que no puede soportar la economía es no ir por vías no negociadas y por la violencia policial”, aseguró ayer en Barcelona la número dos de Esquerra Republicana y candidata a la Generalitat in pectore durante el foro Primera Plana de El Periódico de Catalunya. Tras cruzar el ecuador de la campaña para el 21-D, los republicanos quieren poner énfasis en su programa electoral más allá de la independencia, lo que entienden por “hacer república”. O, en otras palabras, gobernar.
Dentro de este planteamiento para abordar lo que queda la campaña, Rovira comenzó por explicar cómo sería el alivio fiscal que lleva en su programa electoral. ERC propone una rebaja de un punto en el tramo autonómico del IRPF para las rentas bajas y medianas. Es decir, pasaría del 12% al 11%. Los republicanos defienden que esta fórmula permitirá incentivar el consumo y ayudar a la economía, en la que ven cierta “desazón” por la situación en Cataluña, aunque rechazan los “discursos catastrofistas”.
El propio líder de los republicanos, Oriol Junqueras, llegó a negar que el proceso generara fugas de empresa. El día 5 de octubre, mientras el Banco Sabadell decidía que traladaba su sede social a Valencia, el entonces vicepresidente económico quitaba hierro a esa posibilidad. “Vaticinios de este tipo los llevamos escuchando desde hace años, pero nunca se han cumplido”, aseguró en una entrevista a La Sexta.
Críticas al Gobierno
Mucho ha llovido y el discurso de ERC ha ido virando. Su programa electoral admite hasta en dos ocasiones que el proceso hacia la declaración de independencia generó inestabilidad, si bien acusa al Gobierno central de aprovechar la coyuntura para “iniciar acciones dirigidas a la recentralización y la desestabilización de la economía”. Los republicanos argumentan que “solo las entidades bancarias podían tener razones de carácter objetivo” para cambiar la sede social y afean el decreto ley del Gobierno que facilitaba el cambio.
“Admitiendo los efectos adversos que tiene la incertidumbre política sobre decisiones que afectan la actividad económica, la actuación del Gobierno español procuró convertir la incertidumbre en pánico de manera completamente irresponsable”, dice el programa electoral. En un mitin en Tarragona, anoche, el exconsejero Carles Mundó reivindicó que en Cataluña “se han creado 13.000 nuevas empresas en lo que va de 2017” y que sólo se han ido las sedes sociales, no los centros de trabajo. “Son los golpes de porra los que generan la inestabilidad”, añadió.
La rebaja fiscal propuesta por ERC, que tendría un impacto de unos 200 millones sobre las cuentas catalanas, se compensaría con la subida del impuesto de transmisiones patrimoniales. El programa electoral defiende que este impuesto ayudaría a atemperar una “nueva ola especulativa”.
ERC también aboga por “reformular jurídicamente las normativas impugnadas” por el Gobierno ante el Constitucional, como por ejemplo el impuesto sobre los depósitos bancarios, la producción de energía nuclear o el de los operadores de Internet, que financiaba al sector audiovisual. Los republicanos creen que esto permitiría ampliar los presupuestos en 650 millones de euros.
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