El Mercedes que llevó las papeletas del referéndum
El seguimiento al coche de una empresaria permitió localizar la nave donde se guardaba material ‘electoral’
Un pinchazo telefónico condujo a un sospechoso. Otro, a conocer el papel relevante de una directora general del Govern. El seguimiento a esa mujer, hasta un Mercedes. Y el rastro del vehículo, a la nave donde la Generalitat almacenaba nueve millones de papeletas para el referéndum ilegal del 1 de octubre. Es la intrahistoria del principal (aunque insuficiente) golpe de la Guardia Civil a los preparativos a la consulta, según consta en el sumario del caso que investiga el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona.
Los miles de folios de la investigación judicial ponen al descubierto las dudas en la Generalitat para llevar el referéndum a buen puerto: sospechan de la lealtad de las adjudicatarias (como T-Systems) y admiten que en algunos municipios no lo van a tener fácil para encontrar centros de votación (proponen votar en “un garaje privado, un bibliobús o lo que sea”). También hay dudas, y muchas, sobre la viabilidad de la independencia tras el 1-O. “El mes de octubre no hay capacidad, no tenemos control de aduanas, ni un banco. La cosa está muy verde (…) Me da pánico que si transmitimos las cosas como son, estos no lo acaben autorizando para decir que Junqueras no ha preparado al país”, asegura Josep Lluís Salvadó, secretario de Hacienda y uno de los imputados en la causa, a un asesor de la Generalitat en una de las llamadas.
Mientras los altos cargos intentaban preparar el referéndum, la Guardia Civil trata de desbaratarlo. El 24 de agosto, los agentes interceptan una llamada entre el número dos de Oriol Junqueras en el departamento de Economía, Josep María Jové, y Francesc Sutrias, director de Patrimonio. Hablan “de forma velada y criptográfica” sobre una reunión que Sutrias iba a mantener con un hombre, al día siguiente, para darle “instrucciones”. Los agentes deciden seguirle a una cafetería e identifican al interlocutor: Pau Furriol, abogado y exdirigente de Esquerra.
En otra llamada de Jové con Natalia Garriga, directora general de Servicios de Vicepresidencia, hablan sobre su confianza en una “tercera persona”. Jové se muestra seguro de que podrán contar con él. La Guardia Civil vigila entonces a Garriga y la ven subir a un vehículo Mercedes Benz junto a otra mujer. Durante media hora, hablan. Garriga le muestra documentos en papel e imágenes de móvil y, después, se dirige hasta una nave en Bigues i Riells, a 45 kilómetros de Barcelona. Los investigadores atarán cabos: esa nave es, precisamente, propiedad de Furriol.
La vigilancia permitió ver a la desconocida con el abogado de ERC en un bar cercano y cómo, posteriormente, entraban en las naves dos camiones de los que operarios bajaron diverso material. La Guardia Civil pudo comprobar que el vehículo Mercedes estaba a nombre de la empresa Fox Box Publi Alternativa SL, una empresa radicada en Barcelona en la que tenía un cargo Mercedes Martínez Martos, la mujer que lo conducía.
Una llamada telefónica posterior entre Jové y Sutrias, en este caso del 2 de septiembre, confirmaría el presunto papel clave de la conductora del Mercedes en los preparativos de la consulta ilegal. Realizada desde un bar del polígono industrial donde estaban las naves de Furriol, el director de Patrimonio aseguraba al alto cargo del Govern que varias personas -entre ellas un tal Ferran- “estaban esperando a la Mercé ya que no podía hacer nada sin ella ya que es ella la que lleva toda la planificación”, detalla el informe. El documento policial también refleja que Jové abroncó a su interlocutor por dar nombres por teléfono.
El dispositivo montado ya por la Guardia Civil alrededor de las naves permitió comprobar cómo este día se reunían Pau Furriol y Mercedes Martínez con la directora general de Juventud de la Generalitat, Marta Vilalta; el concejal de Junts pel Sí Chakir el Honrani Lesfar; el dirigente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, Joaquim Torra; entre otros. Un día después, los agentes volvieron a observar el encuentro de algunos de ellos con otras personas. Finalmente, el 20 de septiembre, la Guardia Civil desarrollaba la Operación Anubis contra los preparativos del referéndum y entraba en las naves. Tuvo que utilizar ocho furgonetas para retirar los más de 9 millones de papeletas que se ocultaban las naves hasta las que les había llevado el seguimiento del Mercedes.
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