Más miembros que en el politburó chino

El nuevo secretario del PSOE-M, José Manuel Franco, ha intentado cerrar las tradicionales heridas que han dividido a su partido en Madrid durante décadas. Para ello, ha creado una elefantiásica ejecutiva con 50 miembros, ocho más que la anterior de Sara Hernández. (Por comparar, el buró político del Partido Comunista Chino tiene 24). Franco lo defiende: “Hay ejecutivas con 70 personas, como la de Valencia. La nuestra tiene un miembro más que la federal. Lo importante es la calidad humana y política del grupo”.

Pero algunos sectores le reprochan la inclusión de “demasiados” nombres, entre ellos el de la nueva secretaria de Organización, Carmen Barahona, edil de Rivas, con escasa trayectoria interna en la formación. Otras voces aseguran que los afectos a Pedro Sánchez, sensibilidad a la que pertenece Franco, han sido los más damnificados, ya que destacados dirigentes se han quedado fuera o han sido relegados ante la necesidad de integrar a otras familias, algunas de ellas muy minoritarias, como la que encabeza el exsecretario regional Tomás Gómez, cuyo candidato a las primarias, Eusebio González Jabonero, cosechó solo 600 votos en un electorado de casi 15.000 afiliados.

Así, la ejecutiva del PSOE-M que defendía Franco y que fue elegida en el 13º congreso de este fin de semana consiguió el apoyo del 70,33% de los 674 delegados, 13 puntos más que los que logró Hernández en 2015. “Nunca he visto un congreso tan unido. El ambiente era excelente”, presumía un veterano dirigente.

Pero, no todos pudieron decir lo mismo”. El sudoku se complicó a última hora. “Me hubiese gustado que el secretario de Organización anterior, Enrique Rico, hubiese sido nombrado vicesecretario. Era uno de los compromisos que había adquirido Franco y que mantuvo hasta el sábado por la noche”, destacó Sara Hernández. Esta, que había apoyado a Patxi López en las primarias al Federal, se integró en la candidatura de Franco, que se comprometió a dar una salida política a sus hombres de confianza.

La ausencia de Rico

“Antes del congreso había dos asuntos cerrados: que Manuel Robles [alcalde de Fuenlabrada] sería presidente [como así fue] y Rico, vicesecretario”, afirma un dirigente. Este achaca la ausencia de Rico a un cambio de última hora. Natalia de Andrés, edil de Alcorcón y sanchista, iba a ocupar la otra vicesecretaría, pero la fiscalía pide su inhabilitación por la quiebra de una empresa municipal. “Franco no se atrevió a dejar como único vicesecretario a alguien de Patxi [por Rico]”, concluye el dirigente. Así fue como Rico perdió la vicesecretaría y De Andrés fue relegada a secretaria de Política Autonómica. Franco responde: “Barajé una o dos personas. El tema de De Andrés no la inhabilita. Al final decidí que no hubiese ninguna. Fue una decisión personal”.

“La lucha realmente ha sido entre sanchistas”, indica otro miembro de la nueva ejecutiva. Señala que son varios los fieles de Sánchez que no han tenido cabida en la dirección regional, entre ellos las parlamentarias Isaura Leal y Carmen López. Sí está Daniel Viondi, que será secretario de Desarrollo Global de Ciudades y Municipios, aunque se había postulado como número dos del nuevo proyecto. “Viondi quiso hacer valer su papel de sanchista, pero cuando un candidato gana con el apoyo de más del 70% tiene mucho margen de maniobra”, insiste un dirigente, que admite que Franco tuvo que lidiar con las quejas de Ferraz, aunque se mantuvo firme: la lista la hacía él.

Las familias han destacado la “regeneración” de la ejecutiva, ya que solo repiten ocho miembros de la anterior. “Franco lanza el mensaje de que se terminaron las familias y de que, si se trabaja, todo el mundo tiene hueco”, explica otro dirigente. Así sumó a su dirección a seguidores de Susana Díaz, como Javier Corpa, Macarena Elvira, María José Quijada e Isabel Cadórniga (todos ellos del sector de Antonio Carmona) y José María Dávila; leales a Patxi López como Robles, Agustín Vinagre, Ignacio Benito, Mónica Carazo o Rafael Gómez Montoya; cercanos a Hernández como Carmen Mena; o próximos al senador José Cepeda, como Pedro Esteban Barrero. Y todos, más o menos, contentos.