“El Estado ha de venir a poner orden en Cataluña”
El histórico dirigente de Convergència se muestra muy crítico con el partido que abandonó en 2006
Josep López de Lerma (Sant Feliu de Guíxols, Girona, 1950) es un histórico de la extinta Convergència y fue diputado en el Congreso entre 1980 y 2004, hasta que el partido abrazó el soberanismo.
Pregunta. ¿Qué piensa un convergente histórico de la situación que vive Cataluña?
Respuesta. Nunca deberíamos haber llegado hasta aquí. Estamos en una situación de altísimo riesgo para el autogobierno de Cataluña y para todo aquello que logramos desde la Generalitat y desde nuestro grupo parlamentario para llenar de competencias el Estatuto.
P. Y una vez aquí, ¿cómo se puede salir?
“No podemos ir ni a la esquina con estos departamentos de Economía e Interior”
R. Con todo el sufrimiento que me provoca decirlo, y llegados a este punto, los catalanes no podemos solucionar solos el gran problema político, institucional y social que tenemos. Habrá de ser el Estado el que venga a poner un cierto orden con la intervención de la autonomía. Me parece acertado lo que dice el presidente Rajoy y me parece mucho más acertado el acento de moderación que pone Pedro Sánchez. No podemos ir ni a la vuelta de la esquina con el actual departamento de Economía de la Generalitat, que se ha de intervenir del todo, igual que el departamento de Interior. Los Mossos han de ir al psiquiatra, porque no pueden convertir a Cataluña en un psiquiátrico.
P. Es demoledor el diagnóstico que hace y chirría viniendo de un nacionalista catalán.
R. No chirría en un convergente de toda la vida, puede chirriar en los que han venido a sustituirnos, que se llaman liberales pero que están sometidos al dictado de la minoría de la CUP, a los que les interesa hacer la revolución en coche oficial. Es vergonzoso que la Convergència de Mas se sometiera a ellos para que lo decapitasen. Estoy muy preocupado por el futuro de Cataluña, con la salida de centenares de empresas y de miles de millones de euros que han huido y que nos llevan a la pobreza.
P. Se oyen pocas voces exconvergentes que hablen así.
R. Es que hemos de hablar claro y olvidar los eufemismos y la posverdad. No me pondré al servicio de los que están mintiendo y construyendo una verdad a base de repetirla mil veces. Es lo que Goebbels dijo que se tenía que hacer, pero Goebbels no es mi modelo.
P. ¿Cómo explica la evolución de Convergència?
R. En un comité ejecutivo de 2002 mi amigo y actual consejero de Territorio, Josep Rull, expuso hacia dónde tenía que ir el partido y yo dije entonces que, si eso fuera así, CDC aparecería como una fotocopia de Esquerra Republicana. Su visión ya era entonces caminar hacia un Estado propio catalán y ese fue uno de los motivos por los que no me presenté a las elecciones generales de 2004 y me di de baja dos años después, cuando se confirmó, con Artur Mas en la dirección, que nos alejábamos de la centralidad política que nos propició tantos éxitos electorales.
P. Por tanto, culpa a Mas de la evolución hasta el PDeCAT.
“El gran responsable del disparate que vive Cataluña es Artur Mas”
R. Sí. El gran responsable del disparate que vive Cataluña es Artur Mas, que fue también el que le encargó a Carles Puigdemont que acabase con la autonomía catalana. Y así estamos.
P. En 2016 escribió el libro Cuando pintábamos algo en Madrid, un título que habla por sí solo. ¿Qué pinta ahora el PDeCAT?
R. Los diputados del PDeCAT en Madrid no pintan absolutamente nada. Leo con preocupación que no piensan estar en esa comisión que ha impulsado el PSOE y que me parece muy acertada para repensar la Constitución. Yo soy de aquella Convergència auténtica que decía que habíamos de estar donde se decidieran nuestras cosas. Mi generación no entendería que Minoría Catalana no hubiera estado en la ponencia constitucional de hace 40 años. Esa postura solo la entiendo desde una perspectiva de “adiós a España”, pero decir adiós para ir a no se sabe dónde y a un lugar en el que solo nos quiere Nicolás Maduro es una perfecta imbecilidad.
“Es una perfecta imbecilidad decir adiós a España sin saber adónde ir”
P. Los dirigentes del PDeCAT argumentan que aquellos tiempos del peix al cove [pájaro en mano] de Convergència son una pantalla pasada.
R. Fue Artur Mas el que empezó a decir eso y yo les pregunto que me digan si han conseguido una sola competencia nueva para Cataluña. Peix al cove era el posibilismo y el pragmatismo con otra cosa que ha perdido esta gente del PDeCAT, que es el seny [sentido común]. Cataluña necesita una fuerza que se sitúe en el catalanismo político.
P. Duran Lleida lo intentó después de que se rompiera la federación electoral y fracasó en las generales de 2015.
R. Duran vaticinaba lo que está pasando. Yo estoy hablando de un centro político amplio que era el espacio que ocupaban desde el PSC a CiU, las dos fuerzas que han vertebrado políticamente Cataluña. Cuando pase este huracán, toque suelo y destroce la tierra, el seny volverá a dominar a la rauxa [arrebato] a la que estamos sometidos en este momento en Cataluña. Creo en la necesidad urgente de abastecer este espacio político, que pasaría por dar más cintura electoral al PSC, el único partido que ha quedado con presencia parlamentaria.
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