Un paseo por el Barroco
El desfile Fiesta Barroca llenará este sábado las calles de la capital con 11 pasos que representan iconos de Madrid del Siglo de Oro
Carrozas pintadas con pan de oro, plumas de colores y melodías del siglo XVII. Este sábado el Barroco regresa a Madrid gracias al desfile que, con motivo del IV Centenario de la plaza Mayor, recorrerá la capital. Cien juglares, bailarines, actores y jinetes formarán parte de los 11 pasos que componen la cabalgata Fiesta Barroca, organizada por el Ayuntamiento de Madrid. Durante dos horas, de 18.30 a 20.30, estas carrozas recorrerán la calle Mayor, de la plaza de Oriente hasta la plaza Mayor, donde Felipe III y su familia (interpretados por actores) recibirán a la comitiva.
El evento está ambientado en la capital de los Austrias Menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) donde, hace 400 años, floreció el teatro, la pintura y la literatura del Siglo de Oro español. Las carrozas representan diversos iconos del Madrid del pasado, algunos de ellos vigentes hoy en día como los patronos capitalinos o Cibeles y Neptuno.
"El objetivo es realizar algo que divierta y que conserve la esencia de lo que en realidad eran aquellos desfiles", cuenta Juan Sanz, director artístico de la comitiva. "El origen de estos pasos era una sucesión de entretenimientos que la monarquía y la iglesia mostraban al pueblo para ensalzar la figura del propio rey", añade Sanz.
Dos jinetes ceremoniales adornados con plumas abrirán la marcha. Tras ellos, sobre el Carro Festivo de la música, cinco intérpretes de la compañía Ensemble La Danserye tocarán instrumentos propios del siglo XVII y XVIII. Le sigue el Carro Triunfal de la Plaza Mayor. "Representa una alegoría del mundo", apunta Sanz cuando habla sobre este paso en el que aparece la icónica plaza. En medio de esta, el titán Atlas sostiene sobre sus hombros un globo terráqueo, símbolo de la hegemonía de la Corona Hispánica de Felipe IV, el llamado Rey Planeta.
El orbe, obra de la compañía Antiqua Escena, responsable de la escenografía, ha sido realizado con varillas de fibras de vidrio. "La obra está viva", explica el diseñador artístico Miguel Ángel Coso, "el proceso creativo ha sido constante y conforme estábamos haciendo las figuras, innovábamos y evolucionábamos". Junto a su equipo, Coso ha confeccionado la escenografía de todos los carros triunfales así como el vestuario de los actores y de los caballos. "Hemos llegado a elaborar hasta 2.000 plumas para los adornos", cuenta.
El simbolismo de hace 400 años
Los jinetes ceremoniales abren el desfile y refuerzan la idea del poder monárquico.
El Carro de la Plaza Mayor, epítome de Madrid, representa "el corazón de la monarquía, de la cultura y de la fe".
Los Pájaros Arcimoldos reflejan la influencia de las culturas de ultramar en la España de la época.
La serpiente de la Tarasca del Corpus recuerda al Mal y al pecado original.
Las columnas celestiales, origen de la frase De Madrid al cielo, emulan la unión entre lo pagano y lo religioso.
Cibeles representa la fertilidad (cultural en el caso de la capital) mientras que Neptuno, el agua de sus fuentes.
Inspirados en la obra del artista italiano del siglo XVI Giuseppe Arcimboldo —autor de la serie de cuadros sobre las Estaciones—, tres pájaros autómatas precederán a la carroza de la Tarasca. Esta figura simbólica representaba el pecado y normalmente se sacaba durante las procesiones del Corpus Christi. Un demonio timbalero, montado sobre una serpiente, dirigirá este carro acompañado de dos trompetistas y cuatro diablos danzantes. Detrás y tiradas por ocho personas, dos columnas celestiales llevarán a San Isidro y Santa María de la Cabeza, interpretados por sendos actores.
Las representaciones de Cibeles y Neptuno son las dos comitivas más expectantes: cada una de ellas será conducida por cuatro jinetes y los actores Mamen Godoy y Javier Laorden representarán a la diosa y al dios, respectivamente. Acompañando al carro de la madre de Júpiter (el Zeus griego) aparecen varios actores representando a los dos leones y a cuatro ninfas. Sobre el del dios del mar, dos sirenas y cuatro tritones. El desfile lo cerrará otro Carro de la música con cuatro intérpretes.
"Aunque es complicado reproducir un desfile exactamente igual que en el Siglo de Oro, hemos trabajado con especialistas, como la catedrática en teatro español Dolores Nevera, para que sea lo más histórico posible", cuenta el director Sanz. "El objetivo es resucitar una costumbre centenaria, pero con un concepto nuevo", añade Sanz. El director afirma que el potencial folclórico que hay en España sobre este tipo de actos es muy grande: "Solo hace falta desempolvarlos".
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