Assange alienta que la rebelión en Cataluña se extienda a nivel global
El fundador de Wikileaks defiende en una videoconferencia en Barcelona que la consulta ilegal debe ser un ejemplo a seguir para “todas las sociedades de Occidente”
Julian Assange apareció este martes en Barcelona mediante videoconferencia para alentar al independentismo a seguir desafiando la legalidad. El fundador de Wikileaks está siendo un pilar de la propaganda en las redes sociales a favor de la consulta del 1-O. Assange afirmó en su mensaje en la capital catalana “que poblaciones de todo Occidente aprenderán de vuestra experiencia” e insistió que “donde vaya Cataluña, la seguirán otros Estados”.
“Este choque entre los catalanes con el Estado español es un hecho determinante en la historia de Occidente”, dijo Assange, que no dudó en comparar la actuación de las fuerzas del Estado para desactivar el 1-O con la represión del régimen del Partido Comunista de China. De hecho, Assange advirtió que la movilización del independentismo en Cataluña debe repetirse en otros países para evitar que el modelo autoritario chino se consolide en Occidente.
El fundador de Wikileaks, web de filtración de documentos oficiales que recibe de fuentes anónimas, reside desde 2012 en la embajada de Ecuador en Londres bajo la amenaza de ser extraditado a Estados Unidos por hacer públicos documentos sensibles para la seguridad nacional. El Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos también acusó a Assange, en un extenso informe del pasado enero, de difundir información pirateada por el gobierno ruso. Assange lo ha negado reiteradamente.
Con la llegada al poder de Donald Trump se ha producido un tímido acercamiento entre Assange y Washington. Trump repitió en varias ocasiones durante la campaña electoral americana de 2016 que era admirador de Wikileaks: la plataforma de Assange filtró los correos electrónicos privados de Hillary Clinton que sirvieron como arma política a favor de Trump. Los intereses del hoy presidente y Assange también han ido coincidiendo durante 2017: Assange hizo público en julio que había contactado con Donald Trump Jr, hijo del presidente, para recomendarle que hiciera pública una lista de correos electrónicos que le podían implicar con el gobierno ruso. Assange le advirtió, según admitió, tras saber que The New York Times tenía previsto publicar los correos. “Le dije que sus enemigos iban a manipular y a sacar de contexto frases aisladas durante semanas o meses”, explicó Assange. Roger Stone, consejero de Trump, dijo en 2016 a The Guardian que Assange había avisado a Trump con anterioridad de que Wikleaks filtraría los correos electrónicos de Clinton. El excéntrico congresista republicano Dana Rohrabacher, uno de los principales aliados de Trump en el Congreso y declarado partidario de fortalecer el papel de Rusia en Estados Unidos, ha sido el primer político norteamericano en entrevistarse con Assange. La reunión se produjo en agosto y Rohrabacher informó que intentaría mediar ante Trump para conseguir un perdón presidencial para Assange. Curiosamente, Rohrabacher es el principal apoyo que la Generalitat ha conseguido en Estados Unidos a favor del referéndum.
Un ejemplo de lo que Assange contempla que el mundo occidental imite del conflicto en Cataluña es la autodeterminación de California. Assange ha informado en las redes sociales sobre la convocatoria de un referéndum en California, plebiscito que ve posible que se celebre en 2018. El líder del movimiento independentista de California, Louis Marinelli, trasladó el pasado abril su residencia a Rusia.
Financiado con una caja de resistencia
La conferencia de Assange en Barcelona fue organizada por Universidades por la República (UxR), una plataforma compuesta por las principales organizaciones de estudiantes universitarios catalanes y por las JERC, ANJI y Arran, asociaciones juveniles vinculadas a ERC, PDeCAT y la CUP, respectivamente. Las entidades de estudiantes mantienen ocupada la sede central de la Universidad de Barcelona (UB) desde el pasado viernes. Estas aseguran que la noche del lunes al martes pernoctaron unas 200 personas en sus instalaciones académicas. La videoconferencia de Assange se celebró en la vía pública y contó con unos 300 asistentes, la gran mayoría universitarios.
La videoconferencia fue proyectada mediante una pantalla gigante, una unidad móvil de conexión digital y un gran sistema de audio. Un representante de UxR aseguró que la financiación del equipo tecnológico se ha sufragado mediante una caja de resistencia. Una larga mesa en la entrada de la UB no cesaba de recoger donaciones por parte de ciudadanos. Muchas personas mayores se acercaban para recoger papeletas para votar el 1-O y para consultar en qué mesa electoral les tocaría votar. Entre los jóvenes que acudieron a escuchar a Assange se encontraba Albert Ràfols, estudiante de Humanidades de 21 años. Cubierto con una bandera estelada, Ràfols ha obsequiado estos últimos días a los universitarios encerrados en la UB con productos que sobran de la pastelería en la que trabaja para ganarse un sueldo extra. Ràfols respeta a Assange porque “hace públicos cosas confidenciales que se esconden a la ciudadanía”.
Conexiones con Barcelona
La Universidad Pompeu Fabra (UPF) anunció el pasado marzo que Assange participaría también por videoconferencia en un máster del próximo octubre sobre “derechos civiles y tecnopolítica”. La directora del máster es Simona Levi, líder de XNet, el movimiento de ciberactivismo que destapó el escándalo de las tarjetas Black de Bankia. XNet y Wikileaks comparten acciones comunes, también en su defensa del 1-O. Levi explica a EL PAÍS que la videoconferencia en la UB no fue gestionada por XNet. Levi confirma que ella y otros conocidos de Assange en Barcelona pueden estar comentándole puntualmente aspectos del conflicto en Cataluña pero descarta que haya mano negra alguna que explique su repentino interés: “Assange tiene su equipo de prensa, y traducen lo que reciben, por eso puede lanzar mensajes en catalán o artículos de medios locales. Pero va muy a la suya, puede hacerte caso o no”, dice Levi.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.