Barcelona prohibirá ‘tours’ de turistas de más de 25 personas
El Consistorio acuerda con los guías prohibir que trabajen en el interior del metro y los autobuses
El Ayuntamiento de Barcelona está confeccionando una normativa que impedirá a los guías turísticos realizar tours a grupos de más de 25 personas por la ciudad. Esta futura norma, tal y como ha resaltado esta mañana el regidor de turismo Agustí Colom, también impedirá a los profesionales dar explicaciones en el interior de autobuses, metros o tranvía de la red de Transportes Metropolitanos de Barcelona. El titular de turismo del Ayuntamiento de Barcelona ha suscrito esta mañana, con las asociaciones de guías turísticos de la ciudad, una declaración de buenas prácticas en el guiaje de grupos en la vía pública de Barcelona. Este documento marca unos principios mínimos para el trabajo de los guías y será la base de la futura norma con la que se pretende equilibrar la convivencia en la ciudad y minimizar las molestias que puede provocar este tipo de prácticas.
La declaración está sustentada en datos sobre la evolución del turismo en la ciudad. De esta forma, remarca que la ciudad recibe 17,5 millones de turistas anualmente. Sólo el número de visitantes alojados en hoteles superó el pasado año los nueve millones mientras que en 1990 la cifra era de 1,7 millones. Con este volumen de visitantes el Consistorio pretende favorecer la convivencia de los vecinos con los flujos turísticos y, a la vez, tener cuidado de los recursos turísticos y el espacio público de la ciudad.
Uno de los primeros puntos del acuerdo remarca la “limitación de la medida de los grupos turísticos y la adaptación de su volumen a los espacios que se visitan. Se deben evitar las aglomeraciones de gente en aquellos lugares con especial saturación y donde conviven diversas actividades económicas, dividiendo el grupo, introduciendo la visita libre o realizando las explicaciones con la mayor brevedad posible”.
La declaración también apuesta por la utilización de sistemas de radioguía para reducir la contaminación acústica en la vía pública. Joan Coll, vicepresidente de la Asociación de Guías de Turismo habilitados por la Generalitat de Cataluña, ha recordado esta mañana que él utiliza este tipo de sistemas. “Hace un par de días, una señora del Call vino a agradecerme mi manera de trabajar porque decía que soy el único que no oía desde su ventana”, ha recordado.
La declaración obliga a que los grupos de turistas no establezcan “contacto con menores” y que los grupos no se “paren en aquellos lugares que presenten un elevado uso infantil en determinados momentos”. También establece que el descanso de los grupos sea en lugares donde se “minimicen las molestias”, se preserve el “patrimonio arquitectónico” y se tenga una “correcta disposición de residuos”.
Los guías se comprometen a elegir cuidadosamente los puntos de inicio y finalización de los tours para evitar obstaculizar las entradas en edificios o cortar el paso a otros vecinos. En uno de los puntos de la declaración se remarca “la prohibición del ejercicio de actividades de guiaje en el interior de transportes públicos colectivos (especialmente autobús y tranvía)”.
Colom ha destacado que tanto la declaración como la futura normativa es necesaria. “Barcelona tiene una marca de calidad. Los propios turistas dicen que el espacio está saturado y es necesario llegar a acuerdos con el sector”, ha asegurado el concejal de turismo.
En la declaración también se obliga a los guías a mantener unos conocimientos “profundos, objetivos y actualizados sobre los recursos turísticos y el espacio público que se visita o del cual se habla, sin transmitir perjuicios y con un buen nivel de los idiomas en que se desarrolle la explicación”.
Coll ha asegurado que el sector está compuesto mayoritariamente por autónomos y pequeños empresarios que viven en la ciudad, pagan alquileres... El vicepresidente de la asociación de guías ha destacado que entre el sector se dan buenas y malas prácticas. En la actualidad hay 3000 profesionales acreditados con un carnet que expide la Generalitat aunque en la vía pública la actividad es libre. De los acreditados hay 1.000 en activo y la administración catalana lleva desde 2012 sin realizar pruebas. “Entre mis compañeros hay gente que hace las cosas bien y otros no tanto por eso consideramos positivo establecer una declaración en el sector”, ha concluido.
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