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Alegría rossiniana en el corazón de La Rambla

Festín vocal en el Liceo con 'Il viaggio a Reims’, dedicado a las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils

Una imagen de 'Il viaggio a Reims'
Una imagen de 'Il viaggio a Reims' MARTA PÉREZ (EFE)

La chispeante música de Gioachino Rossini tuvo anoche efectos balsámicos en la inauguración de la temporada del Gran Teatro del Liceo. Hacía falta una generosa dosis de alegría, ilusión y buen humor en unas Ramblas sacudidas por la violencia y la muerte en los atentados terroristas del pasado 17 de agosto. Y nada mejor para ir cerrando heridas y rebajar la tensión en estos tiempos políticamente tan inflamados que la espumosa música de Il viaggio a Reims, divertida joya rossiniana que anoche levantó el telón liceista en una sesión dedicada a las víctimas de los antentados de Barcelona y Cambrils.

De hecho, no se trata de la inauguración oficial de la nueva temporada. Tras las vacaciones, el Liceu prefiere calentar motores en septiembre con un montaje sencillo, que no sea técnicamente complejo y no requiera un período largo de ensayos para llegar a buen puerto. Por ello la inauguración oficial, con afluencia de personalidades del mundo cultural, político y social, tendrá lugar el 7 de octubre, con Un ballo in maschera, de Verdi.

Rossini es siempre una buena elección para alegrar la vida tanto a melómanos como a los recién llegados al mundo de la ópera. Ingenio, talento orquestador, inspiración melódica y virtuosismo vocal se dan la mano en Il viaggio a Reims, cuyo estreno en España tuvo lugar en el Festival Mozart de A Coruña de 2000 bajo la batuta del añorado Alberto Zedda, artífice de la moderna recuperación de esta curiosa ópera de circunstancias. Fue en su origen una cantata escénica, disfrazada de dramma giocoso en un acto, escrita en 1825 para celebrar la coronación del rey Carlos X en Reims y Rossini recicló su música en Le Comte Ory.

Dibuja con guasa Rossini las ansias amorosas y los brotes de exaltación patriótica de los trasnochados aristócratas de diferentes países que acuden a un balnerario cercano a Reims. La música ridiculiza los tics patrióticos de cada personaje, y en los tiempos que vivimos, no deja de tener su morbo este delirante encuentro de viajeros con ínfulas que ven truncado su deseo de acudir a la coronación de Carlos X y acaban celebrando una pomposa fiesta canora en el balneario que casi parece un Festival de Eurovisión avant la lettre.

En el Festival de Pesaro, que devolvió su esplendor a este título en 1984, se gestó el montaje de Emilio Sagi, coproducido por el Teatro Real de Madrid, donde dejó gratos recuerdos, y que llega al coliseo barcelonés con un equipo de cantantes consagrados y jóvenes valores bajo la bien equilibrada dirección del joven Giacomo Sagripanti.

La supremacía del canto sobre la carpintería teatral es rotunda en esta curiosa obra que Zedda definía como "una auténtica pasarela del bel canto", un antológico catálogo de arias, dúos y espectaculares conjuntos, como la gran Pieza concertante a 14 voces, puro gozo vocal que Sagi ambienta entre albornoces y tumbonas. Acierta en el tono cómico, sin excesos, primando con una fina dirección de actores la magia del canto rossiniano y la fluidez de una música llena de ritmo.

La encantadora Corinna de Irina Lungu, los jugosos colores de Maite Beaumont (Marquesa Melibea) y el brillo en los agudos de Sabina Puértolas (Condesa de Folleville) y Ruth Iniesta (Madame Cortese), evidenciaron un mayor aplomo en las voces femeninas en esta ópera de equipo, cuajada de piezas de exhibición canora.

Las tablas y la poderosa vis cómica de Carlos Chausson (Barón de Trombonok) y Pietro Spagnoli (Don Profondo) pusieron alto el listón en las voces masculinas; se disfrutaron la elegancia y los buenos agudos de Laurence Brownlee (Conde de Libenskoff), el buen hacer de Taylor Stayton (Caballero Belfiore) y el estupendo Don Alvaro de Manel Esteve. Algo más discreto el Lord Sidney de Roberto Tagliavini.

Entre las voces más jóvenes de un extenso reparto integrado por 17 cantantes - este montaje nació con vocación de ser punto de encuentro entre voces experimentadas y nuevas promesas-, mostraron sus prometedoras cualidades Carles Pachón, Tamara Gura, Marzia Marzo, Alessio Caciamani, Bernat Egiarte, Paula Sánchez-Valverde y Jorge Franco.

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