El acusado por descuartizar dos mujeres en Majadahonda afirma no recordar nada
El presunto asesino: “No maté a mi tía porque era de la hermandad”
“No maté a mi tía porque era de la hermandad de los Hernández”. Bruno H. V. ha negado este martes haber asesinado a su tía Liria en 2010 porque pertenecía a un “grupo secreto de poder” de personalidades públicas cuyos nombres incluyen las letras e y erre. Del resto de cuestiones planteadas por la fiscal y la acusación particular ha asegurado no recordar nada. Tampoco recuerda quién era Adriana Giogiosa, la mujer argentina con la que compartía vivienda en Majadahonda y que supuestamente asesinó en 2015. Según la investigación, Bruno se deshizo de ambos cuerpos tras trocearlos con una picadora industrial. “No he hecho nada ilegal, no he cometido ningún delito”, ha subrayado impasible el acusado, que padece esquizofrenia paranoide.
Bruno ha llegado al juicio cubriendo su cara con un jersey azul. Cuando se ha desprendido de él ha asomado el mismo rostro inalterable del día anterior. A las 10.25 la magistrada le ha llamado para declarar en el centro de la tarima. Ha contestado con las mismas frases y con cierta parsimonia a todos y cada uno de los requerimientos de la fiscal y del abogado de la acusación particular, que representa a su presunta segunda víctima. “Creo que no”; “no lo recuerdo” y “no lo sé”, han sido sus respuestas. Bruno no recuerda la compra de la picadora, la creación de una sociedad mercantil para beneficiarse de su tía o alquilar habitaciones en la casa de esta. Sin embargo, sí es consciente de que está “fuertemente medicado”. La fiscalía pide para él 30 años de internamiento en un centro hospitalario. La defensa solicitará su absolución, no solo por estar “enfermo”, también por las “ilegalidades” cometidas durante la investigación.
Las respuestas mecánicas de Bruno tomaron un cáriz diferente cuando su abogado, Marcos García Montes, comenzó a preguntarle. El acusado recobró, de pronto, la memoria. Ha relatado entonces cómo entró en contacto con “la hermandad” y explicado que en el grupo de la e y la erre, el de los Hernández, figura gente de mucho poder. Entre sus miembros ha destacado a “Juncker, Esperanza Aguirre y Berlusconi”. El acusado ha reconocido a su representante que tampoco recordaba nada de sus ingresos psiquiátricos. Ha permanecido casi todo el interrogatorio sin pestañear y ha incluido palabras en inglés, que domina. “¿Sabe qué le pasa?”, le ha requerido García Montes. Bruno ha precisado que padece esquizofrenia y que le dan “siete pastillas al día”. Antes de cerrar su declaración, de 40 minutos, el acusado ha indicado que no le dejaron realizar el servicio militar por "una alteración", aunque su interés era proteger España, para cuyo Ministerio del Interior dice trabajar (no es consciente de estar en prisión).
“Este listo mató a mi hermana”
En esta segunda jornada del juicio por el asesinato de dos mujeres en Majadahonda, la primera con declaraciones, también ha intervenido Juan Francisco H., padre del acusado. Ha llegado a la sala a las 11.20 con gorra y gafas de sol. Ha insistido en que la relación con su hermana Liria era buena, aunque escasa. No le gustó que esta cediera la vivienda de Majadahonda a Bruno, como este mismo le contó. Sin embargo, Juan Francisco no la llamó nunca para conocer los motivos. La última vez que la vio, asegura, fue en 2011. Y ha afirmado: “No he estado a la altura de la enfermedad de mi hijo. Trabajaba 14 horas diarias”. En ese instante Juan Francisco ha comenzado a sollozar y Bruno, a unos metros, se ha tenido que limpiar los ojos con un pañuelo.
Los tres hermanos de Liria (tíos del acusado), una cuñada de esta y un primo de Bruno han coincidido en sus declaraciones. Han asegurado que era una mujer rara y solitaria, sobre todo a partir del suicidio de su hijo en 2006. Sostienen que nunca denunciaron su desaparición porque Bruno les decía que estaba bien, que se había ido a vivir a un pueblo de Ávila y que estaba enfadada con su familia. Una de las hermanas de Liria, Filomena, ha acusado directamente a Bruno de ser el asesino de su hermana. “Antes de la muerte de su hijo no tenían relación. Se arrimó después, cuando vendieron su piso. Siempre se creyó más listo que nadie. Dicen que está loco, pero no, que diga dónde está mi hermana. Los terroristas dejan cadáveres, pero este no”. La magistrada ha tenido que pedirle que mantuviera la calma.
La última declaración, y la más emotiva, ha sido la de Eduardo Gabriel Giogiosa, hermano de la supuesta segunda víctima de Bruno. Giogiosa ha relatado que su hermana había regresado a España (desde Argentina) el 30 de marzo. Ese día le envió un Whatsapp y quedó en llamarle el 1 de abril para felicitarle por su cumpleaños, pero Adriana nunca llamó. Por eso vino a buscarla el día 3. Incluso fue a la vivienda que compartía con Bruno en Majadahonda. Giogiosa ha destacado que en la casa vio cosas que no le convencieron y que sospechó del acusado desde el principio. Un día después, denunció la desaparición de su hermana y comenzó a recibir, como otros familiares, mensajes desde el móvil de ella. “Decían que se había ido a Roma con Mohamed. No era ella, porque su intención era volver a final de 2015 a Argentina para cuidar de mis padres”.
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