Los yihadistas buscaron el choque con los Mossos en el atentado de Cambrils
Un mosso mató a cuatro de los terroristas. El quinto, el que hirió fatalmente a la única víctima mortal, fue abatido horas después
Varios de los testigos que presenciaron el repelido atentado de Cambrils aseguran que el Audi, de color negro, que conducían los terroristas fue de forma deliberada a chocar contra la patrulla de los Mossos d'Esquadra que estaba apostada en la rotonda del Club Náutico. El vehículo volcó y los yihadistas, armados con cuchillos, lograron salir de él. Uno de los tres mossos mató a cuatro de los terroristas. El quinto, el que hirió fatalmente a la única víctima mortal, fue abatido horas después tras ser localizado por un helicóptero policial.
Además de la muerte de los cinco terroristas, la operación se saldó con el fallecimiento de una señora, de Zaragoza, y cinco heridos, tres de ellos mossos, según la Generalitat. Protección Civil rebaja la cifra a cinco. Los Mossos d'Esquadra se limitan a describir que el vehículo arrolló a diversos viandantes y a una patrulla policial en la zona. Varios testigos relataron la violencia del choque pero no descartan que quisieran también después acuchillar a los turistas como ocurrió en Londres.
Los hechos ocurrieron pasadas las 00.45 horas de la madrugada cuando Susana Hakobyan, que regenta La taverna del mar, junto al Náutico, estaba acabando de atender a tres mesas con comensales en la terraza, en la avenida Consolat de Mar. Poco antes, los terroristas habían llegado a Cambrils, ya entonces vigilado por una fuerte dotación policial tras la masacre de Barcelona. La hipótesis que apuntan varios testigos es que el coche tomó la Rambla de Jaume I y se fue a toda velocidad hacia la patrulla, compuesta por tres policías, dos hombres y una mujer. Los terroristas portaban cinturones de explosivos simulados e iban armados con cuchillos.
Maurici y su mujer, de Manresa, acababan de salir del bar Barlovento, junto al Náutico, tras escuchar la última canción de un concierto que concluyó con un homenaje a Barcelona. Viven a 500 metros y enfilaban el camino a su casa cuando oyeron a sus espaldas el frenazo de las ruedas y el estruendo. Vieron la colisión y salieron despavoridos. A partir de ahí empezó la confrontación: un solo agente mató a cuatro de los ocupantes. Un señor mayor, que estaba sentado en uno de los bancos, vio como uno llevaba toda la camisa ensangrentada; cómo otro se desplazaba y caía junto a un buzón de correos y otro cómo se dio un golpe en la cabeza durante su caída.
Los disparos generaron el pánico. El camarero de la taberna llevaba en la mano un datáfono para cobrar la cuenta a un cliente y vio como dos disparos le pasaron por los dos lados de su cuerpo. Horrorizado, huyó con la tarjeta. Susana estaba frente a la puerta de su local y un disparo se incrustó en la pared. Todos los clientes y las personas que paseaban entonces por allí entraron aterrorizados en su pequeño local para protegerse. Bajaron las persianas. “Eramos más de 40 y había varios niños y bebés. Pasamos muchísimo calor y miedo”, dice aún consternada.
Maurici calcula que oyó entre 40 ó 50 disparos. Adela Martínez y Rubén Álvarez, camareros del chiringuito Denver, el más próximo al lugar de los hechos, convienen que fueron muchos. Vieron la espeluznante escena y corrieron a refugiarse detrás de la barra junto a los pocos clientes que quedaban en el bar. Cambrils, una tranquila población costera, se acuesta pronto, y más un miércoles. Apenas quedaba ya mucha gente en la calle. Estuvieron allí quizá media hora. Tiempo suficiente para escuchar cómo el quinto terrorista pasaba tras ellos exclamando frases en árabe. Iba armado con un cuchillo.
Pánico
Los Mossos d'Esquadra, sobre la 1.15, advertían del tiroteo y pedían a los vecinos que no salieran de sus casas. Muchos se quedaron encerrados en bares, cafeterías, hoteles como fue el caso de un grupo de holandeses, que pernoctaron en los sofás del vestíbulo. La ciudad fue cercada y se quedó muda. Imposible acceder al centro. Los controles se multiplicaron advirtiendo que el operativo no estaba cerrado. Hubo nervios y angustia. Faltaba al menos un terrorista por capturar. En su fuga, apuñaló a la que a la postre es la única víctima mortal de la noche. Fue entonces cuando el helicóptero sobrevoló durante dos horas la ciudad intentando localizarle. Maurici veía desde el tejado de su casa como los robots intentaban desactivar los falsos explosivos. Algún vecino miraba a oscuras desde las ventanas; cuatro jóvenes huyeron de la zona del Náutico nadando y varios padres, en corro, esperaban, angustiados, noticias de sus hijos encerrados en los locales. El operativo acabó sobre las 5.00 cuando el último terrorista fue abatido a tiros tras no acatar el alto policial.
Un solo agente abatió a cuatro terroristas
Un único agente de los Mossos d'Esquadra fue quien abatió con su arma, en la madrugada del viernes, a cuatro de los cinco terroristas que intentaron perpetrar un nuevo atropello masivo en Cambrils, según confirmaron a Efe diversos testigos. El Audi volcó después de embestir a un coche policial que les cerraba el paso, lo que provocó heridas a una agente en una pierna y en la cabeza. Del coche volcado bajaron cuatro terroristas, armados con armas blancas como cuchillos, machetes y hachas, y se dirigieron hacia un agente de la Policía catalana, que los abatió con su arma reglamentaria.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.