Un festival que escupe realidad

Con la sierra de Gredos como telón de fondo, arranca este fin de semana (hasta el domingo) el Shikillo Festival en Candeleda (Ávila), a 160 kilómetros de Madrid. Más de 40 bandas como Gatillazo, grupo emblemático del punk nacional; los insurrectos Riot Propaganda o el rapero zaragozano Kase.O llenarán el escenario con sus letras subversivas. La sexta edición del festival recibirá a más de 15.000 asistentes, en lo que supone un rápido ascenso: el año de su estreno, en 2011, atrajo a tan solo 200 asistentes.

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En este festival no se sufre la resaca debajo de una lona en el camping. Uno de los fuertes de este evento acontece a remojo y por la mañana: para que los festivaleros no mueran deshidratados en las hirvientes tiendas de campaña, las pozas naturales del municipio sirven de platea para la música rock a partir del mediodía. Una peregrinación de chavales provistos de toalla y neveras sube a las piscinas naturales, donde la marcha aguanta hasta el final de la tarde, cuando empiezan los conciertos. Por las noches el turno es para bandas como Talco, grupo italiano de ska; El Drogas, excantante y bajista de Barricada, o Estricnina, formación creada por Juanito Makandé y El Canijo de Jerez.

La corriente emergente de festivales pequeños, con artistas alternativos y en plena naturaleza, genera sinergias entre los implicados: artistas, público y promotores. “Empatizas porque sabes que los organizadores llevan un año trabajando para que todo salga bien. Ves en sus caras el agotamiento; y aunque les cueste sangre y sudor, hacen de todo para que estés a gusto. Se sienten como si te estuvieran invitando a su casa”, cuenta Toni Mejías, vocalista de Riot Propaganda, conocido por ser uno de los dos raperos de Los Chikos del Maíz.

El festival tiene un presupuesto de 500.000 euros —el Sonorama de Aranda de Duero cuenta con 1,3 millones— y genera, según Francisco Sánchez, uno de los organizadores, unos cien puestos de trabajo: “No contamos con voluntarios”. Al ser el 90% de los asistentes de fuera de la región, los hoteles, en un radio de 30 kilómetros a la redonda, cuelgan el cartel de completo. El 42% del público tiene más de 25 años. Con estos ingredientes, Candeleda, conocida como la Andalucía de Ávila, se animará a ritmo de rock, hip hop, ska, rumba o flamenco con el Shikillo, “que apuesta por el espíritu cercano y familiar”. El abono con acampada cuesta 52 euros; la entrada de día, 29.