Cien hoteleros de Barcelona recurren el plan de hoteles de Colau
Los empresarios denuncian que las restricciones del Ayuntamiento les impiden reformar sus establecimientos
Los hoteleros de Barcelona han criticado desde el minuto uno (desde la moratoria de julio de 2015) el plan de hoteles que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, logró sacar adelante en el pleno de finales de enero de este año. Pero hasta ahora las críticas habían mantenido un perfil bajo. Hasta este miércoles, cuando el Gremio ha anunciado que un centenar de sus afiliados han presentado demandas contra el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT). Los hoteleros aseguran que la restricción a las obras en los establecimientos de las dos zonas más céntricas que dibuja el plan (Ciutat Vella y buena parte del Eixample), condenan la planta hotelera de la ciudad a la "decadencia". El Ayuntamiento asegura que el PEUAT sí permite hacer obras de rehabilitación.
Entre los denunciantes hay hoteles a título individual y grandes cadenas, como Majestic, Catalonia, NH o Derby. El presidente de los hoteleros, Jordi Clos, explica que si bien es cierto que el ayuntamiento retiró el concepto "situación de disconformidad" de los hoteles del centro, un factor que no les permitía hacer obras; el redactado definitivo del PEUAT no contempla esta figura, pero igualmente prohíbe "reformas estructurales". Ejemplos, "un hotel que quiera hacer más grande la caja del ascensor, poner al día la refrigeración o abrir una puerta en una pared para comunicar dos habitaciones...", critica Clos.
Las primeras sentencias, en 2019
Los abogados consultados explican que pese al alud de licencias de hoteleros, el recorrido que afrontan es largo. Vista la media de los procedimientos de la sala tercera del TSJC, “es razonable esperar un año y medio... las primeras sentencias no se dictarán hasta 2019”.
De hecho, interponer el recurso al PEUAT es tan fácil como presentar un papel comunicándolo, sin entrar en detalles. A partir de ahora, la administración debe responder con la documentación del plan y es entonces cuando los abogados de los hoteleros redactarán las demandas: por cuestiones concretas como las reformas o impugnando el plan entero. Las primeras sentencias podrían ser las que se refieran a situaciones muy concretas, pero las genéricas tardarán mucho más.
En la zona 1, Ciutat Vella, el Plan supedita las grandes obras a una reducción de camas. Afirma que "cuando las obras de reforma o consolidación comporten una intervención global en los cimientos o la estructura del edificio será necesario reducir un 20% las plazas existentes". En la zona 2, Eixample, permite hacer obras siempre que no se aumente el número de camas o se hagan en calles de más de ocho metros de ancho. En buena parte la cuestión está en que, por su sistema constructivo, en los hoteles más antiguos cualquier reforma supone tocar paredes maestras, que se consideran elemento estructural.
En opinión de Clos las restricciones implican "perder camas y empleo o condenar la planta hotelera a degradarse en una ciudad como Barcelona, donde los establecimientos se caracterizan por ser de gran calidad y hemos apostado por atraer turismo de calidad". Clos lamenta, además, que el concepto de reforma estructural sea "discrecional y quede en manos del inspector municipal".
En una dura nota, el Gremio habla de que la aplicación del PEUAT podría provocar una "irremisible decadencia" de la planta hotelera que no permitiría mantener los niveles de calidad y conduciría a las instalaciones "a una situación de precariedad". Un escenario que asegura que perjudicaría los congresos y la actividad económica de la ciudad.
El gremio entiende que el plan de hoteles criminaliza al sector y el turismo en general, obvia los beneficios que genera y "deja de lado los esfuerzos y el trabajo bien hecho" que han llevado a la situación actual de éxito de la ciudad como destino de primer nivel. De los 34 millones de turistas que visitan Barcelona, nueve duermen en hoteles, recuerdan los hoteleros, que critican al Ayuntamiento por "falta de diálogo".
Desde el Ayuntamiento, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, ha respondido a la noticia con un mensaje en Twitter en el que defiende el PEUAT, pero no se refiere explícitamente al alud de recursos. Sanz ha escrito: "Barcelona quiere gobernar el turismo. Queremos una ciudad para vivir y el PEUAT es necesario. Hemos dejado atrás la barra libre".
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