Carmena culpa a la corrupción del debilitamiento de la solidaridad en las ciudades

El principio de la competitividad se está apoderando de la ética de las ciudades en el siglo XXI, desplazando al de la cooperación. Eso afirmó este viernes la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ante el alumnado del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Carmena advirtió de que la corrupción y la violencia están poniendo en peligro el principio de solidaridad, que es “la base para el desarrollo de las ciudades”.

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La conferencia La ética de las ciudades más allá de los derechos humanos no estuvo al margen del tema de la semana: El caso Lezo. Carmena contó que en el último pleno del Ayuntamiento había “cierta desolación” en el grupo parlamentario del Partido Popular (PP) por la orden de encarcelamiento contra el expresidente de la Comunidad Ignacio González, por su presunta implicación en el caso Lezo. “Me tomé un café con un concejal del PP que decía conocerlo bien (a González) y se preguntaba cómo iba a pensar eso de él”, narró la alcaldesa. Eso la hizo pensar, dice, en qué se puede hacer para evitar casos como este. “Hay que tener programas anticorrupción, no basta solo con indignarse”, apuntó Carmena, y agregó que “es imprescindible” que se analicen las situaciones para esclarecer “cuándo se producen los delitos”.

Para la alcaldesa de Madrid, este tipo de hechos, donde la Administración de “los organismos de todos” se ve involucrada en casos de corrupción, está poniendo en riesgo la estructura de la ciudad, que se constituye “sobre la base de la solidaridad”: “La calle es de todos, el transporte, aunque haya ciudades donde se privatice, también. El agua... aunque es complicado mencionarla en estos días, el agua es de todos”, afirmó Carmena, aludiendo nuevamente a la Operación Lezo y al Canal de Isabel II.

La alcaldesa destacó la importancia de respetar las instituciones de las Naciones Unidas como armaduras jurídicas que permiten que se extiendan los derechos humanos y no se cometan, por ejemplo, detenciones arbitrarias.

Una representante de SOS Racismo cuestionó el trato de los agentes policiales del municipio con vecinos de barrios como el de Lavapiés. Carmena, que le pidió el correo para intercambiar datos, le respondió que “si hay un policía que maltrata, quiero saberlo para sancionarlo, como se ha hecho cuando ocurren ese tipo de casos”. La alcaldesa hizo un llamamiento a denunciar, aunque sea de forma anónima, a través del sitio web del Ayuntamiento, y señalar dónde no se respetan los derechos humanos.