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ENTREVISTA JOAN CAYLÀ

“La tuberculosis es un gran marcador de desigualdades sociales”

El epidemiólogo celebra los 30 años del programa de detección en Barcelona con el mínimo histórico de incidencia

Jessica Mouzo
El doctor Joan Caylà, en su despacho de la Agencia de Salud Pública de Barcelona
El doctor Joan Caylà, en su despacho de la Agencia de Salud Pública de BarcelonaMassimiliano Minocri

Despacito y buena letra. Así se las gastan en Barcelona para combatir la tuberculosis. Un ejército de agentes de salud pública vigila desde la trinchera para detectar los casos lo antes posible, entra hasta la cocina para comprobar que los enfermos se tomen la medicación e inspecciona el entorno para que no se escape ningún rezagado. El programa específico de control y detección de la tuberculosis de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) cumple 30 años celebrando su mínimo histórico de incidencia, con 16,5 casos por 100.000 habitantes.

Todavía están lejos de las cifras que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS) para entrar en fase de preeliminación (menos de 10 casos por cada 100.000 habitantes) pero van en el buen camino. La clave del éxito, dice el doctor Joan Caylà, artífice del programa y jefe del servicio de epidemiología de la ASPB, es “mantener” lo conseguido. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la enfermedad infecciosa que genera más muertes, por encima del VIH.

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P. ¿Sigue siendo la enfermedad olvidada, de pobres?

R. Es una enfermedad que suena mal y está olvidada por políticos y por gente que trabaja en estos temas. La gente se piensa que es una enfermedad que ya no existe, como del pasado, y aparte de olvidada es estigmatizante: algunos pacientes evitan decir que tuvieron tuberculosis y dicen que han tenido “una mancha en el pulmón”.

P. ¿Falta atención política?

R. En España se aprobó en 2007 el plan de prevención y no se ha puesto en marcha. A veces no es una cuestión de poner dinero, sino de organización. La receta de la OMS es el compromiso político.

P. ¿Por qué Cataluña y Galicia son las comunidades que registran las tasas más altas?

R. Seguramente porque se vigila más. El problema de algunas CC AA es el subregistro, que en un hospital se detecte algún caso de tuberculosis pero no se notifica a Salud Pública. Se han visto subregistros del 30%.

P. Barcelona registró su tasa de tuberculosis más baja pero todavía está lejos de la tasa que marca la OMS para iniciar la fase de preeliminación. ¿Por qué se resiste?

R. Es una enfermedad muy insidiosa, que cuesta mucho controlar. Si un programa funciona bien, cabe esperar un declive año a año de un 10%. La tuberculosis tiene un tratamiento de seis meses y hay que cumplirlo. Un hándicap que vemos es que hay pacientes que no acaban el tratamiento y no se curan.

P. ¿Cuál es la clave del éxito de su programa, que ha logrado bajar la tasa un 67% en 20 años?

R. Los pilares básicos es tener enfermeras de salud pública, que sigan al paciente para ver si es adherente y estudiar sus contactos. También impulsar estudios de investigación y tener agentes comunitarios, que nos ayudan a hacer la traducción y trabajan como mediadores culturales con los inmigrantes.

La tuberculosis, en cifras

La más mortal. Es la enfermedad infecciosa que ha causado más muertes, por delante incluso del VIH. Está entre las 10 primeras causas de fallecimiento en el mundo.

Países en vías de desarrollo. El 95% de los fallecimientos se concentran en estos países.

Infradiagnóstico. En España se estima que hay unas 100.000 infecciones nuevas al año, pero el 80% de los casos no se diagnostican nunca.

Infectados. Una de cada cuatro personas está infectada aunque no desarrolle la enfermedad. Tienen un 10% de desarrollar tuberculosis a lo largo de su vida.

Multirresistencias. Unas 480.000 personas desarrollaron tuberculosis multirresistente en 2015 en el mundo.

Curación. La tasa de éxito del tratamiento fue del 83% en 2014. Se estima que entre el 2000 y 2015 se salvaron 49 millones de vida gracias al diagnóstico y tratamiento.

P. Ciutat Vella es el que tiene la tasa más alta. ¿La precariedad social sigue siendo el determinante más evidente?

R. La tuberculosis es un gran marcador de desigualdades sociales. A escala mundial, los países más pobres tienen mucha más tuberculosis. Y en las ciudades europeas también es una constante que los barrios más ricos tiene menos casos que los más pobres.

P. ¿Qué otros factores de riesgo existen?

R. El tabaquismo, la diabetes… Si la diabetes está mal controlada. baja el nivel inmunitario y aquella infección tuberculosa latente —los que no tienen la tuberculosis activa, sino solo la tuberculina positiva—, al bajar el sistema inmunitario, empiezan a multiplicarse.

P. Los tratamientos que se emplean ahora son los mismos que hace 40 años y no hay vacuna. ¿Falta investigación?

R. Está clarísimo. La tuberculosis se ve como de países más pobres y se ha investigado muy poco, por eso tenemos los mismos tratamientos de hace 40 años. Es terrible. Y se investiga mucho en vacunas pero el problema es que hay que pasar a un ensayo clínico de fase III, que implica poner miles de pacientes en cada rama y esto es carísimo.

P ¿Cuáles son los objetivos para los próximos 30 años?

P. La OMS quiere que para el 2035 se consiga una reducción de la incidencia del 90%. Para alcanzar este objetivo, España debería reforzar el control y vigilancia de los estudios de contacto y de los tratamientos de la infección tuberculosa latenta.

P. ¿Cuándo estará Barcelona libre de tuberculosis?

R. No será este siglo. El problema es que se estima el 25% de la población mundial está infectada, tiene una probabilidad del 10% de presentar tuberculosis a lo largo de su vida. Erradicar la tuberculosis como se hizo con la viruela es misión imposible en 200 años.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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