Los activistas detenidos en Grecia aseguran que lo volverían a hacer
Mikel Zuluaga y Begoña Huarte se reafirman en su decisión de trasportar ocho refugiados en una caravana
Los dos activistas detenidos en Grecia por intentar transportar ocho refugiados de Grecia a Italia, el vizcaíno Mikel Zuluaga y la navarra Begoña Huarte, han afirmado este sábado tras aterriar en el aeropuerto de Loiu (Bizkaia) que se sienten "más personas" tras su experiencia y han anunciado que lo volverán a hacer.
"Tenemos el derecho legítimo a desobedecer ante las injusticias", ha manifestado Zuluaga ante los periodistas nada más pisar suelo español. Ambos tuvieron que pagar el jueves una fianza de 4.000 euros para quedar libres hasta que se celebre el juicio, al que comparecerán acusados, en principio, por facilitar la inmigración ilegal e imprudencia grave para la integridad de los refugiados, al llevarlos escondidos en un espacio reducido.
Los dos activistas han asegurado que "con la acción" desarrollada en Igoumenitsa se han hecho "más personas y más humanos". "Lo volveremos a hacer", han advertido. "Por todos ellos, seguiremos", ha añadido Huarte. Ambos han apelado a la desobediencia civil para hacer frente a las políticas de los Gobiernos europeos ante los refugiados.
En el aeropuerto han sido recibidos por familiares y amigos, así como por un centenar de personas que han exhibido banderas de la plataforma Ongi Etorri Errefuxuatuak (Bienvenidos refugiados) y pancartas en las que se podía leer, en euskera, La solidaridad no es delito. Yo también lo haría.
Miembros de de la citada plataforma han leído un comunicado en el que han apoyado a Huarte y Zuluaga "frente al castigo por trasladar a personas condenadas a una vida sin futuro en los campos de refugiados. La primera demanda de las personas en busca de asilo es que se abran las fronteras, porque en su lugar, todos atravesaríamos fronteras, aunque fuesen ilegales".
Los miembros de la plataforma han agradecido los múltiples apoyos recibidos estos días y han contestado "a quienes nos dicen que hay otra manera de hacer las cosas; solo nos cabe preguntarles por qué no las están haciendo ya. No cabe seguir esperando, en 2016 han muerto en el Mediterráneo más de 5.000 personas intentando llegar a Europa".
Por último, han llamado a las personas que comparten los objetivos de Ongi Etorri Errefuxiatuak a que expresen su apoyo colocando en sus balcones la bandera amarilla que expresa la disposición de la ciudadanía a dar la bienvenida a las personas refugiadas.
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