Juego de equívocos de Plensa
El escultor expone en la galería Senda de Barcelona rostros de bronce blancos creados a partir de piezas de madera tallada
Las nuevas esculturas realizadas por Jaume Plensa (Barcelona, 1955) parecen talladas del tronco de un enorme árbol del que se conserva la base completa con corteza y que deja ver las grietas de la madera de cedro africano y su textura orgánica. Pero no lo son. Son de bronce, aunque tampoco lo parecen porque las obras, una vez fundidas en metal a partir del molde de madera, están cubiertas por una pátina de inmaculado blanco, por lo que si no se tocan es difícil saber de qué material están hechas, si son cálidas o frías como el metal. “El material no es un fin en sí, sino un soporte, un vehículo, pero nunca la esencia”, asegura Plensa. El juego de equívocos utilizado por el escultor para las tres obras que expone hasta el próximo mes de enero en la galería Senda de Barcelona, va más allá de la materia empleada.
El rostro de las modelos que utiliza para sus obras vuelven a ser “niñas que no lo son, pero que tampoco son mujeres, entre 8 y 14 años, cuando la belleza cambia a una velocidad increíble”, tal y como explica el artista junto a sus nuevas obras. “La pátina blanca las convierte en más serenas, dulces y con un mayor aire de pureza”, explica este escultor que tiene obras y exposiciones en medio mundo; las últimas en Ohio, Burdeos, Harvard, Montreal, Toronto, donde ha tenido que ir reponiendo obras tras cada exposición porque siempre se ha quedado alguna por el camino tras ser adquiridas en estas ciudades. Las próximas exposiciones serán en Nueva York (febrero), Saint Étienne (marzo) y Chicago (septiembre), la ciudad americana donde tiene instalada su famosa Crown Fountain desde 2004 que le catapultó a la fama internacional.
En Barcelona, tras instalar en abril la escultura Carmela junto al Palau de la Musica, una pieza que ha acabado donando a la ciudad por ocho años hace menos de un mes, Plensa vuelve a una galería de esta ciudad después de siete años de ausencia con su instalación El bosc blanc en el que las tres esculturas de bronce blanco dialogan entre ellas en la magnífica sala diáfana de la galería Senda (desde hace un año en un local de la calle Trafalgar), “que tiene una escala idónea para exponer esculturas”. Hay una cuarta pieza, esta vez de basalto, que recibe al visitante de espaldas, mostrando la rotundidad de la materia sin trabajar y escondiendo el rostro que mira hacia el interior, donde están sus hermanas de padre. “Es un homenaje a la individualidad dentro de la comunidad”, una especie de bosque en el que “todos los árboles parecen iguales, pero cada uno tiene sus singularidades”. Plensa ha pintado, rodeando sus esculturas, cuatro rostros con grafito directamente en las paredes blancas de la galería; unas obras que desaparecerán cuando cierre la exposición. Las esculturas expuestas tienen un precio entre 30.000 y 380.000 euros.
Del otro proyecto que tiene para la ciudad; una enorme escultura de 52 metros que le encargo el anterior alcalde de Barcelona Xavier Trias, que se situaría junto al mar y que podría a llegar a costar 30 millones de euros, el escultor explica: “Sigo esperando noticias. Barcelona se ha distraído en general en la cultura, todo lo relacionado con la cultura parece caro, pero si un atleta no se entrena, no correrá bien y Barcelona no ha ido a entreno. La cultura se ha convertido en el gran ausente de Barcelona y de España. Aquí, o están todos de acuerdo, o nunca se hace nada”, prosigue, con más ganas de hablar que otras veces. Según Plensa “a los políticos les falta imaginación ante la falta de recursos”. De todas formas, la solución para él es importar el papel de la sociedad civil americana con respeto a la cultura y una buena legislación: “¡una ley de mecenazgo ya!”.
Pese a que la agenda del escultor y artista está repleta nada sabe de las exposiciones que tienen que celebrarse en Barcelona, en el Macba en 2017. Tampoco de la prevista para el Reina Sofía de Madrid. Pese a todo, con una amplia sonrisa Plensa remacha: “No hay fechas, pero no tengo prisa, si me hubieran dicho que sí a todo, estaría encerrado en un psiquiátrico”.
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